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sábado, 25 de julio de 2009

Presupuesteños y subvencioninos.


Es totalmente inaceptable que los sindicatos -y en menor medida la patronal- se financien de los presupuestos.

Zapatero ha hecho causa común con los sindicatos contra los empresarios y avanza una medida populista de aumento del gasto que no creará empleo en absoluto. Por decreto aumentará la protección a los desempleados sin cobertura alguna. Eso puede que sea una medida social, pero en absoluto una medida que vaya en la línea de generar empleo. Y no hay política más social que la que va encaminada a la creación de trabajo. Todo lo demás son parches e incluso limosnas para acallar a quienes podrían salir desesperados a la calle para subsistir.

Esta nueva operación de imagen que pretende presentar a este inepto que tenemos por Presidente como valedor de los desamparados, cuando es en buena medida responsable de su desamparo debido a que no toma medidas para contener el paro ni para crear empleo, es parte de lo que dicho Presidente es: un bluf mediático, un producto de marketing, una marca bien vendida, un ZP de la vida. Zapatero habla para sus incondicionales, no para la sociedad en su conjunto, y olvida que es el Presidente de todos y no solo de los suyos. Es el presidente de los empresarios tanto como lo es de los sindicatos y de los trabajadores, aunque esté absolutamente compinchado con los sindicatos y sea el garante de sus prebendas y privilegios a cambio de que no le ataquen a él. Por eso se suma a dar carnaza al populacho y acusa a los empleadores de ser los culpables de que se pierda el empleo.

Los empleadores crearán empleo sólo si ello se les permite. Si con ello crean riqueza y ganan dinero. Nadie pone una empresa como obra de caridad. Se crea una empresa para tener un medio de vida, y como consecuencia se crea empleo. Pero ello sólo será posible si se permite que el empresario compense el riesgo que corre con una posibilidad de ganancia. De lo contrario, no correrá el riesgo y por tanto no se creará empleo. Y lo de acusar a los empresarios de crear paro es tanto como acusarlos de querer arruinarse. Un absoluto disparate demagógico destinado tan sólo a la agitación y propaganda como en los mejores tiempos de la Unión Soviética. Pero de todos es sabido que esa economía socialista quebró por imposible. Y por corrupta.

Pero tal parece que ese es el modelo que gusta a los ignorantes que viven de ser liberados sindicales y que no sirven para nada más. Unos sindicatos que sólo son unos chupones del presupuesto y de los propios trabajadores, no son lo que un sindicato debiera ser. Estos sindicatos llegan hasta el punto de ganar dinero con el paro. Sí, como suena; no sólo ganan dinero asesorando laboralmente o jurídicamente a quienes pierden su empleo, sino que llegan hasta el disparate de ganarlo con los ERE -Expedientes de Regulación de Empleo- informando favorablemente aquellos que les proporcionan un beneficio económico. Es decir, la empresa que quiere sacar adelante un ERE, tiene que pagar lo suficiente a los sindicatos para que estos informen favorablemente. Y si ese informe es favorable, pues todos al paro. Algo que es como para partirles la cara, ¿o no?

Estos sindicatos no sólo son defensores de una casta privilegiada de trabajadores a los que consiguen que se les suba el sueldo por encima del incremento del nivel de vida, sin ápice de solidaridad hacia los que pierden sus empleos o hacia quienes tienen empleos temporales, sino que ellos mismos se han convertido en protectores de sueldos a sus liberados que no trabajan en absoluto en lo que debiera ser el trabajo por el que se les paga. Son una casta, una mafia más bien, que agitan y empujan -incluso con amenazas físicas- al resto de los trabajadores hacia huelgas que no son otra cosa que chantajes para conseguir sus privilegios. En ese empeño han creado más puestos en el paro que puestos de trabajo, pero eso sí, los trabajadores a los que se apoyaba han aumentado sus privilegios respecto al resto. Y son dóciles a las órdenes sindicales, por lo que esos sindicatos controlan los grandes centros de producción y las administraciones públicas. O sea, a los trabajadores más privilegiados.

Ahora vuelven al cuento inicial, a señalar como los malos de la película a los que crean empleo. A volver con el rollo del empresario opresor, cuando no hay mayores opresores que ellos mismos. Ni mayores manipuladores en beneficio propio.

