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jueves, 26 de julio de 2007

Es "exagerado" hablar de ataques, según el máximo mando militar, el JEMAD.

El Ministro de Defensa admite que Afganistán es uno de los países más inseguros del mundo.

(Agencias) "La evolución de la misión ISAF y en general del país ha conllevado que haya más riesgo e inseguridad en el sur y en el este, en las zonas fronterizas con Pakistán", dijo el ministro, aunque reconoció que donde están las tropas españolas, en el oeste, "también existen estos factores. De ahí que ocurran los incidentes de hace tres días y de ayer (el miércoles), que se corresponden con la inseguridad de un país muy inseguro".
Alonso precisó que, en Afganistán, estamos ayudando al gobierno y a la sociedad afgana "para que se pongan en condiciones de garantizar la seguridad y gobernabilidad de su propio país". "Estamos haciendo un esfuerzo muy importante y lo vamos a seguir haciendo porque la seguridad y la estabilidad de Afganistán va a ser también la nuestra", remachó. 
El titular de Defensa intentó apuntar un tanto al Gobierno socialista asegurando que está haciendo un esfuerzo "particularmente intenso" para que nuestras tropas "vayan con el mejor material a cualquier misión internacional y estamos mejor en comparación con los países que están en misiones internacionales tanto en Líbano, como Afganistán como en otros". Afirmaciones gratuitas por parte del Ministro que, al igual que ocurriera con la polémica de los inhibidores en el Líbano, puede que vuelvan a despertar el desaire de las tropas aliadas. 
Sin embargo, admitió que la seguridad "no es un valor absoluto", y que todos los países "sufren bajas, pero nuestros militares llevan el mayor y el mejor de los materiales". El gasto, sólo en seguridad en Líbano es de 108 millones de euros en los meses que llevamos". Con este dato quiso demostrar que el Ejecutivo contempla "como objetivo prioritario" las tropas españolas en el exterior. 
"Es un país de riesgo y de mucho riesgo, es un país donde hay mucha actividad talibán, mucha actividad vinculada al narcotráfico y es un país donde hay muchas estructuras armadas", dijo el responsable de Defensa y añadió que "todo ese conjunto de cosas lo convierte en uno de los países más inseguros del mundo y por eso Naciones Unidas, la misión ISAF, destaca allí tropas de hasta 17 países". 
Alonso realizó estas declaraciones tras la firma de un acuerdo con el ministro de Industria Joan Clos para la puesta en marcha de un programa de observación de la tierra por satélite. 
Matices del JEMAD a propósito de los dos ataques a los que se han enfrentado las tropas españolas esta semana.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán, dijo desde Madrid, antes de participar en un curso de verano, que la palabra "ataque" es "un término grandilocuente" para definir los "disparos de fusilería" de los últimos días contra las tropas españolas desplegadas en Afganistán. 
"El propio hecho no ha causado ningún daño, ni a personas ni a vehículos ni a material", por lo que no es "de extrema importancia", dijo Sanz Roldán antes de participar en el curso "Paz y seguridad en Oriente Próximo: el compromiso de España en el Líbano", organizado por Universidad Complutense en El Escorial.

Lo del máximo responsable militar es de vergüenza. ¿Serán de extrema importancia cuando maten a algún soldado? ¿Antes no? ¿Fue exagerado decir que fue un ataque lo que causó la muerte de Idoia? ¿Acaso esos fusiles disparan perdigones? Yo me pregunto, ¿este tío ha estado alguna vez ante fuego enemigo?

Los que formamos parte de la familia militar nos preguntamos: ¿Y estos son los responsables de la seguridad de nuestros familiares militares? Por lo visto, ahora nuestros soldados ya no son repartidores de tiritas y bocadillos, no; ahora son patitos del tiro al blanco.

jueves, 28 de junio de 2007

Líbano concede la Medalla al Merito Militar con distintivo rojo a nuestros soldados.


Lo que no quiere reconocer nuestro Gobierno, lo hacen los que supuestamente son protegidos por nuestras fuerzas.

Distintivo rojo, caídos en acción de guerra. La acción de guerra no significa acción de combate cara a cara como muchos ridículos voceros del Gobierno andan intentando hacernos creer para justificar que no hay guerra donde están nuestros soldados. Su muerte se ha producido a causa de un arma nueva de guerra, el arma de la bomba accionada a distancia, pero podría haber sido un misil. El hecho es que han muerto estando en una zona de guerra y la medalla debe de intentar recompensar eso, no el modo como murieron.

