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martes, 15 de diciembre de 2020

Un mundo al revés.



Hemos llegado al mundo al revés, hoy lo ha confirmado TVE. No otra cosa es que entrevisten a a un delincuente para dar lecciones sobre la justicia y a un comunista para hacer lo mismo con la democracia. Baltasar Garzón, ex juez condenado por prevaricación, comunista confeso, asesor de las defensas de los narco-políticos y narco-terroristas, amigo de las cloacas y pareja de la Fiscal General del Estado, dando lecciones sobre la justicia y un mitin  apoyando a Otegui y atacando a Vox.

Cada vez hay más motivos para pensarse seriamente apoyar a este partido habida cuenta de quienes pretenden quitarlo de en medio. Ayer Ábalos también lo descalificaba mientras defendía a Bildu. Por lo visto los de Bildu pueden pensar como quieran pero los de Vox no, hasta el punto de que se les perdona a aquellos su apoyo al terrorismo de ETA y a los etarras sus delitos terroristas. Esos delitos los cometieron por su pertenencia a esa banda, no a título personal como intentaba decir Ábalos para blanquear a Bildu.

No hace mucho, y precisamente por lo que es Bildu, el PSOE decía y prometía que jamás iba a pactar con ellos. Ahora no sólo pacta sino que pretende blanquearlos y hacer creer que son demócratas. No es cierto, lo que sucede es que este PSOE ha dejado de serlo y se rodea y apoya en todos esos que dicen ser demócratas desde ideologías que son absolutamente contrarias a la democracia pero que la necesitan para hacerse con el poder y así poder acabar con ella para no abandonarlo.

ETA no sólo no ha sido vencida, como dicen toda la sarta de tontos útiles y buenistas varios, es que nos ha vencido a todos. Esto aún no es una dictadura totalitaria, vamos camino pero aún no lo es, pero ya tampoco es una democracia.

Garzón es quien maneja la Fiscalía General del Estado a través de su pareja, Dolores Delgado. Y ambos, gracias a las cloacas y a Villarejo, tienen información suficiente sobre quienes los mantienen en ese puesto para que no salga a la luz.

Está claro que nos han dividido a los españoles, pero la división que pretenden hacer ver no es real. Aquí no se trata de dividirnos entre franquistas y antifranquistas, Franco murió hace 45 años. Ni tampoco es cierta la división entre monárquicos y republicanos, ni entre izquierda y derecha; la división real es entre demócratas y anti demócratas. Y toda esa gente no están al lado de la democracia por mucho que tengan todo el día esa palabra en la boca. Esa es la gran mentira que nos ha tocado vivir. El problema es que muchos están dispuestos a tragársela.

sábado, 18 de julio de 2015

Lamentos por Bildu.

Las Fuerzas de Seguridad se niegan a colaborar con la Policía Autonómica Navarra por estar dirigidas por Bildu.

Es un sinsentido. Si un partido no puede asumir alguna función si se le elige para ello es que no tendría que poder ser elegido. Las instituciones no pueden aislarlo y obviarlo por su cuenta, lo normal es que no estuviera habilitado para ejercer tareas políticas. O sea, que no existiera como partido por no cumplir con la legalidad. Y si la legalidad le permite presentarse a las elecciones es que esa legalidad no es como debiera y tendría que cambiarse.

Y de eso se trata, pues el partido en el Gobierno prometió ilegalizar a los partidos del entorno etarra. Promesa que se quedó en eso aduciendo todo tipo de excusas que no expusieron cuando pidieron el voto para gobernar.

Lo que ahora sucede no es culpa de los proetarras, ellos están en su papel y no engañan a nadie. Es culpa de quienes se lo permiten teniendo en su mano las herramientas para haberlo impedido. Mucho más si fue una de sus promesas electorales por las que recibieron, con toda seguridad, unos buenos cientos de miles de votos. Buena parte de ellos son esos que han dejado de apoyarles precisamente por no cumplir lo prometido y permitir que Bildu siga estando en las instituciones por ser un partido legal.

Y si es un partido legal, a apechugar con las consecuencias. Que ya vale de lamentarse por la leche derramada cuando no se ha querido poner de pie la botella. Un Estado no es viable si no se dota de los instrumentos necesarios para protegerse de sus enemigos. Y esas herramientas son las leyes que deben emanar de su Parlamento. De otro modo nos encontramos con que las Fuerzas de Seguridad tienen que saltarse la ley para proteger a los ciudadanos, y eso es el principio del caos. En este caso, el agravamiento del existente.