Ya basta de que entre todos paguemos a quienes viven del cuento y además no aportan nada. Basta de subvenciones a los sindicatos, basta de subvenciones a la CEOE para cursos que no valen para nada. Si se necesitan cursos, que se financie a quienes los reciban y que sean las Universidades o centros especializados quienes los impartan. Porque ¿qué valor académico tiene un curso de la CEOE o uno sindical? Ninguno, aunque puede que sirva para que se conceda algún empleo para justificar dicho dispendio. Con lo que se abunda en la imagen mafiosa de estas organizaciones que puede que te den un empleo si haces un curso con el que ellos ganan ingentes cantidades de dinero a costa de todos. Así están las cosas.

Y quien se ha erigido en El Padrino de todo esto no es otro que Zapatero, que se permite hasta amenazar al presidente de los empresarios avisando de que los únicos que tienen que ceder son dichos empresarios, pues los privilegios de sus protegidos son intocables para que no le monten a él una huelga general. El marco laboral español es intocable según este experto economista de reconocido éxito; con lo que impide que se corrija justo lo que todo el mundo considera que es nuestro principal hándicap y lo que hace que nuestra productividad no sea competitiva. Y así nos va.

Si todo esto creara empleo, si creara riqueza para todos y no para unos cuantos paniaguados, a lo mejor hasta se podría mirar para otro lado. Pero resulta que lo que se sigue creando es paro. Y por mucho que se diga que se crea de una forma menos acelerada, la realidad es que sigue aumentando el número de parados. Y muchísimo más que en los países de nuestro entorno que padecen la misma crisis internacional que nosotros. Así que las palabras optimistas de Zapatero lo que hacen es que me tema lo peor, pues si esto le hace sentir que lo está haciendo bien no hará esfuerzo alguno para hacerlo mejor. Aunque ya ha demostrado que sólo es capaz de hacerlo peor, pues ni una sola de sus medidas ha logrado lo que se decía iba a lograr.

Así que ahora le parece estupendo que ya no haya tanta aceleración en la creación de parados. ¡Toma ya!, y cuando ya no haya nadie trabajando no habrá aceleración ninguna en la creación de paro, ni siquiera habrá nuevos parados. Ya estaremos parados todos. Menos los liberados sindicales, que no tienen de qué parar.

Pero ahí tenemos al españolito que ha aceptado ser súbdito creyéndose las mentiras y apoyando a quienes han conseguido que batamos todos los record de paro mientras señalan a otros como los culpables. Ahí tenemos a Andalucía con un increíble 25% de paro apoyando y aplaudiendo a quienes lo han permitido y viven como jamás hubieran podido vivir de existir un pueblo de verdad informado y que no permitiera que se le manipulara. Así que a la postre, tenemos lo que nos merecemos. Lo malo es que parece que aún merecemos más.

Ya es momento de acabar con paternalismos que quizás fueron necesarios en otros tiempo. Acabemos con las subvenciones a sindicatos, patronales y partidos políticos. Lo único que se ha logrado con ello es crear una casta de funcionarios que viven de los demás. Y que en buena parte se dedican a crear problemas para luego presentarse como solución a los mismos. Bonita forma de ganarse la vida, pero que se la paguen quienes se lo creen, no todos.

viernes, 8 de mayo de 2009

Liberados dinamiteros.

Altercados violentos contra la Asamblea de Madrid por parte de los sindicatos.

Los altercados violentos provocados por liberados sindicales contra la Asamblea de Madrid, demuestran que en absoluto defienden otra cosa que sus poltronas, no a los trabajadores. Para empezar, porque los que estaban allí hace mucho que no son trabajadores, sino vividores a costa de todos nosotros. Eso de los liberados sindicales es una lacra y un coste para todos, no solo para las empresas. Además de que su número es absolutamente desproporcionado, en absoluto defienden a los trabajadores de pequeñas empresas ni a los parados. Con los parados y con los trabajadores eventuales o temporales no pueden presionar a las grandes empresas públicas con huelgas, así que no les prestan la más mínima atención, por lo que se está generando una diferencia cada vez más acentuada entre trabajadores;por una parte los privilegiados, con sueldos y condiciones envidiables y que cada vez piden más, y por otra parte, los que tienen que conformarse con lo que sea para subsistir sin que nadie luche por ellos..