La comparación que algunos miserables hacen sobre que también pudieron haber muerto en un atentado en España, es descalificativa para los que la hacen. Aquí no estamos en guerra, allí sí. Y en una guerra se usan muchas armas. Y no es en función del tipo de arma que te mata por lo que se concede una condecoración a título póstumo. Estaban en una zona de conflicto bélico como fuerza de interposición, luego en misión militar de guerra; y han muerto en un vehículo militar de guerra, no de recreo. Y se les ha atacado porque se está en guerra.

Pero Zapatero ayer en el Parlamento pronunció más veces la palabra paz que la palabra libertad, si lo que Zapatero considera paz es esta paz, yo prefiero la guerra. Al menos no te pilla por sorpresa. Nuestros soldados están en guerras, no en paces; por mucho que el mentiroso cobarde de Zapatero diga lo contrario. Y los matan porque están en guerras.

Pero es que por eso los del no a la guerra no salen a protestar: porque Zapatero dice que no hay guerras. ¡Manda cojones! Al menos a los que se intenta ayudar sí han reconocido el tremendo sacrificio de nuestros soldados y así los han honrado. Nuestro Gobierno no los honra debidamente, pero no les hace falta a nuestros héroes que los honren quienes no tienen honra.

martes, 26 de junio de 2007

Duelo nacional

En los últimos dos años Al Qaeda ha amenazado a España por su presencia en Afganistán y en Líbano. Si como Blanco -en nombre del PSOE- afirma tantas veces como tiene ocasión, el atentado del 11-M es responsabilidad de Aznar por llevar a nuestras tropas a Irak, las muertes de nuestros soldados son entonces responsabilidad de Zapatero, así como las siete amenazas vertidas contra España por Al Qaeda desde que él preside el gobierno.


Los mismos que llamaron, y llaman, a Aznar asesino, deberían estar llamando ahora asesino a Zapatero por la misma lógica. La tremenda división que estos indeseables e irresponsables dirigentes han producido en la sociedad es gracias a que tienen una buena cohorte de sectarios seguidores, con la suficiente ignorancia como para tragarse las falacias fruto de la carencia intelectual de sus dirigentes.

Zapatero no ha dicho nada todavía. No llamó a las familias de los caídos en la guerra del Líbano y el gobierno dejó abandonadas a las víctimas durante las primeras horas de la tragedia. Esa tremenda sensación de abandono la viví en primera persona, aunque con distinto final, cuando murieron diecisiete militares al caer abatido su helicóptero en Herat, Afganistán. No fue el Ministerio ni ningúna organismo oficial quien me informó que mi familia no se había visto afectada. Fué gracias a instalaciones de comunicación vía satélite, que los americanos pusieron a disposición de nuestros soldados, como tuve confirmación directa de que estaba vivo. Después de tres angustiosas horas de total desinformación.

El Gobierno no acompañó a las familias durante las primeras veinticuatro horas. Quienes estuvieron a su lado fueron los consejeros del gobierno regional de la Comunidad de Madrid. Las familias se quejan de descontrol, desorganización y abandono; además de por el silencio del Presidente. Un familiar de uno de los fallecidos se negó a estrechar la mano a Zapatero. Estrechó la del Príncipe, pero no la del Presidente.
La respuesta oficial a esta evidencia fue impedir anoche a la Presidenta de la Comunidad de Madrid hablar con las familias de los fallecidos. Parece que no pareció beneficioso para la imagen de Zapatero el que Esperanza Aguirre consolara a las víctimas ante la total falta de reacción humana del Presidente del Gobierno Central.

Ya es evidente que no se dotó a las fuerzas destacadas en Líbano de los medios necesarios. No se cumplieron las promesas del Ministro en el Parlamento sobre que las fuerzas contarían con todos los medios. No se han dotado de inhibidores de frecuencia a los vehículos. Se ha comenzado por hacerlo en los de Afganistán, pero sólo desde el mes pasado. A pesar de las recientes amenazas e informaciones de que Al Qaeda iba a ir a por las fuerzas españolas en Líbano. La última, la que tenía en alerta roja a nuestras fuerzas allí destacadas. Desde el día cuatro de junio.

Además, el gobierno dice que es que son muy caros, que rondan los 20.000 euros la unidad, pero los fabricantes aseguran que no superan los 6.000 euros. Con el ingente número que los poderes públicos adquirieron -pues todos los coches oficiales en España están dotados de ellos- cabría preguntarse a qué bolsillos ha ido a parar dicha diferencia de precios. Por lo visto los españoles hemos pagado 20.000 euros por algo que vale 6.000, y multiplicado por ¿cuántos miles de coches oficiales?

