Europa está por la labor de salvar a Grecia del desastre a pesar de sus gobiernos. De los anteriores y, sobre todo, de éste. Es un asunto político y de construcción del proyecto europeo, así como una evidente cuestión geoestratégica. Si fuera por cuestiones económicas y financieras, ya estaría fuera del euro y en la más absoluta ruina.
Se ha evidenciado que el escollo más grave para llegar a acuerdos es precisamente la desconfianza que el gobierno de Syriza ha generado en todos los países europeos sobre la validez de sus acuerdos y promesas. Y lo más difícil que va a tener que sortear ahora Tsipras es convencer a su partido y al Parlamento de que hay que aprobar lo que se le exige que apruebe con urgencia. O sea, todo lo que en referéndum se votó NO y mucho más.
Al pueblo griego no me cabe la menor duda de que lo convencerá. El pueblo, una vez subyugado por la palabrería del populismo tarda en reaccionar, así que cualquier cosa que le perjudique será culpa externa y cualquier mejoría que note, mérito de sus iluminados líderes.
No sería raro que se produjera un cambio de gobierno apoyado por nuevos posicionamientos parlamentarios. E incluso, por unas nuevas elecciones. Europa lo vería bien, hay países cuyos parlamentos no están por la labor de aprobar estos acuerdos si sigue este gobierno que ha concitado todo tipo de desconfianzas y demostrado una falta de cualificación monumental. Y favorecería su postura de ayudar al pueblo griego y no al gobierno griego.
Y ahora, a ver si Maduro y compañía siguen felicitando a Tsipras por haber vencido al "terrorismo financiero". Pedazo de ignorantes antidemócratas