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martes, 21 de junio de 2011

Políticos y el 15M

Indignos

El brote de indignación nacido el 15M ha ido derivando cada vez más hacia algo que no tiene que ver con la espontaneidad de una indignada protesta. La izquierda se ha apresurado a apropiarse de lo que creen puede ser un movimiento que haga dar la vuelta a las encuestas en las generales. Las propuestas que salen en las diversas asambleas de esta movida -llamarlo movimiento es prematuro- son expresiones de deseos, de la indignación, pero no son propuestas articuladas.

Cuando de verdad han querido articular algunas propuestas, éstas no eran otra cosa que intentos de llevar a la práctica lo que ya fracasó: el marxismo. Y el marxismo no es democrático. Como tampoco es democrática la actitud de falta de respeto a la voluntad de los votantes y a la libertad de los ciudadanos de hacer uso común de lo que es de todos. Si no hubiera sido por su clara deriva ultraizquierdista, la últma manifestación habría sido apoteósica. Aún así se sumaron de forma incauta muchos que no son de esa cuerda.

Pero les falta algo esencial en un movimiento de indignación contra el estado de cosas: indignarse contra el gobierno. No es normal protestar por todos los males sin protestar contra los que son responsables de atajarlos y minimizarlos. Y eso fue lo primero que me hizo desconfiar tras mi primer impulso de sumarme al descontento. Tampoco es normal el que no se permitan banderas de España mientras he visto algunas de un régimen que acabó en guerra civil. El que algunos defiendan el que se dijo que no apareciera bandera alguna no me vale, pues equipara la de todos con las partidistas o sectarias. Estamos en España y si ese descontento se siente ofendido porque aparezca la bandera, no es mi sitio.

Yo no estoy contento con el sistema, ni con la partitocracia en la que ha devenido nuestra pretendida democracia, ni con la profesionalización de los políticos, la desaparición de la división de poderes, el control de la libertad de expresión a base de comprar altavocías a cambio de ingentes negocios mass media, la anulación de los sindicatos obreros sustituidos por unos institucionalizados, comprados y politizados en su misma esencia. No quiero unas instituciones multiplicadas y repetidas, ni la desigualdad derivada de por en qué parte de España residas.

Quiero que España exista y no se diluya. Me niego a que unos pocos independentistas marquen la política de Estado, cuando su objetivo es precisamente desmembrar dicho Estado. No estoy de acuerdo con el trapicheo que hay con las Cajas de Ahorro para tapar su despilfarro y mala gestión provocada por políticos. No quiero mantener con mi dinero empresas que han fracasado por su mala gestión. No quiero empresas públicas sin transparencia para colocar a los amigotes. No quiero diecisiete sistemas de enseñanza. Ni tener que hablar, por imposición, una lengua distinta a la común.

Podría seguir y exponer lo que me indigna, que es mucho. Y seguro que coincidiría con lo que indigna a muchos de los que se identifican con el 15M. En otros puntos diferiría. Eso es la democracia. Las asambleas no lo son. Las asambleas llevan al totalitarismo. Ya las sufrí hace mucho en la Universidad y no llevaron a nada. El único movimiento de indignados -antifranquistas de entonces- que tuvo relieve fue el organizado. Y tras esa organización estaba una estructura, un programa y unos líderes. Entonces era el PC, no había otro, y aglutinó a muchos indignados que no éramos comunistas pero teníamos algunas exigencias comunes. No había democracia para encauzar dichas protestas.

Hoy, este 15M no será movimiento sin organizarse, sin líderes y sin programa. Pero la organización que -cada vez es más evidente- está tras ellos, tiene nombre y apellidos. Y es una organización de izquierdas con vocación excluyente y totalitaria. Entonces también, cierto, pero es que ahora tenemos democracia. Imperfecta, pero tenemos las herramientas para encauzar esta indignación e incluso para cambiar el sistema sin llegar a revolución alguna. Y sin hipotecarnos en ideologías caducas y trasnochadas.