Pero lo que parece absolutamente fuera de toda lógica es que las protestas vayan dirigidas contra la comunidad de Madrid y contra su Presidenta, sin que aparezca la más mínima crítica o protesta contra el Gobierno de Zapatero, principal responsable de que la crisis nos esté golpeando de una forma muchísimo más grave que a los demás países. Lo de los partidos de izquierdas y los sindicatos calificando de pacífica y apoyando la actuación de esos vándalos que lanzaron objetos metálicos y tuercas, además de amenazas -se oyeron gritos de "la próxima visita será con dinamita"- , es otra demostración de la intencionalidad política de la actuación sindical, además de pareja y consecuente con la consideración de los piquetes de huelga como piquetes informativos, cuando lo más que informan es de que te partirán la cabeza si se te ocurre ir a trabajar si ellos han decretado huelga. Para estos animales totalitarios, libertad de huelga significa huelga obligatoria y la anulación del derecho a trabajar.

El que los sindicatos mayoritarios se hayan convertido en algo similar al Sindicato Vertical -pues apoyan al poder y viven de él en vez de financiarse de sus sindicados- es algo que debiera de hacer pensar a los trabajadores antes de secundar lo que estos sindicatos propongan. Sus intenciones son puramente políticas, no laborales. La declaración de una de las liberadas que han protagonizado las algaradas sobre que la comunidad de Madrid es la que más paro produce -algo absolutamente comprobable como falso- y sobre la supuesta gravedad del caso Gürtel -que ya me dirán qué tiene que ver con reivindicación laboral alguna- es una muestra más de los intereses políticos que mueven a estos sindicatos a sueldo.

Es absolutamente intolerable esta manipulación y esta verdadera tomadura de pelo con algo tan grave como los más de cuatro millones de parados. No se ve en los sindicatos el más mínimo asomo de solidaridad, ni de siquiera estudiar propuestas encaminadas a que las empresas puedan mantener una rentabilidad que no produjera más paro. Las empresas no viven de despedir a sus trabajadores, viven de rentabilizar el trabajo y la productividad de los mismos. El despido no se produce más que para impedir el cierre, y a veces ni así se consigue; y no tiene que ver con el coste de dicho despido. Si una empresa deja de ganar dinero, despedirá a sus trabajadores cueste lo que cueste, pues lo contrario le hará perder cada véz más. Pero si va a contratar nuevos trabajadores, el elevado coste del despido puede retraer la contratación ante el riesgo de que la falta de rentabilidad obligue a despedirlos. Las empresas miden sus riesgos, y ese coste lo aumenta.

La propuesta empresarial sobre el abaratamiento del despido -presentado como el acabóse por estos liberados- es una forma de animar a nuevas contrataciones, y el llamado contrato de crisis sería una salida para los contratos temporales y precarios. Ahora no tienen más que un contrato basura, así que aunque sólo se contemple una indemnización por despido de 20 días por año, siempre será mucho mejor que lo que tienen; y desde luego, mucho mejor que estar parado. Pero la ceguera y falta de responsabilidad de los sindicatos, empeñados en mantener los privilegios de unos pocos trabajadores y de ellos mismos, no permiten que se apliquen reformas laborales que modernicen nuestro mercado laboral, anclado en el franquismo.

He oido a determinada periodista de la cuerda zapaterista preguntarle a Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña, que si éste contrato de crisis se corregiría en el apartado de idemnización por despido una vez superada la crisis. Ante la respuesta de que ese contrato sería indefinido y por tanto no se corregirían sus condiciones, la contesación de esta periodista fue la de "entonces es natural que los sindicatos se opongan". Apunto a esta argumentación -que demuestra una cortedad de miras y una falta absoluta del sentido de solidaridad, así como un concepto totalmente franquista de las relaciones laborales- porque es la falacia habitual de los sindicatos. Negarse a este nuevo contrato es aceptar que los que tienen contratos precarios, temporales, o están en paro, puedan tener un contrato indefinido que les permitiría gozar de unas gartantías laborales mucho mejores que las que ahora tienen, por mucho que ello les suponga no tener una idemnización por despido igual a la que tendrían los privilegiados a los que protegen los sindicatos.

