sábado, 14 de octubre de 2017

De felones, cobardes y ayudas de cámara.


Ha habido una negociación. En las horas previas a la esquizofrénica intervención de Puigdemont -declaro pero suspendo- los whatsapps iban y venían: haced una DUI vegetariana y os haremos un 155 light. «Nos pidieron desesperadamente una salida. La necesitan y debemos dársela. No podemos hacer frente a una rebelión popular". (De las negociaciones mientras se pensaba la declaración en el Parlament.)

«Nos piden que no vayamos demasiado fuerte, que ahora no conviene» dicen ahora voces desde la cúpula judicial.
(Conversaciones palaciegas desveladas por Cayetana álvarez de Toledo, testigo de las mismas, en El Mundo, 14/10/2017)

Que a Mas se le ha ofrecido no sé qué para que no se arruine, o para que su patrimonio no merme debido a la condena por lo del referéndum anterior, es algo que se evidencia en su nuevo papel "pacificador" y su repentina lucidez sobre la imposibilidad de una independencia que no es posible "por no tener sus estructuras de Estado listas".

Claro que una declaración de Independencia unilateral carece de validez y de valor jurídico, pero eso no significa que no se haya declarado. El referéndum tampoco puede considerarse como tal pero, con chapuza y todo, se celebró. A pesar de que Rajoy prometió que no se celebraría, incluso desde la Casa Blanca junto al Presidente de EEUU; que debe estar atónito ante un dirigente que permite eso en su país.

La cantinela de los ochocientos heridos por cargas policiales continúa. Y es normal que lo haga pues el Gobierno no ha pedido los partes médicos ni tampoco ha hecho campaña alguna para desmentir esa falacia, que ha contabilizado todas las asistencias en urgencias de ese día como si fueran resultado de las cargas policiales. Y no sólo no las ha desmentido y desbaratado la falaz campaña contra las FFSS, sino que ha pedido perdón por su actuación dándola por cierta. Si ese número de heridos ha sido real, ¿dónde están las imágenes de las visitas a esos heridos por parte de quienes hablan de ellos? ¿O alguien cree que de poder haberse hecho la foto con ellos no se la hubieran hecho?

Pero estamos ante algo más grave que unas campañas, estamos ante una traición de Puigdemont y comparsas a lo que juraron o prometieron cumplir y hacer cumplir, a sus conciudadanos y hasta a sus cómplices de felonía, la CUP. Y estamos también ante la traición de un Gobierno que no paró el golpe negociando bajo cuerda con los golpistas, y que sigue haciéndolo. Y otra traición más, la de parte de la Judicatura a su deber de hacer valer la justicia independientemente de la política.

Espero que si algún día en España se recobra la cordura y se instala un sistema plenamente democrático en donde haya realmente división de poderes, todos estos comparezcan como traidores ante los tribunales. Desde Rajoy y su colaborador necesario, Sánchez y cuadrilla -Margarita Robles llegó a pedir al ministro de Justicia que sujetara a los fiscales-, a Puigdemont y todos los que en la sombra le apoyaron, pasando por quienes movieron los hilos para cubrir sus delitos, Pujol, Mas y compañía. Así como de quienes desde la sociedad civil usaron de su medios y fortuna como apoyo a la jugada, léase Roures, Godó y compañía. Sin olvidar a quienes se dejaron comprar para presionar desde la calle, como Iglesias. Y detrás, la CUP y esas asociaciones independentistas, pagadas con dinero de todos y dirigidas por filoetarras, que se han ocupado de lanzar a la calle a esos a los que han convencido de no sé qué paraíso independentista, basándose en que ahí no estaría toda esta panda de corruptos.

Sería un desfile mucho más aplaudido que el del Día de la Fiesta Nacional, al que sólo acudió uno de estos felones, a pesar de que ya hace tiempo dijo sobre el mismo que era un verdadero coñazo asistir.