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martes, 1 de septiembre de 2015

Buscando la quiebra.

El concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez Mato, cree que el 80% de la deuda municipal es "ilegítima". Así lo afirma en un artículo que acaba de publicar la revista "Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global".

Habría que preguntarle si lo que le llevó a arruinar la empresa que lideró durante 18 años fue esta paranoia anticapitalista que demuestra. ¿Lo hizo para demostrar lo malo que es el sistema? ¿Aplicó una alternativa económica a dicha empresa para que sus trabajadores no fueran al paro como fueron? ¿Tenía siquiera conocimientos sobre alguna alternativa a la quiebra? ¿Tiene alternativas ahora o sólo quiere arruinar Madrid para demostrar lo mismo?

Lo único que está demostrando, aparte de una ignorancia mayúscula de la economía de mervado, es su capacidad para que los madrileños pierdan dinero -el bono madrileño ha perdido 100 puntos en el mercado secundario de deuda desde que él llegó- y que sigue siendo un experto en llevar a la ruina lo que toca. Bueno, y que el PSOE, que le apoya y le permite estar en ese puesto, ha perdido el norte.

Una deuda nunca es ilegítima si es legal. Puede ser ilegítima, o incluso ilegal, la forma de gastar lo que se ha recibido prestado, pero para eso están los tribunales. Pero eso no les sirve para esta causa general contra el PP con fines electoralistas a cargo del bolsillo de todos.

Todos los países que han ido por esa senda y que se han negado a pagar parte de su deuda, han terminado en el corralito. Me pregunto si el viaje de carmena a Argentina no ha sido para aprender algo de cómo se organiza el corralito. Aunque me temo que crral ya tiene, no hay más que verlo.

viernes, 28 de agosto de 2015

Madrid, villa y circo.

Pretenden que los ciudadanos "decidan" sobre la deuda.


Según Sánchez Mato, la clave radica en que "se someterán los procesos de debates ciudadanos a mecanismos democráticas que determinarán qué hacemos con los resultados. Se trata de cumplir derechos humanos, como el de dar derecho a la gente de participar en las políticas municipales que se están desarrollando".

La participación ciudadana y su consulta ya se hace en las elecciones. Eso de "consultar a la gente" y que "el resultado sea vinculante" necesariamente tiene que pasar por un proceso que garantice que dicha consulta se hace con todas las de la ley y no sólo consultando a los amigos.

Y eso se llama referéndum, no consultas asamblearias, y de hacerse así el gobierno municipal será el más caro de los que hemos tenido en la historia. Y puestos a consultar, mejor consultar sobre lo que se va a gastar que sobre lo que se debe, pues se seguirá debiendo se consulte o no. Así que deberían consultar en referéndum si los madrileños quieren gastarse ese dineral en referéndums.

O mejor aún, si los madrileños están de acuerdo en esa forma de gobernar en la que los elegidos para tomar decisiones devuelven la pelota al ciudadano en vez de tomar esas decisiones. A lo mejor con la primera consulta ya bastaba y tenían que volverse a casa a hacer los experimentos con casera.

Aunque yo le preguntaría a Carlos Sánchez si ése fue el procedimiento que siguié para arruinar la empresa de la que fue responsable y que terminnó con todos sus trabajadores en el paro. Y qué piensa del dinero de más que van a pagar los madrileños en intereses tan sólo por lo que la posibilidad de que hiciera propuestas de este cariz ha hecho encarecer la deuda madrileña, cuya prima de riesgo se ha encarecido 100 puntos.

Este incapaz -pues su incapacidad está demostrada y pueden testificarla esos trabajadores de Herlobe a los que llevó al paro-, está empeñado en repetir la odisea helénica en los madriles. Y en llevar a cabo una causa general contra el PP a cargo de los ciudadanos. Si cree que parte de los gastos, que no la deuda, han sido ilícitos, que lo denuncie, pero que no emule a Linch descargando su responsabilidad en el pueblo. Su conversión anticapitalista nace después de su estrepitoso fracaso como capatilasta y su incapacidad para seguir en la empresa privada, pues nadie quiere a un fracasado de ese nivel. Por eso lo de vivir de la política y el activismo desde entonces. Pero sus fobias que se las sufrague él.