Ahora a la izquierda le interesa fagocitar este descontento. Ya ha conseguido que la indignación no se centre en el Gobierno, es un importante paso. Queda acusar a la oposición de los sufrimientos provocados por los recortes y ajustes que necesariamente hay que hacer, pero quedándose a salvo de la responsabilidad por los que está provocando el no haberlos hecho en su momento. Y, claro, la culpa al capital. ¡Ah, y a Aznar!..Y quienes no estemos de acuerdo: ¡fascistas! ¡Menudo argumentario!

La indignación debiera ser democrática y, por ello, sin signo político exclusivo alguno. Ni de derecha ni de izquierda; de todos. Buscando los puntos comunes para reconstruir un sistema que no funciona. No descalificando y expulsando de ese empeño a una parte importante de la sociedad y  provocando un nuevo enfrentamiento entre españoles. Por eso murieron muchos, impidamos que de eso vivan algunos. Vigilemos a los indignos pescadores que pretenden revolver el río.

miércoles, 8 de junio de 2011

Los restos del naufragio del 15M, ante el Congreso.

La indignación parvularia.

La manifestación que se desarrolla ante el Congreso de esos supuestos indignados suena a falso. Suena a preparación, no a algo espontáneo. No es creíble el que se les haya dejado llegar ante el Congreso, y ya es casualidad que lo hagan cuando dentro no hay nadie. Los párvulos nos creen párvulos a los demás.

El que su protesta se centre ahora en la reforma laboral suena a tan falso como que las pancartas que esgrimen las han hecho en casa. Más parece una escenificación de cara a la UE. A ver si así se creen que la reforma es de verdad al escenificar una protesta contra ella. Aunque ya tiene narices que se proteste ante el Congreso que no ha recibido aún reforma alguna, y no ante quien la ha preparado y la va a enviar allí para su aprobación. ¿Porqué no van a Moncloa a protestar ante quien ha preparado esa supuesta reforma?

No, a Zapatero ni tocarlo que luego se mancha el PSOE. Y ya se sabe quien mueve los hilos de lo que ha quedado del espíritu del 15M.

Pobres parvulitos los que aún acuden creyendo en utopías que nadie persigue. Pobres parvulitos los que lo organizan creyéndonos a todos los demás compañeros de clase. Yo, por mi parte, con estos restos de aquel ilusionado comienzo, ni al recreo.

sábado, 21 de mayo de 2011

Un movimiento inmóvil

Desencanto

Mi descontento con el sistema y con el estado de cosas ha aumentado al comprobar que aquí se manipula hasta el desencanto. Resulta que una movilización de protesta contra la situación, no sólo no pasa por protestar contra el Gobierno que nos ha llevado a dicha situación y contra los sindicatos sumisos, sino que se amansa y dulcifica ante la consigna y se compromete a ¡no alterar la jornada electoral! ¡Bendita protesta que no protesta! Si no se quería alterar eso, habría que haber esperado a convocar el asunto después de las elecciones, digo yo.

O sea, se protesta contra todo lo etéreo pero no contra la realidad y sus responsables. Es una protesta franquista, o lo que es lo mismo: una protesta contra la oposición y el mundo mundial que ha hecho que Zapatero no haya podido traer los juguetes que encargó a los Reyes Magos. Es la primera protesta nacida de la izquierda donde no se protesta contra el Imperio; puede que sea porque Papá Noel ahora es negro y amigo del PSOE.

Eso del apoyo moral que esa movida -pues en eso se queda, como apunta una comentarista del blog- está recibiendo del PSOE, partido del Gobierno y en donde militan muchos de los chorizos contra los que se supone se protesta, es otra incongruencia más de las muchas de esta extraña izquierda zapaterista que padecemos.

