Mostrando entradas con la etiqueta Cayetana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cayetana. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de septiembre de 2021

Prietos los huevos.


Muchos llevamos tiempo advirtiendo de que ganar encuestas no es ganar nada, pues sólo son una foto de un momento, pero fugaz, como todos los momentos. Sobre todo cuando se trata de depender de que el rival pierda el partido metiéndose goles en puerta propia, en vez de por certeros lances a puerta.

Aguirre lo clavó: "niñatos y chikilicuatres" jugando a ser mayores y confundiendo el ajedrez con el juego de damas. Teodorico Casado se ha cargado las esperanzas e ilusiones que despertó. Y lo ha hecho a base de hacer lo contrario que decía. Hablar sigue hablando bien, pero hacer... Excepto meter la pata, nada.

Se rodeó de gente que hizo creer (y ellos mismos se creyeron) que el marianismo blandiblú se había acabado. Craso error. Cayetana era baza y carta importante de esa ilusión que despertó. Y se la quitó de en medio por no molestar a la izquierda y nacionalistas varios. Ayuso fue otra apuesta suya que ha resultado una esperanza aglutinante, y se dedica a apropiarse de su éxito, a ningunearla y a ponerle palos en las ruedas ignorando que en Madrid el mérito es de ella, no de él, ni siquiera del PP. Al menos no el de Génova.

Y se queda con Teodoro, excelente lanzador de aceitunas que vela para que nadie en el PP destaque. Y encargado de capitalizar los éxitos para quien no los tiene. Equivoca los rivales dentro y fuera. Fuera porque sigue empeñado en atacar a Vox en vez de a Sánchez, y en vez de ayudar a desmontar la falacia de que es ultraderecha, la alimenta, con lo que tira piedras a su propio tejado; y dentro, porque prefiere el vacío de los corderos sumisos en vez de la iniciativa de las ideas y la firmeza en defenderlas. Un ejemplo: la aparente actual firmeza en el asunto del CSPJ no es iniciativa propia, ya tenía cerrado el acuerdo con el PSOE y sólo negociaba el reparto, fue cosa de Cayetana que lo desmontó en cuanto se enteró. Le costó el puesto pero fue suficiente para que Casado no pudiera seguir por esa senda.

Puede que vuelva a ganar en alguna encuesta, pero con Teodoro mandando no ganará elecciones, ni siquiera si se lo quita de encima, porque ya será tarde: se habrá cargado la ilusión y la confianza. Por muchas convenciones que haga. Ésas son para militantes, incondicionales y simpatizantes, pero no son los que hacen ganar elecciones. Y ésas las ganan los votantes. Esos que comienzan de nuevo a huir o a pensarse si apoyan a los que ya huyeron. Con esos con quienes tienen más cosas en común que con los que manejan hoy el PP.

Quienes creen que Sánchez es un problema por su alianza con el comunismo, separatismo y amigos del terrorismo, llegará un momento en que se cansarán y buscarán apostar sobre seguro por quienes no tienen miedo a enfrentarse a él y a sus medios de propaganda. Puede que opten por esos que están logrando en los tribunales demostrar las ilegalidades del gobierno social/comunista (también de chikilicuatres) que padecemos. Los que dan la batalla de las ideas. Y puede que esos votantes empiecen a olvidar los puntos en los que no están muy de acuerdo y fijarse más en los que coinciden. A lo mejor logran darle la vuelta a la tortilla dejando caer algunas patatas pero manteniendo en su sitio los huevos.