Mucho me temo que los máximos beneficiarios de los presupuestos para gastos sociales en España, no son españoles. Si un español acude a un asistente social estatal, autonómico o municipal, a pedir una ayuda para paliar una necesidad perentoria o a la busca de una vivienda social, mucho me temo que tiene poquísimas posibilidades de que le ayuden puesto que el baremo de puntos necesarios para conseguirla, primará más a los inmigrantes. Éstos baremos no priman algo que debería ser primado: el hecho de ser español. Y éste hecho debería compensar los beneficios que obtienen los inmigrantes en las puntuaciones por el habitualmente mayor número de hijos, los menores ingresos computables (puesto que muy habitualmente cobran un alto porcentaje en dinero negro) y, en apariencia, mayor necesidad.
No debiera primarse con cargo al bolsillo de los españoles el hecho de no serlo. Y si están tan necesitados ¿porqué se les permite la entrada por nuestras fronteras? ¿No quedamos en que tienen que venir con trabajo? Si el tener un trabajo en España no cubre sus necesidades entonces, ¿para qué vienen? Vuelvo a temerme lo peor: para beneficiarse de importantes beneficios sociales a los que ellos no contribuyen; consiguiendo de paso que muchos españoles necesitados no tengan acceso a éllos.
Si hiciéramos un balance entre lo que la inmigración realmente aporta a las arcas públicas y lo que a cambio reciben, llegaríamos a la triste conclusión de que nuestros hijos -sobre todo los de familias obreras con rentas más bajas- tienen la mala suerte de no ser inmigrantes en España.
Arreglémonos a nosotros antes de intentar arreglar el mundo.
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