Y mientras tanto, el responsable de que el ayuntamiento de Madrid se haya convertido en el circo al que ayer asistimos, Carmona, diciendo que Esperanza Aguirre convierte la política en un circo por pretender descabalgar democráticamente a estos payasos. Por lo visto no quiere más circo que aquel en el que él es el payaso estrella. No es de extrañar que el PSOE lo haya descabalgado a él de la portavocía, pero se han quedado cortos si lo que pretendían es que no hubiera más payasos que los podemitas. Manteniendo a Carmona en el Ayuntamiento seguirá encabezando el cartel circense. Aunque es cierto que intentaron que se fuera a hacerlo en el Senado.

Éste es el ayuntamiento actual de Madrid, el que no hace más que hablar de que tienen que ser los ciudadanos los que decidan, mientras están ahí por no aceptar, e incluso despreciar, a quienes han sido el partido más votado por esos ciudadanos. Claro que encabezado por la que consideran la Bestia Negra desde la izquierda. Y desde parte de su propio partido, que todo hay que decirlo.

viernes, 21 de agosto de 2015

Apuntes sobre "auditorías de deuda" y austeridad.

Con el asunto de Grecia vuelven las voces que culpan de todo a las políticas de austeridad y, en el caso griego, a las políticas de austeridad impuestas por Europa. Pero echo de menos argumentos consistentes que expliquen esa opinión pues los que oigo no son más que ideológicos. Y si además provienen de ideologías contrarias al capitalismo y a la economía de mercado -que es, guste o no, en donde vivimos-, pues poca credibilidad puedo darles.

Es lógico que quienes son contrarios a la economía de mercado pretendan medidas que perjudiquen dicho sistema económico y así tener más argumentos para intentar convencer de que su postura intervencionista, o incluso abiertamente comunista, es la que hay que imponer. Pero no son argumentos para intentar explicar realmente la realidad económica y el comportamiento de los gobiernos para lograr remontar crisis económicas, reducir o aumentar el déficit, o incluso recurrir al endeudamiento externo para no dejar de pagar servicios que, en algunos casos, son derechos de los ciudadanos.

Esos servicios y esos derechos se cubren con dinero, no con ideologías, y el dinero hay que generarlo y, si no llega, pedirlo prestado. Y si quieres que te presten tienes que garantizar de alguna manera que lo puedes devolver. Esto es un axioma objetivamente cierto y ocurre en cualquier tipo de economía, sea de mercado, intervencionista, comunista o, incluso, de trueque. Quien presta quiere recuperar lo prestado, aquí y en donde sea.

¿Y qué pasa cuando se gasta más de lo que se puede generar, recaudar o conseguir prestado? Pues pasa que tienes que recortar los gastos para que te llegue el dinero del que dispones. ¿Y si a pesar de ello se sigue gastando? Pues no te llegará el dinero y tendrás que pedir prestado incluso para pagar los préstamos y que así te sigan prestando. Y si se persiste en esa postura de seguir gastando, al final generas poca confianza y quienes te prestan te pedirán cada vez más intereses que compensen el riesgo de que llegues a un punto en que tampoco te llegue para devolver lo que te prestan. Y si se llega a ese punto te dejarán de prestar, con lo que el batacazo es inmediato pues te estabas manteniendo y pagando los servicios con el dinero que te prestaban.

Por ello, lo más irresponsable es alertar a tus acreedores avisando de que puedes dejar de pagarles. Y hablar de "auditorías de deuda" es la mejor forma de hacerlo, pues es un eufemismo claro para no decir que se intenta no pagar alguna parte de ella. La deuda es legal si ha pasado por todos los procedimientos exigidos por el Estado de Derecho para emitirse. Y la deuda no es finalista, por lo que de existir alguna irregularidad será a la hora de gastarlo, y de eso no tienen culpa los acreedores. Luego, si hay alguna deuda legal pero "ilícita", no sería la deuda en sí lo ilícito sino la manera de gastar lo que se ha pedido prestado, lo que no hace desaparecer el hecho de que lo prestado se sigue debiendo.

Los Estados emiten deuda para conseguir dinero prestado pero no dicen en qué se lo van a gastar. Los que se lo prestan tampoco lo preguntan si hay garantías de recuperarlo y les pagan los intereses pactados. Así que si se hacen recortes son los gobiernos quienes los hacen, no los mercados quienes los imponen. Pero eso cambia en cuanto hay riesgo de impago.

Si se produce ese miedo, los inversores, el mercado -o sea, todos los ahorradores y quienes tengan cuentas corrientes, de ahorro, remuneradas, fondos de pensiones, de inversión o lo que sea, pues son esos fondos los que manejan "los inversores" para prestar el dinero-, se retraen y no te prestan. Invierten en otro lado.

