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sábado, 30 de agosto de 2008

Miserable insistencia en la polémica.


La miserable maniobra de la Ministra Álvarez continúa en los medios afines al PSOE.


La SER y los medios de Prisa ya están difundiendo una grabación de la que se trata de deducir y apoyar lo que la Ministra dijo. Y además, con la misma mísera intención. Todo esto no hace más que revolvernos las tripas a los familiares, y si antes eran tan sólo los medios los que lo hacían, ahora se suma el Gobierno y el PSOE.

De dicha grabación no se infiere más que lo que es el protocolo habitual entre las líneas aéreas y a lo que los pilotos están acostumbrados. Los propios pilotos lo han aclarado.

Al final ensombrecerán la magnífica labor que hizo la Dirección General de Protección Civil para con las víctimas. Ni su directora ni los miembros de dicha Dirección General se merecen una cotilla del tres al cuarto que se dedique a jugar con el dolor de las familias, como lo es esta tal Sra. Álvarez. Tampoco se merecen dicha deplorable maniobra otros cargos públicos, desplazados como apoyo a las familias por diferentes organismos, y que pertenecen al mismo partido que la Ministra.

En su momento dije que me parecería lamentable que el accidente fuera utilizado políticamente para conseguir descabalgar a esta inepta del Gobierno, pues otros motivos había para ello. Ahora juro que quisiera que lo que está haciendo cayera sobre su cabeza. No hay derecho a jugar con la desinformación desde el Gobierno, cuya obligación es precisamente tenernos informados; y mucho menos provocando dolor en las familias. Ahora ya sé por qué esta elementa no apareció para hablar con nosotros.

Su insistencia en repartir culpas me hace sospechar que, como siempre, intenta ocultar las suyas propias. Si existiera la oposición, ya estaría intentando ver qué es lo que trata de tapar con estas maniobras de distracción, que no hacen más que crear zozobra en las familias afectadas. E incluso, ya estaría intentando proteger a dichas familias de idiotas maniobras de marujas de patio de escalera.

A lo mejor tendremos que volver a recurrir a Protección Civil para que nos proteja de estas agresiones emocionales y morales.

¿Cambio de avión..?


La intervención de la Ministra Álvarez no es más que un miserable intento de desviar la atención hacia Spanair y de culpabilizar a su personal.

Repito: miserable intento. Miserable porque lo hace para que se entienda otra cosa al calor del dolor, e intento porque no lo conseguirá. Pretende transmitir que la culpa fue del piloto por no cambiar de avión, cuando es un procedimiento contemplado cada vez que un avión regresa a taller por alguna incidencia el verificar si hay avión de reserva. Entre las posibilidades que se contemplan está la del cambio de avión. Y también la de suspender el vuelo, ya puestos.

Pero la intencionalidad de lo dicho por Álvarez es que de sus palabras se derive la impresión de que la compañía, y en particular, el piloto, pudieron evitar la tragedia y no lo hicieron. Con ello pretende que se pase de puntillas sobre la coordinación o no, sobre la celeridad o no, sobre la efectividad o no, de la actuación de los mecanismos que dependen de su Ministerio. Y ello me parece miserable.

Juega con el dolor de las familias. Creará nuevo dolor y zozobra haciendo creer a muchas que se pudo cambiar de avión, y lo presenta como quien descubre la penicilina tras salir del hospital. Lo que dijo no es más que otra de las posibilidades que pudo barajar el piloto, pero curiosamente la única de la que no se habló en las reiteradas reuniones de las víctimas con Spanair. Por ello la presenta como una novedad para culpabilizar a la compañía erigiéndose sibilinamente en juez de la Comisión supuestamente independiente. Es este organismo el que aclarará lo que pasó y dilucidará las responsabilidades, no ella.