Y es esta nueva izquierda la que se ha hecho dueña de la movilización, que no se engañen los que han ido creyendo otra cosa. Los que se han sumado a esta protesta creyéndola espontánea están siendo utilizados para tapar vergüenzas y generar la tensión que el PSOE estima le beneficia. Y para minimizar su posible descalabro electoral. No deja de ser sorprendente que parezca mucho más una protesta contra Aguirre y toda la oposición, que contra el gobierno responsable. Si las cosas van bien para el Gobierno, entonces es gracias al PSOE; si no, es culpa del sistema, del PP y del mundo mundial. Excepto Obama, claro.

Cuando oí que  en un determinado momento se dijo, desde alguna de las asambleas de esta movilización, que su modelo era Islandia, tuve algo de esperanza. Pero se quedó en una pose. En Islandia lo primero que se tumbó fue al Gobierno, cuyos miembros están procesados, y a la banca irresponsable, con algunos de sus directivos en la cárcel. Así sí. Poco duró mi ilusión.

Ya desconfié desde el principio cuando ví quienes eran los que estaban tras los dominios de internet desde donde se empezó la supuesta revuelta. Luego tuve la esperanza de que la adhesión de quienes de verdad iban a expresar su desconteto de forma apartidista, pudiera aportar un sesgo espontáneo a la movilización. Hubo un momento en que ese espejismo casi toma forma. Pero poco duró. Estos expertos manipuladores de masas, bebidos en el más rancio marxismo, no han dado tregua. Y se han sometido a sus mayores.

-Vamos a protestar porque papá nos ha rebajado la paga de los domingos pero sin pasarnos, que papá es papá. Es el que manda en casa y trae el dinero. Mejor protestamos porque su empresa no le sube el sueldo... -¡Menuda movida de movilización sin movimiento alguno!

Aunque algo es algo porque, al fin y al cabo, algunos de los que de verdad protestan por el estado de cosas y contra el estado en el que han dejado al Estado, se han atrevido a dar un paso. Pero estos movimientos nunca llegan a nada sin líderes que los dirijan y aquí han terminado siendo dirigidos por los mismos contra los que se protesta. El desencanto llega hasta al mismo desencanto.

jueves, 19 de mayo de 2011

Puerta del Sol

Los vigilantes de la Plaza, o los sustitutos

Lo verdaderamente importante de la movilización que está desarrollándose en la Puerta del sol de Madrid es la demostración de que la unión hace la fuerza. Esa unión, por ejemplo, hace imposible que el gobierno pueda desalojarlos a la fuerza por mucho que la ley diga que hay que hacerlo.

Y para mantener esa unión lo que se debería lograr es aumentar las adhesiones. No se hará si hacia lo que se va es a una organización excluyente y dictatorial como la que parece se está imponiendo. Ni tampoco reivindicando utopías imposibles y posiciones sectarias. Se trata de sumar. Una vez conseguida la suma, ya se verá qué es lo que se pide. Ese memo que hoy se ha plantado allí con una bandera republicana se ha ganado a pulso el que se la hicieran guardar.

De momento, lo que creo que es fundamental es hacer patente contra qué se protesta, con lo que no se está de acuerdo y aclarar qué es lo que no son los que forman esta movilización. Y digo movilización, no movimiento. Eso ya vendrá una vez logrado lo fundamental. Y eso es el hacer patente el descontento con la clase política y sindical, con el sistema o con el Sursum Corda.

Ante las actitudes de algunos que se han erigido en vigilantes de la plaza y que se atreven a decir a los periodistas lo que tienen que hacer, vigilando incluso lo que responden los entrevistados, no puedo menos que desconfiar. Esas actitudes no son otra cosa que las actitudes de los sustitutos. O sea, de los que no buscan otra cosa que sustituir a aquellos contra los que ahora se protesta. Pero sustituirlos para seguir haciendo lo mismo.

Estos sustitutos autoelegidos son los que quieren reconducir esta movilización que no debiera de hacer otra cosa que mostrar su descontento para conseguir cada vez más adeptos. Eso sí hará que las cosas cambien. Si devienen en otra cosa, no terminarán más que formando parte de otro movimiento político más y acabarán por disolverse sin ayuda.

