viernes, 11 de noviembre de 2016

Trump imperator. Pero menos...

Cuando ganó Reagan, toda la izquierda y los medios progres pusieron el grito en el cielo y ridiculizaron al nuevo Presidente, como están haciendo ahora. Los líderes de  países socialistas y democristianos también expusieron sus temores de un desequilibrio que provocaría el caos mundial. Hacían bien en alertar, pero su alerta no era por el perjuicio que Reagan sería para el mundo sino para "su" mundo, como así fue. Aquel Presidente es recordado por los americanos como uno de los mejores que han tenido, y por el mundo como quien propició un nuevo orden mundial que acabó con la guerra fría y el telón de acero, simbolizado por la caída del muro de Berlín.

En España es tradicional descalificar cuando gana un líder que no es de izquierdas. Por lo visto no se es demócrata si no se es de esa cuerda. Según esa corriente es democrático hasta el comunismo por el simple hecho de que no es de derechas. Y no se enteran de que eso está cambiando, esa división es obsoleta. Trump no es ni de izquierdas ni de derechas, es americano. No es idealista, es práctico. Y no es un funcionario, es un emprendedor.

Hoy parece repetirse la misma canción, y ya tiene gracia la reacción de Merkel, por poner un ejemplo, diciendo que vigilará la moralidad del nuevo Presidente. Ella, que con la moralina de su política inmigratoria se ha cargado la Unión Europea. El Brexit y el incremento de populismos extremistas y xenófobos en Europa es consecuencia de esa política. Cuando se da a los de fuera más de lo que tienen los de dentro con su esfuerzo diario, pasan estas cosas.

Así que dejemos de gemir como si Trump fuera a traer a los Cuatro J‌inetes del Apocalipsis y ajustémonos a la realidad. Repito: este hombre es fundamentalmente pragmático, no un idealista, y es del Partido Republicano, no de un grupo populista independiente. Su candidatura ha hecho que dicho partido ganara en el Congreso y el Senado. Y tampoco creamos que los estadounidenses se han vuelto locos o son tontos, tan sólo están hartos de que les tomen el pelo dentro y fuera de sus fronteras.

Y desde luego que no es él quien va a poner al mundo en riesgo de una tercera guerra mundial, puede que todo lo contrario. Por no recordar que esa tercera guerra ya está en marcha, y no hablo de la del extremismo yihadista contra todo lo demás, sino de todo lo demás entre ellos mismos. Ya se habían roto tratados que eran una garantía para que eso no ocurriera. El entendimiento con Putin puede resolver esos temas y volver a recomponer dichos tratados así como rebajar la tensión que Clinton había aumentado con Rusia en Siria con el asunto del espacio aéreo de exclusión que pretendía imponer allí. Se habla también de la reacción cubana, cuando esa reacción no es más que teatro para consumo interno y lograr una unión de los cubanos ante una posible e inventada agresión externa.

Trump no puede romper con Cuba sencillamente porque no interesa a los intereses americanos, por ello no lo hará. No lo creo, no va a ceder la influencia en aquella zona a Rusia que anda como loca por tomarle el relevo. Y ahora, con el nuevo canal panameño Ruso-Chino-Iraní, mucho menos.
Se habla de que una de sus primeras visitas podría ser a Corea del Norte a pesar de que sus intereses están en la del Sur. Pero es que en esa zona hace falta un deshielo inmediato si no queremos alguna explosión que desencadene un caos de agresiones en gran escala. A los locos hay que calmarlos y ayudarlos a que se sigan creyendo Napoleón para así evitar que intenten serlo.

Así que, a pesar de sus numeritos, no creo que Trump sea lo que se dice que es; en absoluto. No se llega a donde ha llegado siendo homófobo, machista, racista y no sé cuántas cosas más que los medios progres -y no tan progres- dicen que es. Pero es que ha lanzado dardos muy potentes contra los medios y puede desmontar el bluf en el que se han convertido muchos de ellos -incluyendo a analistas y periodistas varios- y eso les duele.

La democracia americana nada tiene que ver con el circo partitocrático que tenemos aquí y en Europa. Congresistas y Senadores estadounidenses se deben a sus electores, no a sus partidos. El nuevo Presidente tampoco es títere del partido por el que se presentó, ni los congresistas y Senadores son títeres suyos. Suponiendo que quisiera poner en marcha alguno de los disparates que dijo en campaña, cosa que dudo pues campaña era y allí no se andan con chiquitas -y si no, repasen lo que Obama dijo de Hillary cuando se enfrentaron en Primarias-, Congreso y Senado frenarían dicho intento.

No hay más que ver que Obama lleva sin poder sacar adelante ninguna ley desde hace tiempo, precisamente por la oposición en dichas Instituciones incluso de parte de sus compañeros de partido. Aquello no es Europa, ni los americanos tienen vocación de ser protegidos. Ese intento fracasado de "Estado de Bienestar" que Obama quiso implantar empobreciendo a las clases medias será, cuanto menos, corregido. Los americanos prefieren protegerse ellos mismos con su dinero, no entregar el dinero al Estado para que lo haga él. Eso sólo a nivel de Defensa, pero no con otras cosas.

Lo que sucede allí no es tan sencillo, Trump lo simplificó para una campaña electoral, pero sabe perfectamente lo que hay. Creer que ha llegado a donde ha llegado siendo tonto sí que denota tontería. Allí hay un rechazo a lo establecido que él ha aprovechado haciendo creer que es contrario a lo establecido, incluso si lo establecido es su propio partido, lo que puede ser todo un doctorado en márketing. Pero él no es un independiente, se presenta por el Partido Republicano y ha recibido los votos de quienes votan a ese partido por razones diversas, más los que le han votado a él por parecer que está contra todo lo que se menea incluso en ese partido.

Trump no es un populista, tan sólo ha hecho una campaña populista; pero su campaña no es su programa. Es el candidato del Partido Republicano, no de la extrema derecha ni del populismo.

Así que menos clamar, menos propaganda ridícula, menos meter miedo, menos programas de política basura y menos querer decirle a la primera potencia democrática lo que es la democracia, que no parece muy sensato eso de intentar enseñar a tu padre a hacer hijos. Ya vimo en qué se quedó la alerta sobre el hundimiento de las bolsas cuando se supo la victoria de Trump. Sensatez, objetividad y paciencia. Lo de que Muslámen Woman se erija en consejera de la política mundial, para los programas basura.