Los sindicatos se han mostrado indignados porque dicen que no van a permitir que se criminalice a los trabajadores por manifestarse pacíficamente. Curioso concepto de pacifismo tienen. Pero parafraseando a los que tiraban petardos repitiendo "con nuestro curro no se juega", habría que decirles que con el curro de los demás sí que no se juega, ni con el paro, ni con nuestro dinero, ni con la democracia, pues ¿qué es eso de amenazar a los representantes del pueblo con ir con dinamita a protestar? ¿A ellos quien coño les ha elegido para que decidan por los demás? Y para terminar ¿porqué no protestan contra el Gobierno de Zapatero, máximo responsable de lo que sucede? Pues, aunque les parezca mentira a estos liberados, es la izquierda -su izquierda del alma- quien gobierna; no el PP.

martes, 3 de marzo de 2009

"Solidaridad" sindical.

"Hay que recuperar Madrid como sea." (José Luis Rodríguez Zapatero)

Mientras Pepe Blanco pide que se aumenten en España los contratos a tiempo parcial, los sindicatos de su cuerda planean convocar huelga en el Metro de Madrid -finales de marzo y primero de Abril- para exigir que se acabe con ese tipo de contratos. Y además, con la que está cayendo, exigiendo una subida salarial muy por encima del IPC. Eso se llama tener solidaridad y coherencia en el lenguaje de moda de decir una cosa para definir todo lo contrario.

Y ya es curioso que se convoque dicha huelga precisamente en Madrid, donde gobierna Esperanza Aguirre, y por unos trabajadores absolutamente privilegiados, en comparación con el resto de trabajadores que ven peligrar sus puestos de trabajo día a día, con la amenaza de ir a engrosar las colas del INEM. Así que los sindicatos deciden ayudar a que la vida se les haga aún más difícil, al impedirles acudir a sus trabajos con normalidad; o amargándoles los momentos de asueto.

O sea, que los trabajadores que tienen un trabajo y una estabilidad que ya quisieran otros, no sólo exigen más de donde no hay, sino que además perjudicarán a los demás chantajeando para conseguir lo suyo. Eso es lo que son los sindicatos hoy en día: una panda de hijos de puta apoltronados y que utilizan políticamente a los trabajadores. A los trabajadores sólidos, claro; a los que están en precario y su huelga no perjudica políticamente a la oposición, que les den.

Y es muy posible que la hagan coincidir con Semana Santa, a ver si así joroban el turismo aún más de lo que ya lo hace la crisis. Habría que salir a la calle a protestar por la pésima gestión de la crisis; pero también para protestar por la postura de unos sindicatos, más pendientes de actuar políticamente a favor de sus intereses que de defender los intereses de los trabajadores.

Claro que con este ejemplo todo es posible, vean:

viernes, 5 de diciembre de 2008

¿Y los sindicatos?

Tres millones de parados y los sindicatos tapando al Gobierno que les paga.

El sistema hace aguas. No es sólo que el Gobierno de turno no haya gestionado la crisis adecuadamente, ni sólo que haya engañado -y lo siga haciendo- a la ciudadanía imputando la misma a causas externas, no. El problema es mucho más grave y profundo. Se trata de que no hay democracia y de que estamos en manos de quienes no buscan más que enriquecerse.

Nuestros diputados no representan a los ciudadanos, representan a los partidos. Y los partidos no tienen un funcionamiento democrático sino piramidal. Y además son estatales, es decir: es el Estado quien les paga. Y ese mismo Estado es quien paga también a los sindicatos, no los trabajadores afiliados a los mismos. Los sindicatos ni siquiera pagan a sus liberados, eso es un coste que se ha trasladado a las empresas y que pagamos todos. Sobre todo en el caso de los liberados en empresas públicas y en las administraciones estatales.

No existe separación de poderes. El ejecutivo -su presidente- es nombrado por el poder legislativo, el mismo que nombra al órgano de gobierno de los jueces y al Tribunal Constitucional. Este último es un símbolo en sí mismo de que no hay separación de poderes, pues no es más que un tribunal político y está por encima de cualquier otro. Es una sinrazón en sí mismo. Es un guiso que se cocina al margen de los ciudadanos en las cazuelas de los partidos políticos. Y estos obedecen al poder al que se deben: el poder económico.