¿Porqué no vino a contarnos eso a las familias? Al final, esta incapaz acabará haciéndonos perder del todo la confianza en las Instituciones. Si dejamos de creer en ellas, si no nos fiásemos ya ni siquiera de los organismos encargados de investigar los posibles fallos sean de quienes sean, entonces apaga y vamonos. Nadie se fiará de volar en un avión. Y en Canarias volverán a los años cincuenta usando barcos para sus desplazamientos y tardando cuatro días en llegar a Madrid para ir a cualquier punto de la Península.

Después de la impecable y humana actuación de la Dirección de Protección Civil, la única representación del Gobierno que de verdad ha estado con las víctimas, este tipo de actuaciones gubernamentales nos devuelve a la realidad de un Gobierno incompetente y chapucero, más atento a su propia permanencia que a la propia gobernación. Ojalá el resto del Gobierno tuviera la calidad y calidez demostrada por la Directora General, Pilar Gallego, y su equipo. Ojalá estuviera a la mitad de su altura.

Pilar, "¡Qué gran Caballera fueres de servir a gran señor!". Un abrazo.

viernes, 29 de agosto de 2008

Por fin...

Ayer ya identificamos a quien lloramos. Ya por fin fueron entregados sus restos a la familia. Termina por tanto una larga y angustiosa espera y se vuelve a la privacidad del duelo, al dolor en la intimidad. Pero otros muchos aún esperan a eso mismo. Y cada vez más solos, pues quienes les acompañábamos en la misma dolorosa espera vamos retornando a la vida real mientras ellos permanecen en el limbo, donde aguardan a que los restos de los suyos les sean entregados.

Es un proceso extraño, un dolor añadido, una sensación de soledad y cierto abandono la que se produce cuando ves que las familias con las que has estado compartiendo dolor y espera se van a reencontrarse con los suyos, aunque estos no sean más que ataúdes donde abrazarse. A la sensación inicial de casi alegría cuando se produce una nueva identificación, le sigue otra de desasosiego por la impresión de que nuestro familiar aún no ha sido identificado. Yo lo he estado viviendo hasta ahora.

Por ello, tras el retorno de mis familiares a sus puntos de origen, yo iré a acompañarlos, a darles una palmadita en el hombro, a contarles como se desarrolla el proceso final de la espera si me lo preguntan. A compartir con ellos una triste sonrisa. A intentar mitigar esa extraña sensación de nueva pérdida. A que no se sientan tan solos en esa nueva sala, más pequeña, a la que ahora ha sido trasladada esa su tensa espera.

Y a saludar a los que continúan trabajando sin descanso, precisamente para que los que quedan puedan reencontrarse con los que han perdido y proceder a su despedida definitiva en la intimidad. Es algo que necesito para empezar a remontar esta triste, abrumadora y excesiva experiencia.

jueves, 28 de agosto de 2008

Bulos sobre la situación de las familias de las víctimas.

Se dice que fuimos engañados sobre los plazos para recibir los cuerpos de nuestros familiares.

No es cierto. La policía científica no dio los plazos que se dice que dieron. El oficial de la Guardia Civil que nos informó acerca de los posibles plazos para proceder a las identificaciones en IFEMA, habló de 24, 48, 72 horas.e incluso de la posibilidad de una demora de más de diez días. Así que si alguien entendió o filtró a la prensa algo distinto, sencillamente entendió mal o mintió. Otra cosa son los plazos que dijeron los políticos. De todos modos, Protección Civil forzó una comparecencia de los responsables de las identificaciones que dejaron claro el asunto, por duro que sea.

Sobre los errores.

Es cierto que hoy hubo un error y se hizo venir a un familiar que después de haber identificado a una víctima y volver a su lugar de origen a la espera de la identificación de otra, fue informado de que tenía que personarse con los datos dentales de este último. Pero no fue un error de los encargados de la gestión de dichas investigaciones, sino de un mal entendido policial que hizo creer a los policías encargados de comunicarle que esos datos dentales eran necesarios, que para mantener la cadena de custodia dichos datos debían entregarse en mano; obviando que la policía puede recogerlos en su domicilio sin que la cadena de custodia se rompa, pues existe autorización judicial para ello. Me consta la profunda desazón que produjo en los responsables que se encuentran al lado de las víctimas el saber que a un afectado se le había hecho desplazar por este motivo.

