miércoles, 11 de febrero de 2009

Proteccionismo o inversión productiva.

La salida a la crisis no es aumentar la protección al parado, sino impedir que haya paro a través de fomentar el empleo.

Consideraciones previas al debate en el Parlamento:

  • Debiera ser el mercado de consumo el que financie el estado de bienestar y no los impuestos al trabajo.
  • Habría que hacerle ver a Zapatero que su adorado Obama va a copiar la política de Esperanza Aguirre para financiar la sanidad, pues pretende que sea un aumento en la fiscalidad de las gasolinas la que aporte los recursos para extender la sanidad libre a la infancia. No se le ha ocurrido incrementar el coste de la Seguridad Social para ello.
  • La última vez en la que se habló de paro en el Parlamento había casi 500.000 parados menos.
  • Es inconcebible, pero Zapatero y el PSOE consideraron que no era urgente hablar del paro y la crisis antes.
  • Lo que parece una burla es que hoy sea cuando los parlamentarios acaben sus vacaciones navideñas. Una burla inadmisible, pues sus sueldos sí se los seguimos pagando.
  • Las empresas públicas y la administración en general deben 33.000 millones a las medianas y pequeñas empresas.

Y tras el debate, observo que Zapatero ha cambiado de chip, pero el chip de la pose, no el del fondo. Ahora habla de lo mal que va todo. Imitando a Obama, intenta hablar de la gravedad de la situación y así desmontar los argumentos de la oposición. Pero esta aceptación de la realidad tiene truco, pues tras reconocer la situación, empieza a intentar homogeneizar nuestra situación con la situación internacional y hace creer que aparece en España al mismo tiempo; o sea, en verano, así, de pronto. Sigue negando la evidencia de que nuestra crisis es endémica y agravada por la situación internacional. Y por ello sigue diciendo que hace un año no engañó porque entonces no se podía prever la crisis.

Pero habla de la crisis financiera internacional y de la caida de varios bancos extranjeros, no se refiere a la crisis que ya se veía venir en España y de la que avisaban precisamente los que él, tras negarlo, acusó de agoreros y de antipatriotas. Pero dice que esos también abogaban por el pleno empleo, cuando fue el PSOE el que usó ese eslogan en la campaña electoral de hace un año; y lo que es más grave, en junio siguió diciendo que ésta sería la legislatura del pleno empleo, cuando ya se había declarado la crisis que él se empeñaba en negar.

Zapatero ha aparecido desfondado, noqueado y absolutamente despistado. Sin soluciones, sin ideas, desconcertado, abundando en inexactitudes. Lo de la intervención del portavoz del PSOE, Alonso, ha sido el de quien no se entera de lo que pasa y está en un mítin electoral en el que se habla más del partido de la oposición que de la tarea de gobierno. Una intervención que no era más que una glosa al líder y una intrascendente demostración del poder de las orejeras.

Ahora el Presidente ya no quiere entrar en pronósticos y dice que es imposible saber cuando veremos la luz al final del túnel, pero a continuación añade que hay analistas que creen que habrá indicios favorables de salida de la crisis en la parte final de este año. O sea que se empecina en seguir con sus predicciones imposibles e inexactas.

Y lo digo porque en España hay un millón de viviendas nuevas sin vender. Son viviendas que no han tenido un propietario aún, aparte del propio promotor y del banco que las ha financiado. Eso son tres años al menos para que el mercado las absorba. No creo que se pueda ver la luz al final del túnel antes de que eso suceda

Zapatero ahora dice proponer acciones para paliar la crisis. Pero no van más allá de estos parches que no acomete cambio estructural alguno. He aquí algunos puntos de los que habló:

  • El nuevo plan de vivienda fomentará la vivienda en alquiler.
  • Austeridad con las cuentas públicas (se produjeron rumores entre los parlamentarios cuando dijo esto).
  • Reducción de los gastos de los Ministerios por una cuantía de 1.500 millones. (Esto lo propuso el PP hace tres meses como enmienda a los Presupuestos y fue rechazado por el PSOE)
  • Reducción de un 1' 8 % del gasto corriente.
  • Mejora en la protección por desempleo.
  • Hay que conseguir que el crédito fluya hacia las familias y pymes.