En ese punto se tiene que recurrir a los Estados amigos, o con los que se tienen determinadas alianzas, para que sean ellos los que den esos préstamos que el mercado no quiere dar por falta de confianza. Y esos estados o esas alianzas sí que pueden exigir determinados recortes para que no se siga produciendo la situación que ha generado el desastre de tener que acudir a un rescate en vez de a la normalidad de emitir deuda y venderla en los mercados financieros. Además de que quieren asegurarse que el dinero que ponen o que avalan les sea devuelto. Son responsables de él ante sus ciudadanos, dueños, en última instancia, del dinero aportado para ese rescate.

Como consecuencia, vienen las políticas de austeridad, pero es que no hay otra si no hay dinero. Éste no crece en los árboles y los países de la UE han cedido su capacidad de fabricar dinero o de despreciarlo para intentar salvar estas situaciones. Y lo han hecho voluntariamente con el apoyo de sus ciudadanos, pues éstos son quienes eligen a los que han tomado las decisiones y firmado acuerdos. En muchos casos ratificados popularmente por medio de consultas directas, pero, desde luego, aprobados por los parlamentos democráticos de cada uno de esos países que se han asociado.

Por supuesto que todo esto tiene muchos más vericuetos y complicaciones, pero he intentado exponer de forma sencilla un esquema general para quienes no somos expertos en finanzas internacionales. Si he conseguido aclarar algún concepto, por pequeño que sea, me doy por satisfecho. Y si en algún punto estoy equivocado, agradeceré las correcciones.

martes, 10 de marzo de 2009

Desconfianza.

El riesgo de que España entre en quiebra aumenta.


El riesgo de que la deuda soberana quede impagada crece desorbitadamente. En el mercado de credit default swaps (permutas financieras por impago crediticio) dicho riesgo ha pasado de 18 a 145 puntos básicos desde enero de 2008. En dicho mercado los inversores pagan una especie de seguro para cubrirse del posible impago si invierten en la deuda emitida por un determinado Estado para financiar sus políticas. Tan solo en lo que va de año ha crecido de los 100,7 a los 145,8; un 44,8 %. Es decir, si un inversor compra 10.000 $ de deuda emitida por España, tiene que pagar un seguro de 145,8 $ para cubrir el riesgo de perder su inversión si España quiebra y no devuelve la deuda. Si compra 10.000 $ de la deuda de EEUU pagará 95 $ tras la subida que dicho riesgo ha tenido respecto a todos los países.

Y mientras el Gobierno sigue emitiendo deuda con la que ayudar a las entidades financieras, la patronal bancaria pide que se dejen quebrar las entidades que no sean viables, en vez de seguir inyectando dinero a un pozo sin fondos. O sea, hacer lo que se ha hecho en otros países, y olvidarse de intentos de sacar de apuros a Cajas de Ahorro como la de Castilla La Mancha, con un agujero de más de 3.000 millones de euros.

Claro que si se hace eso, aparecerán todos los tejemanejes y trapicheos de los políticos que las manejan a su antojo. No parece que el Gobierno esté dispuesto a ello y así dejar en evidencia a sus políticos, entre los que estaría el propio Bono en este caso. Por lo que Zapatero seguirá intentando tapar con nuestro dinero la nefasta gestión de estas entidades, a base de emitir deuda que nos saldrá cada vez más cara de devolver. Están endeudando a nuestros nietos y bisnietos para tapar a parásitos y vividores que han sido colocados por los partidos en las Cajas de Ahorro a cambio de un "vete a saber qué" al que podríamos añadir un "piensa mal y acertarás".

¿Recuerdan aquello de que nuestro sistema financiero era el mejor del mundo mundial según Zapatero? Pues ya ven, ahora resulta que los informes que presentan sobre la situación económica y el futuro inmediato no son fiables para Solbes. Claro que las previsiones del Ministro no se han visto reflejadas por la realidad en ni una sola ocasión, al tiempo que dichos estudios no hacen más que corregirse para peor. No será de extrañar que lleguemos a los seis millones de parados. Al tiempo.

jueves, 5 de febrero de 2009

Mentira consensuada.

El PP sabía que era mentira que el dinero que se le daba a los bancos era para las familias y pymes.


Es lo que dijo Zapatero. Tras asegurar que nuestro sistema financiero era muy sólido, se reunió con los bancos y decidió que se les ayudaría con nuestro dinero, aunque diciendo que el dinero era para que llegara a las familias y las pymes. El PP protestó al principio, pidió transparencia, y exigió garantías de que el dinero iría a agilizar el crédito, pero luego apoyó la propuesta de Zapatero Y aceptó la opacidad. Ahora descubrimos por qué.

