Mostrando entradas con la etiqueta refugiados. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta refugiados. Mostrar todas las entradas

viernes, 11 de septiembre de 2015

No corráis que es peor.

Ahora resulta que el Estado Islámico dice que huir a Europa es pecado.

Cuando lo he leído y oído en las noticias no he podido menos que sonreír ante el nivel de ingenuidad al que henos llegado.

El Estado Islámico está bien informado de las corrientes de opinión occidentales y, por supuesto, de lo que pasa en los países petrolíferos del Golfo. Y han detectado que ya hay quienes no se tragan que esa corriente migratoria está formada sólo por gente que busca asilo, sino que está propiciada por ellos para desestabilizar Europa e introducir a simpatizantes o a incluso a algunos de sus miembros. Así como que se dice que el refugio sólo será temporal.

Los países del Golfo ya han dicho que darán dinero pero que no dejarán entrar a los refugiados para que no  generen contaminación política y religiosa en sus dominios, lo que es una clara aceptación de que no los consideran sólo refugiados. Y esos países son musulmanes.

Aquí ya se alzan voces diciendo que nos vamos a gastar en ellos unos recursos que ya hemos recortado para los propios, por lo que para contrarrestar se alega que este refugio sólo será temporal.

Con este cuento de ahora no sólo se disfraza diciendo que condena esa huida para que no se piense que la propicia, sino que cierra las puertas a que los que lleguen puedan regresar algún día. Además, ya me dirán  a quienes de los que huyen de sus harrores les va a frenar que ellos digan que huir es un pecado. Así que estos refugiados lo serán para siempre, no para una temporada. A no ser que se borre de la faz de la tierra a esos bestias fanáticos.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Brazos abiertos.

Emocionada llegada de los primeros refugiados a Viena

Con un caluroso y emocionado aplauso fueron recibidos esta mañana, en la estación de trenes de Occidente de Viena (Westbahnhof), los 400 refugiados que llegaron desde la frontera con Hungría en el primer tren especial puesto a su disposición por las autoridades austríacas. Innumerables voluntarios acudieron a esperarles y ayudarles y repartían agua, alimentos, ropa de abrigo y mantas a los agotados aspirantes de asilo.

"Se está produciendo actualmente una inmigración de asentamiento que podría cambiar la faz de la civilización europea. Si acaba consumándose, será irreversible. Si Europa se hace multicultural, ya no habrá vuelta atrás, ni a una Europa cristiana, ni al mundo de las culturas nacionales. Si hoy nos equivocamos, será para siempre." (Viktor Orbán)


Si Europa reacciona, movida emocionalmente por el dolor de una foto, abriendo sus fronteras sin más, estas posiciones irán creciendo y terminaremos provocando que la apertura de fronteras se convierta en el cierre de las que ya habíamos abierto entre los europeos. Y en un crecimiento de los sentimientos xenófobos entre los europeos que reclaman una oportunidad y vean que las que hay tienen que compartirlas con los llegados de fuera. Y si no, al tiempo. Esa frase del Primer Ministro de Hungría es todo un avance.

Por ello, recibir a los refugiados acogidos al derecho de asilo no puede suponer confundir refugiados con inmigrantes económicos, y esto ya está pasando.

Ayer mismo, en las noticias, uno de estos, hoy alegres acogidos según el noticiero, cuando el entrevistador  le preguntaba si había valido la pena el riesgo que habría corrido con su familia para llegar a Europa, contestó que él no venía con sus hijos, que venía solo; y que lo que le movía es la búsqueda de una oportunidad para trabajar y vivir mejor. No mencionó que huyera de guerra alguna.

Eso es lo que buscan hoy en día millones de europeos, muchos de ellos sin las ayudas que a él se le están ofreciendo ya y, ni mucho menos, las que se le van a ofrecer a partir de ahora. Y si esa discriminación positiva es percibida como discriminación negativa para estos europeos, mal vamos. Por eso hay que mantener los ojos buen abiertos y no permitir que lágrimas de ningún tipo los empañen. Nos jugamos posibles lágrimas venideras, y seguro que las nuestras no tendrán pañuelos bienhechores que las enjuguen.