miércoles, 8 de octubre de 2008

Ingrid Betancourt apoya la negociación con ETA.

Tras sus casi siete años de secuestro, confunde su trato con los terroristas que la custodiaban con una negociación con la organización.

En la sede del Parlamento europeo la ex candidata a la presidencia de Colombia, y víctima del terrorismo, ha expresado que con los terroristas hay que negociar. Aparte de que se ha basado en la traumática experiencia de su secuestro, ha relatado que los terroristas de las FARC no hablaban con sus secuestrados porque les consideraban sus enemigos, y que ella "cada vez que pude hablar sentí que había dado en el blanco". Y ha añadido, como argumento de peso para apoyar el proceso de negociación de Zapatero, que "hay que negociar con los terroristas, primero porque es el mejor modo de salvar vidas y segundo porque no hacerlo es justificar la barbarie y dejarles solos en su fanatismo".

Vamos a puntualizar: su vida, sin ir más lejos, no se salvó por negociar con los terroristas, sino por una decidida actuación contra sus secuestradores. Los terroristas de las FARC secuestran y mantienen secuestrados a sus rehenes como medio de financiarse, como un medio de vida más. Es parte de su negocio que incluye el narcotráfico, y no como medio de reivindicación alguna. A sus guardianes se les impide hablar con sus secuestrados para evitar generar simpatías y que vean a los secuestrados como a seres humanos, en vez de mercancía sujeta a intercambio pecunario.

Su impresión de haber dado en el blanco cuando consiguió hablar con alguno, nada tiene que ver con un efecto de negociación alguna sino con una simple reacción humana. Es precisamente por eso por lo que les tienen prohibido hablar con los rehenes. El hablar con alguno de los peones nada tiene que ver con negociar con la organización. El poder de la palabra no funciona con organización terrorista alguna. Ellos quieren contrapartidas, no palabras. Por lo que dice, Betancourt está hablando de algo muy diferente a una negociación política con terroristas, al menos en los términos en la que aquí se produjo; suponiendo que sea cierto que ya no se produce.

Así que en absoluto creo en su afirmación de que la negociación con terroristas sea el mejor método de salvar vidas, pues lo que hace es validar el propio terrorismo como elemento de presión, y eso pondrá más vidas en riesgo a medida que se siga aplicando el terrorismo para conseguir lo que quieren, sea dinero o sea un objetivo político. En cualquier caso, su propia vida se salvó por todo lo contrario, así que tienen mucho más autoridad en este asunto los argumentos de quien consiguió salvarla que los que ella esgrime y no sirvieron en absoluto.

Bien es sabido y conocido por la psiquiatría el llamado Síndrome de Estocolmo, y no parece que esta pobre mujer sea ajena a ello. Parece casi más preocupada por salvaguardar la vida de los terroristas, evitando el uso legítimo de la fuerza, que de otra cosa. Pero el disparate intelectual que suelta como argumento de peso, ya demuestra que el prolongado secuestro le ha afectado más profundamente.

Eso de decir que no negociar con los terroristas es justificar la barbarie y dejarles solos en su fanatismo, ya suena a iluminación divina de redentores de ovejas descarriadas. Según esa regla de tres, también habría que negociar con los asesinos, los violadores, los ladrones, los asaltantes de viviendas, y con cualquier delincuente que ponga en peligro vidas ajenas. Lo contrario sería justificar su barbarie -según Betancourt- y quizás el meterlos en la cárcel, un acto de crueldad injustificada por dejarles solos ante su propia miseria delictiva.

El disparate está servido, ahora veremos a quienes harán un uso desmedido de él para conseguir sus objetivos. Flaco favor ha hecho esta víctima del terrorismo a las demás víctimas. Claro que a ella lo que le gustaría es que se les diera todo a los terroristas para que así soltaran a quienes tienen en su poder. Pero no piensa que cuando se les acabe lo que consigan, seguirán matando y privando de libertad a otros para conseguir lo que ya consiguieron una vez, y que otros con otros objetivos, copiarán esos métodos. El hecho de haber sufrido un secuestro por un grupo terrorista no le hace experta en el asunto, y mucho menos cuando quienes acabaron con dicha situación en absoluto aplicaron lo que ella predica.

En cualquier caso, hoy por hoy la ETA no tiene campos de secuestrados a la espera de convertirlos en dinero, como sí tienen las FARC. Pero que nadie dude de que si estos se salen con la suya así, aquellos lo harán a continuación y nos encontraremos con granjas euskaldunas llenas de inocentes a la espera de canje. Pero eso no hará que estos hijos de puta de esta parte del charco sigan con su cobarde tiro en la nuca para conseguir acojonar y que les ayuden a salirse con la suya. Ya lo han conseguido con muchos.

P.D el 10-10-08: Es de agradecer que no le hayan concedido el Premio Nobel de la Paz a quien propugna semejante disparate, injusto para con las víctimas y desastroso para un Estado de Derecho. Con ello sus palabras hubieran alcanzado mayor difusión para que los imbéciles de turno las tomasen como revelación divina. Cualquier cosa con tal de llevarse bien con los hijos de puta asesinos de ETA. Ella esperaba el premio, hasta el punto de que ya tenía preparada la celebración y la rueda de prensa. No es fácil recuperarse tan rápido de un secuestro de tantos años.

1 comentario:

  1. Verdaderamente sufre el síndrome de Estocolmo.

    Han sido muchos años de secuestro, hay que ser prudente y dar el valor real a lo que está diciendo.

    Una cosa es el diálogo y otra muy distinta la negociación.

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