Ya he oido a quienes dicen que eran militares profesionales y que conocían el riesgo de su profesión. Y es cierto, son soldados profesionales pero no suicidas profesionales, y van donde se les ordena que vayan, porque confían que quienes les imparten dichas órdenes velarán para que puedan llevarlas a cabo con las máximas garantías. No pueden concebir que los que dan dichas órdenes incumplan con la obligación que tienen para los soldados que han de obedecerlas.

Y eso a pesar del antecedente que supone el que el anterior Ministro de Defensa dijera que era preferible morir que matar, que él lo prefería. Claro que lo decía desde la evidente seguridad de su búnker, conocedor de que nunca se iba a ver en la tesitura de matar o morir, como sí hacen los soldados. Un soldado que prefiera morir que matar no es más que un temerario suicida, que pone en riesgo la vida de sus compañeros y que no sirve como soldado; y en el que es inútil gastar tiempo y dinero entrenándolo para que pueda defenderse y defendernos. No se le paga al soldado para que muera.

Estos heroicos soldados que hoy homenajeamos han muerto cumpliendo con su deber, no han cumplido con su deber muriendo. Son cosas bien distintas. Y el deber de un soldado es obedecer las órdenes recibidas. Hoy ha quedado evidenciado que nuestros soldados no son merecedores de quienes les imparten dichas órdenes. Están muy por encima.

El juez de la Audiencia Nacional Grande Marlaska ha tenido una reacción que demuestra no sólo sus reflejos, sino la evidente desconfianza que existe sobre el Gobierno. Ha abierto diligencias informativas sobre el ataque en el Líbano, y ha prohibido que se puedan incinerar los cadáveres de los soldados. Por si acaso. O a lo mejor para hacerse notar por si hay algún hueco para medrar, que de la Audiencia Nacional puede esperarse cualquier cosa.

jueves, 22 de febrero de 2007

Sin inhibidores de frecuencia o el desamparo de nuestras tropas por culpa de la cobardía de sus mandos


Cualquier coche oficial tiene inhibidores de frecuencias, pero no así los vehículos de nuestras tropas en zona de guerra.

Es imperdonable el abandono en el que se encuentran nuestras tropas en zona de guerra y en una misión de evidente alto riesgo. El disimulo oficial sobre las verdaderas situaciones de riesgo a las que constantemente se exponen nuestras tropas, ya se ha convierte en un acto criminal. No es cierto todo cuanto se nos ha contado sobre las misiones de riesgo real de nuestras tropas. Y mucho menos lo que se dice sobre su seguridad.

Y no es la primera vez. Pero aquí parece que los muertos que se producen bajo mandato socialista deben de ser muertos menos muertos que los producidos bajo mando de Aznar. Pues ya se sabe que con Aznar los muertos se morían más, el fuel era chapapote, los incendios se escondían y por éso no salían en la prensa, las misiones de reconstrucción eran intervenciones armadas y participación en guerras ilegales, y hasta la Coca Cola engordaba más.

Hasta cuando las COE se encontraban allí coincidiendo con una visita del entonces Ministro de Defensa, José Bono, se les llegó a llamar la atención por parte de un alto mando militar por, según este mando, su actitud chulesca y agresiva por excesivamente marcial. ¡Manda huevos!

¿Qué querían que hicieran las fuerzas entrenadas para operaciones especiales? ¿Que echaran flores al paso del Ministro? ¿No es mejor que con su sóla presencia ya se transmitiera una sensación de seguridad y de firmeza que echara atrás cualquier intención de alterar el orden por parte de las fuerzas pro talibanes? La capacidad de intimidación es algo nada desdeñable en una unidad militar.

Indudablemente, el coronel al que le parecía demasiado intimidatoria la actitud marcial de las COES, debía de ser coronel de tiritas, bocadillos y Zerolos, y no de un ejército; además de un perfecto imbécil. Puede que ahora esté debajo de la cama llorando por el bombazo que se ha llevado por delante a la soldado Idoia.

Pero se trataba de hacernos creer a los españoles que allí no había guerra ni riesgo para nuestras tropas. La guerra fué la de Aznar. Lo de Zapatero era, y es, un reparto de bocadillos; y el derribo de un helicóptero un accidente por golpe de viento.

El no a la guerra no fue más que un montaje electoral contra Aznar, y la retirada de Iraq una cobardía carísima para nuestros intereses. Aunque ello no evita la realidad: que mientras nuestros gobernantes se empeñan en ocultarlo, nuestros soldados se juegan la vida sin tener las garantías y las ayudas necesarias para defenderla.

Y sus mandos no tienen la valentía de exigirlas.