viernes, 11 de enero de 2008

Mal de ojo.

Yo no creo en las Meigas, ¡pero haberlas, háylas!
(Relato de ficción)



¿Cómo comunicar a alguien que no puedes hablar con dicha persona a causa de una maldición gitana? Por mucho que uno no crea en ciertas cosas, cuando has convivido con alguien que sí cree en ello y ,además, te enteras luego de que también hace conjuros.. ¡hum!.

Y si todo quedase ahí... Pero cuando recuerdas que, el día en que le dijiste adiós por última y definitiva vez, te lanzó una mirada perversa y una maldición tal que: "¡Nunca podrás estar con otra!", la risa que te dio y cómo te alegraste de sacar de tu vida a semejante loca... Aunque se te empieza a torcer la sonrisa y a convertirse en mueca cuando, a la vista de un cúmulo de acontecimientos aciagos y continuos, de repente evocasas aquello.

¿Cómo es posible que desde que has conocido a Pitita de Tal te haya ocurrido tal cúmulo de desgracias? ¿Serás gafe? ¿Lo será ella? Y de pronto recuerdas aquello que tanta gracia te hizo. Enseguida lo apartas de tu cabeza como una solemne tontería. Y vuelve a ocurrir otro nuevo percance. ¡Vaya! ¿Y si fuera..?

Y te sorprendes, cuando comentas de pasada algo con una amiga, de la cantidad de mujeres que creen en ello y a la cantidad de "brujas blancas" que conocen. Y de conjuros y contra conjuros. Y parecían personas serias y equilibradas... Te sonríes y olvidas.

Pero vuelve a ocurrir otro tremendo imprevisto. Y otro. Y cada vez más seguidos y graves. Y al final decides hacer la prueba porque ya eres capaz de creer en cualquier cosa pues no puede ser normal , ni casualidad, ni coincidencia, tal cúmulo de desastres. Y te presentan a una "bruja blanca". Y se espanta al verte las manos. Y te da un susto de muerte con ello. Entonces te lo dice: Te han hecho mal de ojo.

Te han embrujado, han hecho un conjuro contra ti para que te sucedan todas las cosas malas de este mundo si osas poner tus ojos de nuevo en una mujer. Y claro, ya los tenías puestos, y mucho, en Pitita de Tal.

¿Y ahora qué? Pues de todo. Haz esto, haz lo otro, paga por aquí, paga por acá,...¡Pero que no se te ocurra ni siquiera ponerte en contacto con Pitita de Tal o el contra-conjuro se volverá contra ti! ¿Más aún? ¡Como no me deje embarazado!

Y hay unos días en los que no sucede nada. Todo en calma. No has vuelto a intentar ponerte en contacto con Pitita de Tal por si las brujas. Pero tu curiosidad te pica y escuchas uno de los mensajes que te dejó en el buzón de voz... ¡Y a los tres cuartos de hora te comunican otra nueva desgracia familiar!

El agobio, la rabia, la impotencia e incluso el miedo se apoderan de ti. Y entonces te despiertas... ¡Ufff..!

Te levantas, te aseas, desayunas, y miras el teléfono móvil que tenías en silencio. Hay una llamada perdida. Es de Pitita de Tal. Suena el timbre de la puerta. Correo certificado. De Hacienda. Te comunican que te van a realizar una inspección del año 2003. Sí, justo del 2003, cuando "olvidaste" declarar unos milloncejos de nada. Contrariado, vas al salón y enciendes la tele mientras llamas a tu abogado y asesor fiscal. Y aparece una noticia sobre que los socialistas catalanes ¡han hecho un perfume exclusivo para ellos -sí, para los socialistas catalanes- con motivo de las próximas elecciones generales! ¡No es posible!... Menudo desastre, ¡¡ya hasta olerán!!

Y no, yo no creo en las Meigas, ¡pero haberlas, háylas! ¡Ya lo creo que las hay!

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