miércoles, 24 de abril de 2019

¿Debate o tertulia?


Anoche Rivera volvió a liderar el debate y, posiblemente, lograr un puñado de votos. Pero evidenció un cainismo que en nada favorece a la alternativa a Sánchez.
Casado se creció respecto al anterior debate, pero sigue sin despegarse lo suficiente del PP de Rajoy. De hecho ayer mismo éste último participó en un mitin electoral en Alicante para dejar claro que cuando Casado dice "nosotros" le incluye a él.
Iglesias estuvo ausente en su táctica de aparentar ser constitucionalista acérrimo y moderador para aplacar ánimos.
Él, que fue quien pidió tomar las calles para impugnar un resultado democrático que no le gusta. El que ampara los escraches y coacciones violentas contra otros. El que acusa de provocadores a quienes son acosados en algunas partes de España para impedir que expresen sus ideas. Una sobreactuación tan falsa como cuando dice no deberle nada a los bancos.
Sánchez sigue siendo Sánchez a pesar de las clases de actuación recibidas. O sea, sigue siendo nada por sí mismo, sino el producto del apoyo de todos esos que tienen un objetivo común: destruir España para repartirse los trozos. Además de un tramposo y mentiroso compulsivo que va de matón de barra.
Abascal no fue el gran ausente pues Sánchez lo hizo presente cada vez que pudo. El gran ausente fue Franco, al que Sánchez e Iglesias han hecho protagonista de estos diez últimos meses y al que, curiosamente, ninguno de los cuatro hizo la más ligera alusión.

En fin, más que un debate, una tertulia de esas que buscan más el show que el contenido. No hay que olvidar que los cuatro candidatos son producto precisamente de tertulias televisivas.