Desinformación.

Las familias de las víctimas estamos perfectamente informadas de lo que hay. No de las especulaciones o rumores de prensa. Los periodistas deberían de dejar de repartir culpas y entonar el mea culpa, pues los momentos de mayor desazón vividos dentro lo provocaron precisamente informaciones no constrastadas y bulos provenientes de declaraciones de quienes eran presentados como portavoces de las familias sin ser siquiera familiar. Y desde luego, por el circo mediático desatado alrededor de nuestra tragedia. Hoy mismo han vuelto a comparecer para que nos enteremos directamente, y no por la prensa, de la fase en la que nos encontramos.

Rabia contra Spanair

Los responsables de Spanair han servido y se han prestado a servir de catarsis. Han pasado de ser objeto de las más injustas y violentas acusaciones, a sentarse amigablemente con los afectados compartiendo la tragedia. Tragedia que también es suya. Como afectado, agradezco su empeño y valentía, así como su humanidad. Los voluntarios que nos ayudan se vuelcan con nosotros para solucionar el más mínimo problema. Hasta se encargan de hacernos llegar la prensa de las islas.

Una muestra de lo que sí afecta a las familias, es la carta que reproduzco a continuación:

Si la dimensión de la tragedia del día 20 de Agosto ha calado profundamente en el ánimo de toda España sumiéndola en la tristeza, no es menos cierto que la avidez del ser humano por conocer detalles de cómo y porqué se produjo este terrible accidente, de las secuelas, de las personas.., ha hecho que florezcan, en medio de la desgracia, personajes que con su actitud se asemejan a las alimañas.

Las facilidades ofrecidas por el "hotel más grande de Europa" donde estamos los familiares y el dispositivo oficial que se puso en marcha para hacer frente a este colosal accidente, desde que se cerró IFEMA, junto a las de la propia Cía. aérea y a la Administración, que no han puesto veto alguno a todo aquel que se identificaba como "familiar", ha hecho que el inmenso dolor reinante haya sido aprovechado, manipulado y, sobre todo, vilipendiado por personajes de escasa catadura moral que en nombre de su propia miseria y presentándose de diversas formas: "amigo del fallecido concejal", "asesor jurídico", "portavoz", etc. de un Ayuntamiento de la Isla, también como activista político y finalmente arrogándose la representatividad de los familiares, se haya dedicado sistemáticamentedesde el pasado día 21 a hacer declaraciones distorsionadas de la realidad de lo que estaba sucediendo aquí dentro, en todos los medios: televisión, radio, prensa, etc.

El colmo de esta repudiable actitud ha sido su "debut y entierro televisivo", dando una imagen de ignorancia, estupidez y maldad extrema, contando "su versión" de las diferentes reuniones abiertas que se estaban produciendo en el Hotel entre las partes implicadas. Ignorancia porque estudiar Derecho supone como mínimo aprender sus Principios Generales. Estupidez por decirlo suavemente ya que se necesita no tener sangre para hablar de lo que no duele. Ignorancia porque la información transmitida no ha sido ni veraz ni sensata. NO MERECES NI QUE TE NOMBRE POR TU NOMBRE, aunque te esté señalando con la rabia que me embarga.

No fue agresora la mano de esa madre que expresó su rechazo, sino el símbolo del sentimiento compartido de los que estamos pasando por esta agonía.

GRAN CANARIA no se merece a estos mercenarios del dolor y tampoco que a la inmensidad de la pena que sufre por la pérdida de sus hijos se añadan falsarios que menoscaben su identidad. Ya basta, los grancanarios que estamos padeciendo esta tragedia no podemos permitirlo, por eso, PEDIMOS Y EXIGIMOS EN NOMBRE DE LOS NUESTROS, a las Autoridades Canarias: Gobierno Autónomo, Cabildos Insulares y Ayuntamientos, DIGNIDAD tanta como la demostrada por los grancanarios de toda clase y condición, en estos difíciles días.