Yo puedo tener mis simpatías hacia determinadas ideas políticas, pero hoy tengo prioridades. Y esas prioridades pasan por protestar contra lo que estimo hace imposible que esas ideas, y otras diferentes, tengan un cauce adecuado en un sistema adecuado y con un respeto infifnito hacia el Estado de Derecho. O lo que es lo mismo, hacia la división de poderes y la democracia real, sin partitocracia alguna.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Democracia real ya, ¿o socialismo real ya?

Un pulso mantenido

Desde las 20 h. de esta tarde el Gobierno está incumpliendo su obligación de hacer cumplir la ley. No disuelve una manifestación declarada ilegal por la Junta Electoral de Madrid. ¿Porqué?

Desde esa hora la campaña electoral ha desaparecido ensombrecida por la manifestación de los descontentos y por su decisión de cargarse la jornada de reflexión. A mí lo que no me termina de encajar es que esto no se esté produciendo ante la Moncloa en vez de ante el gobierno regional de Esperanza Aguirre. Y tampoco me termina de encajar el intento de descalificar estas elecciones presumiblemente perdidas por el partido del Gobierno.

Yo estoy de acuerdo con muchas de las quejas expresadas por los descontentos. Apoyo la reforma de la ley electoral, la despolitización de la justicia y de las diversas instituciones que no debieran ser políticas, apoyo la desaparición de un Tribunal político por encima de los tribunales de justicia, estoy de acuerdo con acabar con la partitocracia e instalar una democracia participativa. Estoy de acuerdo con acabar con el monopolio político y sindical, así como con quienes viven del cuento y derrorchan nuestro dinero. Estoy de acuerdo con dejar de ayudar con mi dinero a empresas de millonarios y a bancos que no dan créditos. Con esas cosas estoy de acuerdo y apoyo la protesta.

Pero no sé quienes acabarán instrumentalizando ese descontento. Sí sé quienes se van a cargar el asunto si ven que no pueden manipularlo. Los mismos que intentarán que esto acabe mal enviando reventadores si es preciso. E incluso haciendo creer que quienes están detrás del descontento es el PP, como ya se intentó.

Ahí hay mucha gente que pide democracia convencida de que esto que tenemos no lo es. La mayoría expresa su descontento contra la clase política, pero no entiendo una manifestación de protesta si no es contra el Gobierno. Las manifestaciones contra la oposición se hacían en el franquismo como apoyo incondicional al régimen. Echo de menos eso, la protesta contra el gobierno. Y si además se protesta contra todo el sistema, mejor.

A mi me gustaría que alguien despejara mis dudas sobre si esto se estaría produciendo si el previsible ganador de las próximas elecciones fuera el PSOE. Esto no me huele bien. El movimiento tiene razón, pero el riesgo de que sea monopolizado por la izquierda afecta al régimen es cierto.

El parecido con lo sucedido en el norte de Africa es evidente, como también es evidente que cuando ese parecido lo ha evidenciado alguien del PP los medios se le han echado encima, y no ha sido así cuando la comparación ha partido del mismísimo Felipe González. El sectarismo es lo que se ha cargado este intento de democracia devenido en partitocracia, además de derivarse en una pérdida evidente de libertades individuales.

Rubalcaba está entre la espada y la pared. No puede incumplir la ley -aunque ya la está incumpliendo- y tampoco quiere aparecer como quien acabe con un movimiento que expresa el descontento. Así que necesita zafarse y clavar la espada en la pared, y a falta de un Rey Arturo que la desclave, hará cualquier cosa que pueda perjudicar a sus adversarios políticos dejando a un lado su deber de mantenr el orden público. Intentará que la derecha descalifique la protesta para luego decir que no actuó contra los manifestantes para no hacerle caso a esa derecha.

En cuanto a quienes se asustan porque dicen que este movimiento se quiere cargar el sistema, sólo decirles que el que se mantenga el sistema beneficia cada vez más a los mismos. El problema es que el sistema esté corrupto y sea ineficaz, no el que se quiera acabar con eso. En todo caso el problema podría ser el método para lograrlo, las revoluciones se llevan por delante demasiadas cosas, incluso vidas, no sólo lo que no funciona.