Y habla de compromisos, como el de mantener y fortalecer la cohesión social. O el de respetar la máxima austeridad en el gasto corriente. O agilizar reformas y planes. Y habla de que la nuestra es una economía del conocimeinto y la sostenibilidad. Esto no es más que otra intentona propagandística y de marketing por generar nuevos eslóganes que no dicen nada pero que quedan bonitos. Y luego hace un guiño teatral a las mujeres, forzando el increíble y ridículo aplauso del PSOE a las españolas que se han incorporado al trabajo, diciendo que son las responsables del aumento de la población activa. Nueva mentira, pues dicho aumento es debido -al margen del natural aumento de la población- a la inmigración.

O sea que Zapatero defrauda y sigue con el asunto del diálogo social, pero excusándose en ello para delegar responsabilidades y decisiones en otros. O lo que es lo mismo, no se atreve a tomar medidas coyunturales para no enfrentarse con los sindicatos, y delega en las mesas de diálogo social -entre empresarios y sindicatos a los que nadie ha elegido para tomar medidas económicas- buena parte de lo que es responsabilidad del Gobierno.

Rajoy empezó su réplica con un ¡Quien nos lo iba a decir!, refiriéndose al cambio del discurso triunfalista de Zapatero por el catastrofista usado hoy. Cuando habló de la gravedad del aumento del diferencial con los bonos alemanes, que produce una pérdida de cien puntos respecto a la equiparación con los mismos de no hace tanto, haciendo patente el incremento de coste de la deuda que nos supone -además de la mayor dificultad para colocar la emisión de deuda que hace España-, se interrumpió para reñir a Zapatero con un ¿De qué se ríe? que congeló la sonrisa de Zapatero, que por un momento pareció un niño travieso pillado en un renuncio. Y es normal, pues seguro que no sabía de lo que le hablaban.

Lo que queda cada vez más claro es que Zapatero no quiere un debate con el PP. Le pide colaboración pero en realidad pide complicidad con su política. Es lo que Blanco lleva diciendo últimamente cuando confunde el no apoyar al Gobierno con querer que España se hunda. Es un dislate, pero parece que electoralmente les funciona, y ya sabemos que eso prima en el PSOE. Y la absoluta falta de argumentos del Presidenete se evidenció cuando volvió al recurrido asunto de la guerra de Irak para acusar al PP de mentir. Increíble pero cierto. Y a estas alturas. Esto más parece ya una falta de respeto a sus propios votantes al ponerlos de tontos por seguir votando semejante falta de ideas.

En definitiva, lo que dice Zapatero se puede resumir en:

  • Ya hemos tomado medidas.
  • La crisis viene de fuera.
  • No vamos a hacer reformas estructurales porque eso lo hemos delegado en las mesas de diálogo social.

Esto último es un disparate, pues a esas mesas nadie las ha elegido para gobernar. Y no sólo eso, sino que es el gobierno quien las financia. A las mesas y a sus componentes.

Y además pide un pacto. Pero no es en realidad un pacto, sino una petición de apoyo a su política. O lo que es lo mismo, no pide una colaboración sino una complicidad.

Quienes hoy acusaban a Rajoy de pedir medidas contra los trabajadores olvidan que esas medidas impopulares - como la congelación del salario de los funcionarios- ya las tuvo que imponer Rajoy siendo Ministro, y gracias a ello superamos la hecatombe económica en la que nos dejó otro gobierno del PSOE; donde por cierto el Ministro responsable de la economía era el mismo que ahora. Así que mejor les vendría a algunos contar hasta cien antes de hablar. Y pienso en José Blanco, por ejemplo, que hasta tiene la desfachatez de hablar de corrupción desde el partido que es el paradigma de la misma y que aún tiene a exministros en la cárcel.

Es -sería- un acto de solidaridad que los que tienen un trabajo fijo y que no tienen riesgo de perderlo, sean a quienes se les pida un pequeño sacrificio en aras del bien común. No es de recibo que mientras se produce esta sangría del paro, a estos que gozan de estabilidad en el trabajo se les suba el sueldo por encima del IPC. Todo para no molestar a los sindicatos. Y es que mientras los sindicatos se ocupan de los trabajadores privilegiados, se olvidan de los que van al paro.

Obama va a avalar el crédito al consumo. Y lo va a hacer con una ingente cantidad que va a financiar directamente a las familias. Eso es una medida. No sé si acertada, pero inyectará liquidez en el sistema para impulsar el tejido productivo. ¿Qué hace Zapatero además de parches propagandísticos? Esto cada vez suena más a una tomadura de pelo de quienes no saben tomar medidas efectivas y tampoco quieren perder el poder, porque por no saber no saben ni ganar el dinero para mantenerse y necesitan que les mantengamos los demás.

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