FDO: M. PILAR VERA PALMES- 26 DE aGOSTO DE 2.008
HOTEL AUDITORIUM/MADRID-
Hermanos: José Miguel, Jesús y Diego Vera Palmés.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Larga espera


Ya son 119 los identificados. Ya se van yendo con sus familiares y volviendo a su dolor privado los que han estado compartiendo tragedia. Recuperando su privacidad, retornando a sus hogares, volviendo a la vida... Una vida que ya no será compartida con quienes la perdieron en el fatídico accidente.

Ahora se percibe un poco más la soledad. Los afectos surgidos con quienes compartes tragedia se producen de forma eleatoria, no escogida, por simple cercanía física. Algunos nos conocimos ya en las salas en donde nos agruparon por apellidos allí en el IFEMA, hace mil años. Otros, porque compartimos mesa alguna vez. Y otros porque existen nexos comunes por ser de lugares en donde casi todos se conocen.

Los que recuperan a su familiar tras ser identificado, vuelven a sus lugares de origen. Paradójicamente todos nos alegramos y felicitamos cada vez que ocurre. Desde fuera, o en otras circunstancias, parecería de locos felicitarse por ello, por la identificación de un miembro de nuestra familia, por la constancia de que ha muerto. Pero la felicitación es porque ya pueden recuperar su dolor en intimidad, porque ya saben donde está su ser querido, porque ha dejado de ser un cuerpo anónimo y solo. Porque ya pueden abrazarse y llorar sobre un ataúd, sobre algo tangible, sobre los restos que ya saben cercanos.

Los que seguimos aquí y aún no habíamos tenido roce, nos miramos como si descubriéramos a nuevos parientes, a nuevos compañeros de dolor. Ahora es con ellos con quienes compartiremos esta espera. Y con quienes trabajan aquí para facilitárnosla. Ellos son nuestro consuelo, nuestros compañeros de dolor, los que nos entienden por extrañas que puedan ser nuestras reacciones. Ya han hecho suya nuestra tragedia, ya forman parte de nuestras vidas. Y nunca podremos agradecérselo lo suficiente.

martes, 26 de agosto de 2008

Libertad de expresión no es libertad de intromisión en el dolor ajeno.

Hace un momento he vuelto a presenciar como la policía ha tenido que impedir que un periodista se cuele entre las familas de las víctimas para que los medios puedan seguir comerciando con nuestro dolor. Estos medios se han quedado sin el que les proporcionaba el morbo de las noticias e incluso de las conversaciones que entre nosotros cruzamos. Algunas veces presa del dolor y hasta como lamentos. No es de ningún consuelo ver esas frases aireadas en las páginas de los periódicos. Si algún familiar quisiera declarar algo, no tiene más que salir a la puerta del hotel y levantar el dedo.

Hemos sido nosotros los que hemos exigido que se nos ayude a proteger nuestra intimidad. No es una decisión desde arriba, aunque desde arriba se dé la orden de evitar la entrada de periodistas. Al menos que nos quede la intimidad. Y más cuando la tensión de la espera se hace cada vez más insoportable y vamos quedando menos aquí. La oficina que aquí tiene el Ministerio del Interior -la de Protección Civil que encabeza de manera muy efectiva, cercana y humana su Directora General, Pilar Gallego- es una oficina de atención a las familias, no una oficina de información a la prensa.

Ya conseguimos que se expulsara a quien secuestraba lo que aquí ocurría, lo tegiversaba o provocaba reacciones determinadas para luego tener carnaza que ofrecer y aparecer de figurante en primeras planas. Ya lo hemos expulsado, y además con unos dedos marcados en la cara debido a la indignación de una madre a la que se aplaudió. Y aún tuvo la desvergüenza de volver a dar otra entrevista después de ello. No sé lo que dijo ni me interesa. Tan sólo digo que en absoluto representa el sentir de las familias. Todo lo contrario. Y diga lo que diga.