Claro que también existe la posibilidad de que alguien haya orquestado acabar con estas elecciones y con quienes las ganen, si no son los suyos. Si consiguen liar el follón bien liado, hasta podrían aplazarlas. Todo es posible con estos que se han hecho con las riendas del poder.

De momento, puede que hasta la lluvia salga en ayuda de Rubalcaba para darle un respiro.

martes, 17 de mayo de 2011

Controlar el descontento

¿Democracia real, ya?

El domingo se produjeron numerosas -y previstas- manifestaciones de descontentos y supuestos antisistema. Se supone que las manifestaciones iban contra el estado de cosas en el que nos encontramos, por ello no puedo más que maravillarme del birlibirloque hecho por el PSOE para intentar capitalizar dicho descontento. Es el PSOE quien gobierna, no un ente ajeno y abstracto o un agente secreto al servicio del capital y de los empresarios. Es el PSOE el responsable del estado de cosas actual, por ello da risa el que se intenten sumar a quienes expresan su descontento con eso.

Pero no es de extrañar. Los estrategas del partido saben que tienen que dejar que el descontento fluya para evitar que les explote en la cara. Nada mejor que alentarlo para poder desviarlo lejos de sus carnes. De hecho, la página web desde donde se alienta esta protesta es de un grupo afín a la izquierda y financiado por ésta. De Jerez, concretamente de un grupo del PCE local.

Parecen decir:

  • ¿Estás descontento por no tener trabajo, por que la justicia no funcione más que para los terroristas, por el derroche de los políticos, por los impuestos que te ahogan..? Vale, te apoyamos; nosotros también estamos descontentos con lo que pasa, así que adelante, protesta contra... ¿las zapatillas blancas?
  • Protesta que te apoyamos, pero protesta contra lo que sea excepto contra el Gobierno y el PSOE. Protesta contra los empresarios, contra los bancos, contra el mundo mundial, pero no contra nosotros que somos sus amigos. 
  • Protesta contra la banca, que son malísimos, mientras nosotros la ayudamos con tu dinero. No protestes contra nosotros.
  • Protesta contra los jueces políticos, que son corruptos y prevaricadores, pero no contra nosotros que somos quienes los ponemos y damos directrices.
  • Protesta contra los empresarios que despiden a trabajadores, pero no contra nosotros que hemos creado una situación insostenible para las empresas. Protesta contra el cierre de empresas, pero no contra nosotros que cobramos de esos cierres.
  • Y, por supuesto, protesta contra el PP, que tiene la culpa de todo.

Pues va a ser que no, que la protesta es contra el estado en el que han dejado al Estado entre todos. La protesta es contra la falta de esperanza de una juventud que ve como no va a poder vivir mejor de lo que vivía en casa de papá. La protesta es contra una clase política que se ha cargado la democracia politizándolo todo y reduciéndola tan sólo al acto de votar. Y además, votar a quienes ellos decidan que tienes que votar. Aquí habría que recordar que también se votaba en el franquismo, se vota en Cuba y se votó en Alemania a un chalado que desencadenó una guerra mundial. No es el voto lo que caracteriza a un Estado Democrático de Derecho, sino la división de poderes y el voto libre a quien deseas te represente.

Aquí se vota a los partidos para que sus cargos puedan vivir de la política, no para que nos ayuden a vivir mejor a los demás. Y si no se protesta por eso y por los derroches que cometen una vez elegidos, entonces mejor no protestar. Estos estrategas de Blanco pretenden poder reconducir esas protestas y dirigirlas en su momento a donde les interese.

Ellos han tirado la maceta por la ventana por dejar que se pudra el soporte que la sujeta, y aplauden a quien protesta por ello diciéndole que proteste más fuerte, pero contra el viento. Ya se sabe que sin el viento no hace falta soporte alguno para que la maceta no caiga. O algo así.