martes, 27 de enero de 2009

El derecho a matar.

Miserable falacia de Zapatero.

Lo más grave y despreciable de la intervención de ayer de Zapatero fue la tremenda hipocresía y falsedad que demostró con la chica con síndrome de Down. Su foto con ella, su proteccionismo, su afabilidad, no son otra cosa que la demostración de la miseria de este personaje. Pues no otra cosa es que haga ese paripé con quien él le niega hasta el derecho a vivir, ya que considera por encima de ese derecho el derecho de la madre a matar al nasciturus en el que se detecte dicha anormalidad. Hoy prácticamente no nacen niños con ese síndrome, pues son matados antes de nacer.

Es la primera vez en la historia que un Presidente de Gobierno considera un derecho algo que está penalizado en nuestro ordenamiento jurídico. Ha dicho un dislate tal como que el aborto es un derecho de la mujer. No contestó a la pregunta que se le hizo sobre si considera al feto como humano. Se dedicó a intentar hablar de la pena que le da el que una mujer vaya a la cárcel por abortar. Miente otra vez, pues la pena que nuestro Código Penal impone a dicho delito no es la de cárcel para la madre. Sí lo es para el médico si su actuación no se ajusta a derecho, pero no para la madre. En los últimos treinta años ninguna mujer ha sido encarcelada por abortar.

Lo que pretende impulsar es una ley que proteja al médico que convierte el matar en su medio de vida. Y a quienes lo convierten en un lucrativo negocio. Es a esos a los que quiere salvar de la cárcel, no a las mujeres. El que el Presidente del Gobierno pretenda convertir un delito en un derecho ya es de banquillo. Y el aborto es un delito, es un crimen, y así está tipificado en nuestro ordenamiento jurídico. La ley actual lo despenaliza en determinados supuestos, pero sigue siendo un crimen aunque no tenga una pena en dichos casos.

En cuanto a lo que dijo sobre el Tribunal Constitucional, también es mentira, pues precisamente en esa sentencia en la que no se considera anticonstitucional la actual ley, se dice expresamente que hay que proteger un bien: la vida del nasciturus. A pesar de que dicha sentencia es un galimatías capaz de decir una cosa y la contraria al mismo tiempo, en absoluto se puede desprender de la misma que el aborto pueda ser un derecho de la madre. Y de hecho es el principal obstáculo que se encontrará la ley que ahora impulsa, a pesar de que no estaba en el programa del PSOE.

Es triste ver la ilusión de la joven Izaskun Buelta cuando dice orgullosa: "Estaba muy contento conmigo, me ha dado un montón de besos y me ha dicho que lo he hecho muy bien". Ha añadido que Zapatero le dijo "que va a cumplir su palabra" sobre un puesto de trabajo para ella. La pobre no sabe que a lo mejor lo hace para acallar su conciencia sobre los miles de personas con su mismo síndrome que no podrán nacer, porque ése que le va a dar trabajo considera prioritario el derecho a matarlos que el que tienen a nacer.

Nota: Se da la circunstancia de que en el congreso sí hay un trabajador con síndrome de Down. Se llama Javier y cusiosamente trabaja como asistente del Grupo Popular en el Congreso. No tuvo que salir en la tele junto a Zapatero para entrar a trabajr allí.

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