Ni los diputados representan a los ciudadanos ni los sindicatos a los trabajadores, por lo que el sistema colapsa en momentos de crisis. En tiempos de vacas gordas no hay problemas, la gente tiene su bolsillo lleno y pasa de fijarse en nada más. Pero cuando el bolsillo flaquea la cosa cambia.

Por eso los partidos, sobre todo el del Gobierno, no hacen más que marear la perdiz y hablar de problemas que no son más que síntomas del verdadero problema. La Constitución no sirve. Cumplió su misión ya hace mucho tiempo, y a partir de ahí no es más que la causa de multitud de los problemas que padecemos.

Mañana se cumplen treinta años de aquella Constitución que nació con intención de ser transicional, y que promulgaron unas Cortes que no se eligieron constituyentes. La Constitución se hizo de arriba hacia abajo, el pueblo no tuvo nada que ver, tan sólo se le presentó como única alternativa a un sistema autoriatario y dictatorial.

Se hizo con prisas y con ánimo de no herir a los nacionalismos. Por ello se consagraron como constitucionales verdaderos disparates. Se habló de nacionalidades y regiones para contentar a nacionalistas independentistas, contrarios por principio al concepto de España como nación. Pero no se dijo cuales eran dichas nacionalidades, ni tampoco se definió lo que se entendía por dicho concepto. En la campaña de aprobación se dijo que eso no era sinónimo de naciones, pero no se plasmó en el texto. Hoy, casi todas las regiones se autodefinen como nación. Y una nación busca tener un estado. Y dicho estado debe ser distinto del de las otras naciones. Pues eso se vendió como algo que fortalecería la unidad, que ya tiene bemoles. Es como decir que el agua fortalece al fuego.

Es la única Constitución del mundo que llama castellano al idioma español. Y lo hace como imposición de los nacionalismos para luego –como se ve ahora- tratar de usar sus idiomas regionales en plano de igualdad, y hasta de superioridad, con el único objetivo de dividir y fortalecer su independentismo excluyente. Idiomas que no son otra cosa que inventos recientes con ese único propósito, pues en absoluto se usan como elemento de comunicación y transmisión de ideas, conocimientos, pensamientos y sentimientos. El único sentimiento que buscan quienes imponen dichas lenguas es el del odio hacia lo que es común, precisamente para que deje de ser común.

Es también la única Constitución que consagra el sistema electoral representativo, con lo que limita la democracia en favor de los nacionalismos periféricos que salen reforzados. Se hizo entonces y para entonces, pero se ha eternizado pues nadie previó que no se acometieran reformas constitucionales que corrigieran lo que tan solo era algo necesario para la transición. Con esta Constitución nunca podremos tener un sistema electoral del tipo de las democracias de nuestro entorno, que haga que los electos tengan que rendir cuentas a sus electores y no a los partidos que los incluyen en sus listas.

Como concesión al progresismo se impuso como objetivo al Código Penal el de la reinserción de los delincuentes, por lo que la misma está por encima del objetivo de defender a la sociedad de dichos delincuentes. Lo lógico es que cualquier objetivo que se refiera al penado se deje a lo que desarrolle el Código Penal en su apartado de Derecho Penitenciario, pero no plasmarlo como un derecho constitucional del delincuente, sea cual sea su delito. Ya vemos los resultados: somos el paraíso de la delincuencia internacional.

Las Autonomías que se han desprendido de ella son un grifo por el que se desangra nuestra economía, y se desangra también el principio de igualdad. Los españoles ya no somos iguales si vivimos en regiones diferentes. Podría seguir, pero desgraciadamente no tengo tiempo para escribir, las circunstancias me están privando de ese placer, pero no acabaré sin volver al tema inicial.

Los sindicatos están justo donde quieren estar: viviendo de la teta del Estado, es decir de todos nosotros, y a las órdenes del partido que soporta al Gobierno que les da de comer y que vela por sus intereses. Me refiero a los intereses de quienes cobran por su tarea sindical y no por trabajar, en absoluto por los intereses de los trabajadores que dicen representar.