Cristóbal Montoro -exministro de Hacienda con Aznar y actual responsable de política económica en el PP- acaba de reconocer que el dinero iba a salvar a la banca, pues estaba al borde del colapso en octubre. Y ha reconocido que ellos lo sabían, pero que aceptaron apoyar la farsa para que no cundiera el pánico entre los ciudadanos. O sea, la oposición colaboró con el Gobierno para mantenernos engañados. Por lo visto para protegernos de nosotros mismos y que no hiciéramos caer a la banca retirando nuestro dinero.

Con ello nos han convertido en los únicos ciudadanos de los países de nuestro entorno que no han sido informados de la situación de sus entidades financieras. Por eso no ha habido quiebras bancarias, porque nos han engañado; porque nos han ocultado la realidad y lo que se hacía con nuestro dinero. Se ha ayudado con nuestro dinero a que las entidades pagaran parte de su disparatada deuda externa. La elevada deuda externa de nuestro país hace muy difícil seguir obteniendo financiación externa, y la de la banca forma buena parte de esa deuda. Y es muy posible que dicha ayuda fuera absolutamente necesaria; pero no mintiendo. No tratándonos como si todos fuésemos seguidores del zapaterismo y nos encantara que nos engañaran. El plan era, como muchos dijimos y hemos seguido manteniendo, única y exclusivamente para salvar el sistema financiero, apoyando incluso a entidades que han gestionado pésimamente quienes han sido puestos en ellas por el poder político, y no para que el crédito llegara a las familias como dijo Zapatero.

Y la mentira continúa, pero ya con el juego del poli malo poli bueno desde el PSOE. Ahora Zapatero quiere hacer aparecer como culpable a la banca de que no se den créditos, cuando la banca no recibió el dinero para eso. Por eso sale Blanco diciendo eso de que tienen paciencia infinita, como contrapunto a lo que dijo el Ministro de Industria sobre que al Gobierno se le está acabando la paciencia con la banca. Y mientras Zapatero se pone a reñir a la banca por no dar créditos, cuando sabe de sobra que si no dan más es porque no pueden, tan sólo para crear otro culpable y que no le miren a él. No me canso de repetir que la banca vive de dar créditos, pero que el exceso de crédito y su concesión a quienes no ofrecían solvencia suficiente para soportar ese exceso de deuda, es lo que ha llevado al sistema financiero a la situación en la que se encuentra.

Zapatero intenta no aparecer como responsable con el cuento de que él ha dado dinero para que haya crédito. Es mentira. No se dio ese dinero para ese objetivo. Y luego Blanco tiene la cara dura de decir que el PP no ayuda. Desde luego que no ayuda, pero a quienes no ayuda es a los ciudadanos, pues eso es el apoyar la mentira del Gobierno, pero es evidente que al Gobierno sí le ha ayudado al no dejar en evidencia su mentira. El que el PP se haya prestado al juego en vez de haber insistido en desenmascarar la patraña, puede tener mucho que ver con el asunto de las Cajas de Ahorro, que son las entidades más afectadas por la deuda externa, superior a sus recursos propios, y las primeras que se hubieran ido al traste de no recibir ayuda. Y tanto el PSOE como el PP, así como los nacionalistas, están en ese ajo.

No deja de ser curiosos que Pepiño Blanco hable como si fuera miembro del Gobierno, mientras miembros del Gobierno no abren la boca. El Ministro de Hacienda no dice nada, aunque da igual lo que diga, ya que lo que vale es lo que diga Zapatero, porque no parece que ya pueda mantenerse en su puesto mucho tiempo más. Será el siguiente que caerá en el proceso de Zapatero de hacer aparecer como culpables a todos menos a él mismo.

El grave problema de nuestro país es la deuda. La deuda externa es proporcionalmente la más alta del mundo. Nuestra dependencia externa era con Aznar del 2% del PIB; Zapatero lo ha agrandado a más del 12%. Estamos endeudados hasta un 120% de nuestro PIB. Como dice Montoro, tendríamos que estar trabajando todo el país durante un año y dos meses para pagar lo que debemos al exterior. Y la deuda de nuestras empresas y de las familias es tremenda y muy superior a lo medianamente soportable. Y otro gravísimo problema es la mentira que se ha constituido en algo normal. Y ya no hay oposición que al menos intente dejarla al descubierto.