Que en su tierra, a la que ha defraudado y deshonrado, le reciban como se merece. O que no lo reciban. Pero ya le vale.

lunes, 25 de agosto de 2008

Eficaz actuación de Protección Civil.

Con dureza pero con sinceridad, los mandos responsables de la identificación dan explicaciones a las familias de las víctimas.

Lo diga un ministro o quien lo diga, aventurar predicciones cuando se habla del tiempo en que se completarán todas las identificaciones no es más que crear falsas expectativas. Con estas palabras, el Coronel Jefe del Servicio que se hace cargo de las tareas de identificación de las víctimas ha dado por zanjado el intento de quien se ha erigido en portavoz de las familias de dichas víctimas sin siquiera ser familiar de alguna, el mismo que ha intentado manipular y hacer creer que la Policía Científica engañó a las familias. Pero las siguientes intervenciones y los rumores en la sala dejaron claro que las víctimas no buscan protagonismo mediático, pero también que no admiten que alguien intente usar esta tragedia para medrar y aparecer en los medios como portavoz de quienes en absoluto han nombrado portavoz alguno.

Este mismo elemento, el tal Ismael Rodríguez -por lo visto enviado por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) según unos, y amigo de un concejal de dicho ayuntamiento fallecido en el accidente, según él- se presenta en varios medios como portavoz de las familias, sin serlo en absoluto, y es el mismo que está creando zozobra entre las familias con sus constantes declaraciones e intentos de descalificación de todo sin razón alguna. Aunque puede que con una razón, pero absolutamente ajena al interés de las familias.

A este trepa sin escrúpulos se le puede ver en cada reunión de las que las familias tienen para informarse, o simplemente para quejarse, provisto de papel y bolígrafo tomando notas que luego corre a ofrecer a los periodistas que en corro lo esperan para ofrecerle portadas y cabeceras de informativos televisivos. Hasta apareció en el programa La Noria la otra noche. De sus declaraciones surgió el bulo de que algunos cuerpos no habían aparecido por haberse poco menos que volatizado en el accidente, lo que llenó de congoja a varias familias y extremo que Protección Civil ha desmentido.

A los medios no vale decirles que están dando altavoz y portadas a quien no representa más que a sí mismo, o quizá a alguien más, pero en absoluto a las familias. Responden que es que es la única persona del colectivo que hace declaraciones. Pero es que no es de dicho "colectivo": no es familiar de víctima alguna. Que hable en su nombre o en nombre de quienes represente legalmente, si es el caso, pero que no se arrogue una portavocía que no tiene. Y los medios saben que no la tiene, pero también saben que las familias no harán lo que hace este trepa: prestarse a que su dolor sea objeto del circo mediático que tipos como él contribuyen a alimentar.

sábado, 23 de agosto de 2008

La gestión del dolor.

La tremenda tragedia ocurrida en Barajas ha dejado a familias destrozadas y a personas absolutamente bloqueadas por el shock y el dolor. La pérdida de un ser querido, o de varios, de golpe y de forma inesperada es un trauma que necesariamente altera el equilibrio psicológico y hasta la percepción de la realidad. Por otra parte, no todas las personas reaccionan igual ante una situación tan extrema.

En las largas horas de tensa espera en IFEMA pude ver dolor, mucho dolor, pero también vi histerismos y equilibrios, alaridos y sollozos contenidos, desmayos y entereza. Es lógico, los seres humanos no somos iguales por más que nos lo repitan. Ni por formación, ni por estados anímicos, ni por resistencia psicológica, ni siquiera por maneras de estar. Y el dolor necesita culpables, como si el repartir culpas fuera a mitigarlo. Pero no es así, no lo es en absoluto. Eso no es más que una válvula de escape para quienes el propio dolor desborda.