Y así seguirán si no se produce una catarsis de verdad, un movimiento que ya no puede ser más que revolucionario y que acabe con este estado de cosas. Que acabe con esta casta de parásitos que nos desangran y que no hacen más que crear problemas donde no los había tan sólo para justificar su existencia.

viernes, 24 de octubre de 2008

Unos "Getas" Totales.

UGT se dedica a apuntarse al circo de la Causa General contra el franquismo.

El que no se les oiga, ni a éste ni a otros sindicatos, abrir la boca sobre la sangría del empleo, ni sobre la amenaza de quiebra de la Seguridad Social, ni siquiera sobre el riesgo que corren las pensiones -por no hablar de que ni mencionan la crisis-, y ahora pretendan con este circo desviar la atención de lo que tenían que hacer y no hacen, ya es sangrante. Pero lo que es intolerable es que venga, precisamente UGT, de víctima, cuando a pesar de la estafa monumental que montó con lo de la PSV, se ha llevado millones a chorros a cuenta del cuento de lo que el franquismo les quitó. Si empezáramos por exigir a estos sinvergüenzas cuentistas -que viven del cuento- que nos devuelvan lo que nos han quitado a todos, otro gallo cantaría. Hasta el dinero que tuvieron que pagar por la sentencia en la que fueron condenados por lo de la PSV lo pagamos entre todos gracias a Zapatero. Es lógico que ahora hagan lo que se les ordene.

Los sindicatos están para defender los intereses de los trabajadores y por tanto deben de ser los propios trabajadores quienes los sostengan. Y al existir libertad de sindicación, se debe poder elegir a cual de ellos pagas o si decides no pagar a ninguno. Pero aquí, no; aquí se hereda lo del Sindicato Vertical franquista y pagamos de forma obligatoria a través de nuestros impuestos. Luego es el Estado quien paga a los sindicatos, con lo que no dependen en absoluto de los trabajadores, ni de su buena gestión a favor de los mismos, para subsistir. Hagan lo que hagan, cobran. Y si hacen lo que el Gobierno -de su cuerda claro- les dice, cobran más. No son más que un arma política en manos de los partidos a los que pertenecen. No son sindicatos de obreros, lo son de políticos. Y para ello manipulan a los trabajadores con sus cuentos.

A lo mejor hay trabajadores que les encanta estar en paro mientras se pueda acusar de algo a quienes ya pasaron a otra vida hace tiempo. O a quienes les importe más lo que pasó hace setenta años que si mañana tienen para dar de comer a su familia, pero los supongo los menos. O serán los que viven precisamente del cuento, no de trabajar en empresa alguna, los liberados que viven de todos. Los parásitos profesionales. Como el descomunal Geta -jeta con "g" de grado supino- profesional que los dirige.

Estos sindicatos son los que han propiciado el que existan trabajadores de primera y de segunda. Se han centrado en los sectores en donde pueden hacer fuerza y en las empresas a las que pueden paralizar y de las que pueden vivir sus "enlaces" subvencionados. Los trabajadores de la Administración, por ejemplo, pueden recurrir a la huelga para reivindicar mejoras. Que se lo digan a un repartidor de pizzas o al mecánico del taller de la esquina. A ver si pueden hacerlo sin encontrarse en la calle de inmediato. En absoluto han gestionado unos convenios colectivos mínimamente presentables a los que puedan acogerse trabajadores de pequeñas empresas que no pueden presionar de ningún modo. El escandaloso caso de lo que nos cuesta a todos tan sólo los liberados y enlaces sindicales de la Administración de la Comunidad de Madrid, ya sería suficiente como para declararse en huelga de sindicatos. O sea, mandarlos a tomar viento y obligar a sus miembros a que trabajen para ganarse el sustento, y que dejen de hacerlo con el sudor de los demás.

Pero es lo que tenemos. Una tremenda sangría económica sindicada. Es algo que no sucede más que aquí. Será por eso por lo que internacionalmente está tan cotizado Zapatero para que vaya de cumbre en cumbre dando lecciones de economía a los demás países. Ahora está en Pekín. Haciendo el chino.

jueves, 1 de mayo de 2008

Día del trabajo.

En España lo lideran quienes no han trabajado nunca.

