jueves, 14 de abril de 2011

Un 14 de abril...

Agorero Zapatero.

Tal día como hoy de hace 99 años, el 14 de abril de 1912, un poderoso trasatlántico que navegaba plácidamente, una formidable fortaleza flotante que se tildó de insumergible, el Titanic, chocó con un iceberg y terminó hundiédose con todo su pasaje y tripulación en las heladas aguas del sur de Terranova. El choque tuvo lugar el día 14 y el hundimiento final menos de tres horas después, ya en el día 15.

Y hoy, 14 de abril de 2011, nuestro Presidente del Gobierno ha dicho en Singapur, refiriéndose a España, que "el barco va a seguir navegando, con fortaleza" porque es "un poderoso transatlántico". No sé.., pero he sentido un helado escalofrió por la espalda que espero no sea por la proximidad de hielo alguno.

La oportunidad de Zapatero para soltar sus lapidarias frases triunfalistas me hacen temer lo peor. Recuerdo cuando dijo aquello de que dentro de un año estaríamos mejor en el tema terrorista... Al día siguiente volaron la T4 matando a dos personas. Lo de los brotes verdes ya lo vemos; lo de que no había crisis, lo padecemos; la solidez financiera de nuestra banca, pues ya ven; y la creación de empleo en el próximo trimestre ya lo he oído demasiadas veces... Y así muchas más.

Toda Europa -Alemania menos- intenta desmarcar a España de lo sucedido con Grecia, Irlanda y Portugal, pero para mí que no es otra cosa que pretender transmitir una ficticia seguridad a los mercados. Claro que lo contrario sería suicida, pero ello no hace que lo que dicen sea cierto. O al menos, no del todo. Y es que Europa se juega mucho si cae la economía española como las antedichas.

Hace un par de semanas, los corifeos gubernamentales, alardeaban de que el Financial Times alababa la política del gobierno. Hace dos días, desde esa misma publicación, se avanzaba la posibilidad de que España fuera la siguiente en tener que se rescatada. Esta vez los coros callan.

Evoco con vergüenza aquellas mofas de Zapatero hacia Sarkozy y Berlusconi, pretendiendo que nuestra economía sobrepasaría a las de sus países. O aquello otro de lo de la Champions League... Los parados de hoy a lo mejor ni le prestaron atención entonces, pero imagino que si vuelven a oir aquellas palabras no sólo sentirán vergüenza, sino tal vez indignación.

Yo no quiero ser pesimista, pero ya hace mucho dije que la que se avecinaba en el sector financiero iba a ser gorda, pues tan sólo estaba tapándose. Y se ha querido seguir tapando con nuestro dinero y permitiendo fusiones que no son sino tapaderas que ocultan insolvencias varias. Claro que como son a causa de una pésima gestión por parte de los políticos que han estado al frente de las Cajas de Ahorro, eso hay que ocultarlo en un alarde de corporativismo que quiere proteger a toda la clase política.

No son los empresarios los culpables de nuestra precaria situación, por mucho que los sinvergüenzas de los sindicatos mayoritarios lo repitan incansablemente. No. Los grandes responsables de nuestra precaria situación son, en buena medida, los integrantes de esta casta política y sindical que viven de la teta que alimentamos todos. Los empresarios hemos sido unas víctimas más de su pésima gestión y su despilfarro, como los parados, aunque siempre habrá quienes se hayan beneficiado, claro. Pero cada vez está quedando más claro que quienes, en el mundo empresarial, se hayan podido beneficiar de esta crisis, lo han hecho con la ayuda de quienes también han sacado tajada, cuando su función era justo la contraria.

Pero vuelvo al hilo inicial, que no era otro que mi temor a que esta nueva baladronada de Zapatero sea la antesala de otro desastre, por mucho que la orquesta siga tocando para disimular. Ojalá no. En ese barco estamos todos, no sólo ellos.

1 comentario:

  1. Hace años que es inevitable asociar a es des-Gobierno con el Titánic.
    Las baladronadas de Zapatero y compañía emulan con creces la infausta nave.

    Dejando aparte ideologías políticas -que peso tienen, por supuesto, dado que la izquierda siempre ha sido igual y nunca cambiará-, no se trata sólo de la completa inutilidad para hacer avanzar un país, sino de la chulería intentando hacer ver blanco lo que es negro, la completa falsedad, el engaño más miserable y el creerse lo que nadie cree, por ser su impulsor propietario de un cerebro inmaduro e infantil que a su vez se ha rodeado de iguales.

    ¿La inmadurez se contagia? No se sabe, pero a tenor del comportamiento de la oposición, parece que sí.
    Ninguno de los dos, des-Gobierno ni no-oposición, cumplen con lo que se espera de ellos.

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