Además. de que no se puede aducir sorpresa, este episodio, o algo similar, ocurrió cuando en las Cortes se decidió que Bildu no podía estar en Comisiones de Secretos Oficiales, por ejemplo. El Tribunal Supremos dictó una sentencia plena de sentido común y justicia, que tumbó el Tribunal Constitucional, tribunal político auto erigido cumbre del sistema judicial. Aquel Tribunal es el que permitió este sinsentido, por lo que es esa Institución la que carece de sentido.

O sea, que se cambia o se elimina, pero lo que no se puede consentir es que hayan hecho de España un lugar menos seguro e ingobernable, de tal modo que para protegernos tengamos que saltarnos la ley que protege a los que van a por nosotros.

sábado, 25 de junio de 2011

Estado de sitio

Bildu aumenta su poder.

Desde el Gobierno y la izquierda -o sea, los mismos que han propiciado el desaguisado- se plantea ahora que el aumento de poder de Bildu no es plato de su gusto. Puede que en la balanza de sus espectativas de votos hayan descubierto que el asunto les hace perder más de los que creían ganar. Son como quien le quita el bozal al perro de presa y luego se sorprende de que muerda. ¡Joder, que es un perro de presa! ¿Cómo no va a morder?

Si estaban de acuerdo en que se presentara a las elecciones, ¿cómo no pueden estarlo con que consigan resultados?

El periodista de izquierdas, Carlos Carnicero, escribe en su blog un post en el que parece lanzar un lamento desde una izquierda que no se reconoce en el caos en el que se ha sumido el zapaterismo, el PSOE y, en general, la izquierda oficial.

En respuesta a su valiente planteamiento sobre si la legalización de ETA ha tenido carácter jurídico o político, me permito exponer mi opinión desde aquí, no sin antes felicitarle por su implícita equiparación de Bildu con ETA.

La legalización de ETA no ha tenido carácter jurídico sino político: el Tribunal Constitucional es un tribunal político desde su propia concepción, no jurídico. Pero se ha saltado su condición para invadir las competencias del máximo órgano judicial: el Tribunal Supremo. Y lo ha hecho para legalizar a ETA.

Me da igual si lo que creían quienes así han manejado a los magistrados de su cuerda, era que, con Bildu en las instituciones, ETA se disolvería. Eso no es distinto a pensar que un ejército atacante deja de atacar cuando el atacado rinde plaza. Seguro que lo hará si ése era su objetivo, aunque no se disolverá mientras le queden objetivos que conquistar. Y hasta puede que no use sus armas, ya que su sola presencia disuade de presentar resistencia. Pues lo mismo.

ETA sigue existiendo y vigila. Precisamente porque sigue existiendo ha conseguido ganar ese objetivo. O eso o continuaba atentando. Por lo que no puede presentarse la ausencia de atentados como un mérito del que se rinde, sino como una victoria de quien mantiene la amenaza si no alcanza lo que pretende.

En cuanto a lo de esperar a ver que hace Bildu para actuar legalmente contra ella, no es garantía de nada después de que, sin esperar, el Estado se ha saltado una sentencia del Tribunal Supremo para legalizarla. No tardará el Supremo en decir que lo hecho por el Tribunal Constitucional es impecable; al tiempo. Y no hace falta ver hasta donde llegan las provocaciones de los etasunos sino hasta donde está llegando el incumplimiento de la legalidad. Bildu está haciendo precisamente lo que se sabía que iba a hacer el brazo político de ETA.

Y frente a eso, ¿qué garantías tenemos de la defensa de la legalidad? La Justicia ya ha demostrado su nula garantía al someterse al poder político. También carecemos de garantías de lo que van a hacer unos partidos que anteponen sus intereses a los generales y, con sus desacuerdos, regalan las Instituciones a los etarras. Y tampoco es garantía el propio Estado, cuyo Jefe permanece mudo ante estos atropellos.

Un Estado que permite que los verdugos gobiernen a las víctimas, no es un Estado de Derecho ni se basa en la Justicia. Por lo tanto, empieza a no ser merecedor de defensa. Ni el Estado, ni su Jefe. Por indignos.