Los sindicatos españoles son una verdadera vergüenza y un insulto al trabajador. Están pagados por el Estado pero al servicio de unas determinadas siglas políticas. Deberían ser sus afiliados y no todos los españoles los que los financiaran. Y el que salgan a la calle el día del trabajo con pretensiones y símbolos anticonstitucionales que provocan el enfrentamiento sectario, ya es algo impresentable. Como lo es el no hablar de los problemas de los trabajadores y servir de correa de transmisión de intereses políticos.

Sólo de pasada se ha mencionado la "desaceleración". Del incremento acelerado del paro, nada. De los más de dos millones de parados, menos. De las mentiras del gobierno ocultando la crisis antes de las elecciones, ni rozarlas. Sobre la rebaja de las previsiones de crecimiento en un 30%, nada de nada. Sobre la incapacidad de un equipo económico que o mintió o no sabe hacer previsiones, menos aún. Sobre el que los bancos suben sus beneficios con Zapatero y los trabajadores bajan su poder adquisitivo, no se sabe.

Pero sí se critica a Esperanza Aguirre, precisamente a la Presidenta que hace que Madrid sea la región en donde más empleo se crea, en donde más riqueza se produce, en donde más cobran los trabajadores, y en donde menos paro hay. Eso no les importa a estos propagandistas pagados con el dinero de todos y puestos al servicio de la mayor gloria de Zapatero. Y para dejar claro que sus reivindicaciones nada tienen que ver con el trabajador, a arroparse con banderas inconstitucionales y a reivindicar la victoria en una guerra que perdieron y en donde los demás no participamos. Esos sindicatos y el PSOE sí participaron.

Lo dicho: una verdadera vergüenza y un despropósito. Puede además que estas manifestaciones sean hasta ilegales, pues no cumplen con el propósito para el que pidieron autorización. Es como si se hubiera manifestado el comité de redacción de El País de Prisa. ¡A por Esperanza!

sábado, 17 de marzo de 2007

Ahora lo progre es ir hacia atrás.


A la vista de lo que se pedía en la manifestación de la izquierda en Madrid esta tarde, ahora lo progre es lo de hace cuatro, trienta, setenta e incluso más años atrás. O sea, progresar hacia
el pasado.


Pero no sólo porque se pidiera el no a la guerra de Irak con el objetivo de que no se olvidara su éxito de hace más de tres años, no; también por la simbología. Banderas de una II República que murió hace más de setenta años, banderas de la URRSS, desaparecida un poco antes de antes de ayer, esfinges de Lenin, un progre genocida, y del Ché Guevara, otro postmoderno, dan la idea de lo que entiende la izquierda por progresar.

Ver a los candidatos del PSOE a la Alcaldía y a la Comunidad de Madrid coreando a estos carcas y rodeados de antiguallas (Pilar Barden no sé si asistió con minifalda) no me pareció la mejor imagen de una candidatura hacia el futuro precisamente. El que el mundo de la farándula dé espectáculo no es de extrañar, es su papel, pero el que lo den los líderes políticos y sindicales ya es de preocupar. Y Zerolo como la guinda monísima al pastel. (Claro que su exibición está pensada para intentar descalificarnos por homófobos a los que nos riamos).

Los sindicatos, pagados por todos, se han posicionado otra vez como en el pasado; anteponiendo su afiliación y sectarismo a los intereses de los trabajadores. Se vuelven a convertir en una ramificación de los partidos políticos. Lo que es todo un ejemplo de progreso.., hacia atrás.

Se vieron pancartas con los consabidos "Guerras imperiales, todas criminales", "Sangre por petróleo" y "Por Aznar estamos acá". ¡Cómo no! Con el concepto que estos tienen de lo que es progresar, pues progresaron hacia los tiempos en que Aznar fué Presidente. Patéticamente ridículo. Hubo cánticos: "Por la paz, no a la guerra", y "Al PP, al PP, el fascismo se le ve" en los que se difamaba al partido de la oposición llamándole fascista, que ya tiene delito viniendo de quienes ostentaban esfinges de Lenin. Y además terminaron en una exigencia claramente democrática: la ilegalización del PP, al que votan casi la mitad de los españoles.

