lunes, 16 de octubre de 2017

Carta de Rajoy a Puigdemont

EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Madrid, 16 de octubre de 2017

Molt Honorable Sr. D. Carles Puigdemont ¡ Casamajó
President

Generalitat de Catalunya

Palau de la Generalitat

Placa de Sant Jaume, 4

08002 Barcelona

Estimado President:

Lamento profundamente que haya decidido Ud., como Presidente de la Generalitat
y como representante ordinario del Estado en Cataluña, no contestar el
requerimiento remitido el pasado 11 de octubre y, por lo tanto, no aclarar el
extremo de si alguna autoridad de la Generalitat ha declarado la independencia de
Cataluña.

Esta es una aclaración absolutamente necesaria. No sólo el Gobierno de España,
sino todos los catalanes, tienen derecho a saber con certeza si su declaración del
10 de octubre de 2017 ante el Pleno del Parlamento o la firma posterior de un
documento redactado en términos inequívocos, implican la declaración de
independencia, al margen de que ésta se encuentre o no en vigor.

Espero que en las horas que quedan hasta que se cumpla el segundo plazo del
citado requerimiento responda con la claridad que todos los ciudadanos exigen y el
derecho requiere. Prolongar esta situación de incertidumbre solo favorece a
aquellos que pretenden liquidar la concordia cívica e imponer un proyecto radical y
empobrecedor para Cataluña.

Ciertamente, el requerimiento que yo le envié supone el paso previo al
procedimiento establecido en el art. 155 de la Constitución que, en contra de lo
que usted afirma, no implica la suspensión del autogobierno, sino la restauración
de la legalidad en la autonomía. Pero, ante todo, el requerimiento es una
oportunidad para reconducir el grave deterioro de la convivencia que se vive en
Cataluña, para que la Generalitat vuelva a la ley y, a partir de ahí, se recupere la
normalidad institucional entre administraciones. La vuelta de la legalidad, previa
para cualquier diálogo democrático, se refiere al orden constitucional pero también
al Estatuto de Autonomía de Cataluña y sus normas de desarrollo, que han
resultado gravemente lesionados por las actuaciones de su Gobierno en las últimas
semanas.

Asimismo, el requerimiento remitido constituye una llamada a la claridad política,
para que todos los ciudadanos de Cataluña y del resto de España sepan con
certeza cuál es la situación institucional entre la Generalitat de Cataluña y las
Instituciones del Estado. El Presidente de la Generalitat no puede tratar asi a los
ciudadanos en un tema de tanta importancia. Tiene la obligación de explicarles qué
ha pasado y si su voluntad es cumplir 0 no las leyes vigentes.

No puedo aceptar en modo alguno la existencia de eso que usted denomina
"conflicto histórico entre el Estado Español y Cataluña". Nunca en toda su historia
los ciudadanos de Cataluña han gozado de más libertades, de más autonomía
política y financiera que durante esta etapa democrática. El único conflicto que
existe en este momento en Cataluña es un conflicto de legalidad. Y sólo
poniéndole fin podremos abordar las cuestiones que realmente afectan y
preocupan al conjunto de los catalanes.

No es mi voluntad generar nuevos escenarios de controversia, por lo que no voy a
comentar los supuestos resultados de una consulta que nunca ha sido válida, ni
puedo, como Presidente del Gobierno de España, interceder, ni siquiera valorar, las
actuaciones de otros poderes del Estado. Le recuerdo que todos estamos sujetos
al imperio de la ley y obligados a respetar o acatar las resoluciones de los
tribunales. Esa es nuestra obligación como gobernantes en un régimen
democrático basado en la primacía de la ley y la separación de poderes.

Quiero aprovechar, sin embargo, su referencia a la Unión Europea, para recordarle
que tanto las instituciones comunitarias como los gobiernos de los distintos
estados miembros han expresado con rotundidad su posición contraria a la
independencia y a la ruptura del principio de legalidad. No olvide que el Estado de
Derecho y el imperio de la ley son principios fundacionales de la Unión Europea, asi
como también lo es el respeto a la integridad territorial de los estados que la
conforman.

Las últimas actuaciones adoptadas por usted y su Gobierno están generando una
importante fractura en la sociedad catalana, asi como una enorme incertidumbre
económica que pone en riesgo el bienestar de los ciudadanos. Le recuerdo que
algunas agencias de calificación ya están planteando la posibilidad de que Cataluña
caiga en recesión si se prolonga esta situación de inestabilidad.

No resultan creíbles sus llamamientos al diálogo en nombre del conjunto de
Cataluña, cuando usted se niega a hablar con una parte importante de dicha
sociedad a través de sus legítimos representantes que, siendo —como usted dice-
menos en número de escaños, representan —como usted oculta- a un mayor
número de ciudadanos en votos. En cualquier caso, le recuerdo que, al margen de
porcentajes, uno de los indicadores que definen la calidad de una democracia es el
respeto a la oposición.

Yo, por mi parte, creo poder hablar en nombre, no solo del Gobierno y del partido
que le apoya, sino también de una gran mayoría de representantes del pueblo
español, como se evidenció en el pleno del Congreso del pasado día 11 de
octubre, que sin duda usted conoce. Allí se confirmó el apoyo a las actuaciones
del Gobierno en defensa de la legalidad. Además, se brindó un espacio
parlamentario para el diálogo entre todas las fuerzas políticas, incluida por
supuesto, la suya. Este marco, que tiene un apoyo mayoritario, es el mejor y el
más eficaz para el diálogo que usted reclama y en él pueden abordarse algunas de
las demandas que usted ha venido planteando y que, como le he explicado todas
las veces que ha querido dialogar conmigo, exceden con mucho mis competencias.
Le invito de nuevo a comparecer ante el Parlamento y trasladar sus demandas a
los legítimos representantes de la soberanía nacional, que son los únicos que
pueden entender de las mismas.

Le recuerdo, una vez más, que aún tiene margen para contestar de forma clara y
sencilla al requerimiento que le remití el pasado miércoles. Sigue estando en su
mano abrir un nuevo periodo de normalidad y lealtad institucional que todo el
mundo le está reclamando. En caso contrario, será Usted el único responsable de
la aplicación de la Constitución.


Atentamente,



Mariano Rajoy Brey