Y eso está ocurriendo entre nosotros, entre las familias del accidente de Sapanair. Están casi todas concentradas en el mismo sitio y contagiándose unas a otras. Ahora ya hay hasta los que dicen no necesitar ayuda psicológica sino a técnicos que den explicaciones. Como si ello no fuera una demostración más de su propio justificado desequilibrio que necesita de ayuda. Un técnico no hará que su equilibrio se recomponga. La explicación de cómo ocurrió el accidente lo único que podría ayudar es a un cierto consuelo si de ello se desprende una certeza de que la víctima murió sin enterarse, o un infierno si se imagina una agonía consciente. Nada más. Tiempo habrá para explicaciones técnicas. Y para responsabilidades si las hubiera.

Ahora se trata de que nos devuelvan los cuerpos identificados. Que podamos enterrarlos según cada cual. Que el dolor se vuelva privado otra vez. Que se acabe el espectáculo. Y que cada cual gestione el dolor como es propio de su entorno, sin distorsiones por el dolor de otros. Y que se deje ya de intentar manipular dicho dolor y de hablar de asociaciones que no servirán más que para que algunos voceen en primera plana o medren a costa de una tragedia. Miserables los hay en todos lados. Y también tienen parientes o amigos que pueden ser víctimas de accidentes.

viernes, 22 de agosto de 2008

ADN


Dolor.., y circo mediático a costa de la tragedia.

Ayer, ya entrada la tarde, los miembros de mi familia, que esperábamos en IFEMA, pudimos ir a casa en vez de permanecer rodeados de una inmensa tragedia compartida. Allí no se tenía percepción de cómo se vivía afuera la tragedia, ni del tratamiento que se estaba dando a la misma por los medios de comunicación. Los momentos iniciales fueron muy confusos y de una terrible falta de información.

La información principal, la más tremenda, era la de que nuestro familiar -y ese nuestro lo uso abarcando a todo el colectivo de las familias afectadas- iba en ese maldito avión, y que el mismo había tenido un terrible accidente. El número de víctimas cambiaba dependiendo del medio al que se acercara uno a informarse. Siete, veinte, cincuenta.., cien. Fue El Mundo digital quien más se acercó y el que dio la información más veraz. La más dolorosa también para quienes ya sabían que alguien muy cercano viajaba allí. Y dicha información fue cambiando hasta llegar a la terrible realidad.

En las Palmas, mis primos tuvieron noticia del accidente. Esperaban a su hermana. Iba a pasar unos días con su madre, que está delicada, para que sus hermanas descansaran. Enseguida una sobrina médico que está en Madrid, distribuyó el perfil por los diferentes hospitales donde se presumía llegarían los heridos. Yo aún no sabía nada y era ajeno a todo ello.

Me informaron por sms del accidente, pero no sabía que nos iba a tocar de cerca. Yo estaba con Bea en el hospital y oí un helicóptero. Los pacientes de la UVI estaban siendo distribuídos para dejar camas libres. Una de mis hermanas me llamó por si sabía algo, pues tenemos familia en Canarias. No, no sabía más que lo que me iba contando por el móvil quien se informaba a través de los medios y se tomaba la molestia de tenerme al corriente.

Fue luego, en casa, mientras mantenía una agradable charla que me alejaba de las tensiones del día y me devolvía de nuevo a la vida, cuando recibí la llamada de una de mis primas para comunicarme que una prima común iba en el maldito avión. Desconcierto, angustia, búsqueda de información, llamadas a centros oficiales... El Ministerio del Interior no puso ni un triste teléfono de información. En su página ni se mencionaba el accidente. Otros teléfonos infructuosos, información en internet, en la tele, en Spanair...

Mis primos acuden a Madrid. Estaban repartidos por diferentes puntos, de vacaciones. Otros acuden desde Las Palmas de Gran Canarias en aviones puestos a disposición de los familiares. En la vorágine de informaciones contradictorias y cruzadas, decido ir a IFEMA. Allí llevan a las víctimas mortales. Mi prima no está entre los heridos.

El reencuentro con mis familiares, algunos sin vernos en larguísimos años, empieza con una frase -un lamento- de unas de mis primas, hermana de Maqui, la víctima: "Primo, ¿qué está pasando en nuestra familia?". La abrazo sin decir palabra.