Pero como son una panda de incultos, dá igual. No saben quién fué Lenin y se creen que el Ché es un diseño Pop de Andy Warhol. Aunque a lo mejor protestaban contra la II República por haber nombrado General a Franco y haberle mandado junto al abuelo de Zapatero a soltar mamporrazos a los mineros asturianos. Aunque no lo creo, porque ondeaban banderas de aquélla desastrosa República que acabó en guerra civil.

En fin, como ven, muy de futuro, muy de hoy, tanto como Felipe IV por lo menos,... o los vikingos. Por lo de los cuernos.

¡Ah!, me olvidaba; creo que eran unos trescientos millones poco más o menos. Y ninguno protestaba por las guerras actuales en las que se la están jugando nuestros soldados.... Ni un recuerdo hacia Idoia.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Sabotajes en el Metro o la idiocia de UGT


Lo de UGT en Madrid es ya de locos; han perdido el norte y están empeñados en actuar como un partido político y no como un sindicato al que, no lo olvidemos, pagamos todos.

¿Cuál es el interés que tiene UGT en seguir empeñada en la negación de lo que ya la Policía ha demostrado? ¿Porqué ese interés en decir que lo que sucede en el Metro es por mala gestión y no acepta la evidencia? Pues no hay otra: quieren articular políticamente lo sucedido en el Metro para achacarlo a una mala gestión del PP para que el PSOE lo utilice electoralmente. Pero se han pasado. Se han pasado cien pueblos.

Si ya sucedió cuando su máximo responsable declaró hace dos días que Aznar era responsable social y políticamente de los muertos en el 11-M -no sé si se habrá puesto una querella contra tales declaraciones, pero si no se ha hecho tampoco es entendible- y ahora se repite cuando el sindicato se empeña en actuar políticamente y no como un sindicato de trabajadores. Son los derechos de los trabajadores los que tiene que defender y no al PSOE. No les pagamos para éso.

Porque les pagamos todos. No subsistiría ni dos días con las aportaciones de sus afiliados. Viven de las aportaciones estatales, pero se les dan para que cumplan su supuesta misión social: la sindical. No es la misión de un sindicato el hacer política, entre otras cosas porque no saben y se dejan manejar por los políticos profesionales de su cuerda, que es lo mismo que dejarse manipular. Manipular los intereses de los trabajadores en función de intereses partidistas.

Digo yo que si la policía ha encontrado evidencias de sabotaje en el Metro de Madrid que han provocado accidentes y no sólo atrasos y molestias a los usuarios, no es un sindicato quien se debiera negar a aceptar dichas evidencias. Ya salieron en su momento a decir que ellos no habían sido; lo curioso es que lo decían cuando nadie les acusó de ser responsables de los sabotajes. Aunque ya sólo eso es motivo para mosquearse. Nadie sale diciendo "yo no he sido" si nadie lo señala.

Pues ya saben, UGT Madrid se ha empeñado en declararse inocente de lo que nadie le acusa y además, se niega a aceptar lo que la evidencia policial ha descubierto: que se han producido sabotajes en el metro de Madrid. Pero como copian a sus ídolos políticos, persisten en el engaño.

jueves, 15 de febrero de 2007

Sospechosos sabotajes en el Metro de Madrid.

¿A quienes beneficia los sabotajes?

Metro de Madrid ha interpuesto varias denuncias, creo que siete, por sabotajes intencionados en los trenes y en los cables del METRO. Es imperdonable y no puedo eludir la sospecha de que estos hechos y sabotajes se están produciendo con la intención de transmitir a la opinión pública un mal funcionamiento del METRO por mala gestión de los responsables políticos. No es ajeno, me temo, a este asunto el que el PSOE esté utilizando electoralmente el que el METRO no funciona adecuadamente.

El hecho de que en cuanto se ha apuntado la posibilidad de la intencionalidad política de los sabotajes, la prensa afín al PSOE haya saltado como impulsada por un resorte, poniendo el grito en el cielo por las denuncias presentadas por el Metro de Madrid en ese sentido, ya me parece muy esclarecedor. A la vista de la historia reciente del PSOE y de su brazo sindical, no me extrañaría nada este tipo de comportamiento.

Quienes hicieron el GAL, engañaron y estafaron a los trabajadores con cooperativas de viviendas, además de robar a mansalva, claro que son capaces de ésto; y de mucho más.