Las horas en IFEMA se hicieron eternas, angustiosas.., trágicas. Al principio hasta violentas. Hubo algún familiar que en su desesperado dolor trató hasta de agredir a quien confundió con un cargo de Spanair. Dicha compañía envió a muchísimos voluntarios, empleados de diferentes puntos de España. E intentaban dar todo, ayudar en todo lo necesario. La atención era cuidadosa. La Cruz Roja, un ejemplo. Multitud de personas con distintivos del Ayuntamiento, de la Comunidad, de Ayuda Psicológica... Hubo desconcierto al principio. Cambio de salas para esperar agrupados por apellidos... ¿Esperar a qué? Peticiones reiterativas de datos. Las explicaciones del Director de no sé qué del Ayuntamiento no aclaran nada y obliga a la ayuda psicológica a volver a informar de forma individualizada.

Hay que esperar; al menos un familiar debe de permanecer allí a esperar que la Policía Científica le llame para la identificación. Prefieren a un hermano antes que a un primo hermano, es lógico; no les puedo relevar de eso. ¿Hay que ver el cadáver?, pregunta angustiada una de mis primas. No, intentarán la identificación por los documentos que encuentren y si no, pedirán una muestra de un familiar consanguíneo para cotejar el ADN. ¿Podemos irnos al hotel a descansar mientras tanto? No, no llamarán a nadie. Serán los que están allí para dar apoyo los que buscarán a cada grupo familiar para informarles. No lo entiendo, no entiendo que la Policía no se pueda poner en contacto o buscar a una familia si sabe que está localizada en un determinado Hotel. Pero es lo que repiten.

El apoyo logístico es bueno. Bocadillos, bebidas, café, caldo, sandwiches, etc. Mantas para ayudar a una larga noche. Gemidos, lloros, lamentos... La información, escasa. El obispo de Las Palmas anda escuchando a las familias. Ha interrumpido sus vacaciones en Alicante y está charlando con unos y otros. Nada de hablar de lo trascendente, está oyendo e intentando hablar de cosas que puedan distraer, aunque sea unos momentos, de la tragedia. Al menos cuando estuvo con nosotros sentado a mi lado. También estaba Soria, el del PP canario, y la consejera de no sé qué del Gobierno de las Islas. Vinieron en representación del gobierno insular pero como personas, cercanas a las personas, hablando de la tragedia. Viviendo los diferentes dramas personales de cerca. Hablando de ello pero también de cosas cotidianas. Inusual en cargos de postín.

Con respecto a Soria haré un inciso. Sé que lo he puesto a caer de un guindo en más de una ocasión, pero como político. Hoy, como persona, le aplaudo y le envío mi abrazo. Fueron agradables y muy humanas las diferentes charlas que mantuvimos. José Manuel Soria, un abrazo desde aquí, y prometo no hacer símiles con tu bigote y el de Aznar. Otro abrazo al Obispo, alicantino además. Ambos aún estaban allí a altas horas de la madrugada y volví a verlos por la mañana temprano. Y sin publicidad alguna.

Ya por fin reclamaron a mi primo para la muestra de ADN. Ya la espera no pasa por estar en IFEMA concentrados. Aunque ahora es el hotel que puso a disposición de las familias Spanair donde se han concentrado los buitres de la prensa, los cazadores y aireadores de tragedias ajenas. Los comerciantes del dolor. Y siempre hay quienes se prestan. El propio aturdimiento por el dolor hace que algunos griten el mismo y repartan culpas por doquier. Los medios fomentan y airean esos lamentos; tan dolorosos como injustas las culpas y acusaciones sin fundamento. El dolor necesita culpables, y las familias rotas son un caldo de cultivo de exclusivas lacrimógenas y lacerantes. Es tremendo. Y miserable.

Y tú mientras, Maqui, continúas en tu ya eterno viaje. Desde el dolor: un abrazo, prima.