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viernes, 23 de octubre de 2020

Casado abandona la derecha.


Abascal tranquiliza hoy diciendo que no van a entrar en la provocación de Casado y mantendrán la posición que permite que PP y Cs gobiernen donde lo hacen con su apoyo.

Es pues Vox quien aboga por la tranquilidad contra la confrontación, división, ruptura y desasosiego que Casado ha generado en la derecha. Si lo logra y controla la indignación de sus cuadros y bases, estará evidenciando la gran mentira a la que se ha sumado el PP presentándolo como un partido ultra y con todos los adjetivos que la izquierda, extrema izquierda y extrema derecha independentistas les dedican. Lo único que le falta al PP es añadir sus siglas a ese documento que ayer mismo toda esa panda de la investidura firmaron.

Y es el PP quien ha ayudado a Sánchez, hasta el punto de que le ha regalado la excusa perfecta para desdecirse de su intento de voladura de la independencia judicial, presentando ese cambio de criterio como consecuencia de la ruptura del PP con sus socios de Vox. La realidad es que han sido las advertencias que ha recibido desde Europa. 

Tremendo favor de Casado a Sánchez hasta el punto de que ha recibido halagos y aplausos desde sus nuevos amigos de esa panda empeñada en la voladura del espíritu del 78 y la vuelta al guerracivilismo, santificando el régimen que nos llevó a esa guerra civil, que ahora pretenden ganar quienes no saben ni lo que pasó.

Hay otra cosa que me ha parecido muy grave: la normalización absoluta de la falta de democracia que supone la partitocracia al llevar hasta el extremo, y sin disimulo alguno, que los diputados representan al líder de su partido y no a los votantes que les han dado su escaño. Y que cualquier cargo electo es un empleado del partido y poco menos que le debe el que pueda vivir de la política.

El PP ha usado como consigna que la moción de censura iba a fortalecer a Sánchez. Ahora ha quedado claro que ha sido Casado quien lo ha hecho como consecuencia de su falta de liderazgo interno que le ha llevado a romper con la derecha. 

Podía haber votado No diciendo que no apoyaba la candidatura de Abascal a presidir el gobierno tras el error del líder de Vox que, después de haber asegurado que no pretendía más que convocar elecciones, se dedicó a exponer su programa de gobierno. Se pasó de frenada pues si es cierto que pides el apoyo para convocar elecciones, tu programa de gobierno no tiene interés alguno. Y si pretendes aprovechar el altavoz del momento para propaganda de partido, estás cayendo en lo mismo de lo que acusas a otros. Si hablas del interés de España no hagas claras maniobras de partido. Así que Casado podía perfectamente haber votado que No sin dejar de censurar a Sánchez. Pero prefirió atacar a Abascal, romper la derecha y que Sánchez saliera de rositas. Algo habrá tras ello.

En definitiva, Sánchez ha salido por la puerta grande a hombros de Casado. Lo que deja claro que uno de los grandes errores de Abascal, al margen de pasarse de frenada y sacar algunos temas que no debió tocar, ha sido fiarse de Casado y del PP. Y ese error persiste, pues si él se niega a llevar esa ruptura hasta las últimas consecuencias, ya puede prepararse a lo que le prepare el PP.

Habrá quienes crean que ese pacto PP/PSOE al que ya me referí anteriormente es imposible, que Sánchez no lo haría nunca. Olvidan que Sánchez es capaz de aliarse con quien sea con tal de estar en Moncloa. Y que ese posible pacto, sea como coalición de Gobierno o como pacto que permita que Sánchez prescinda de podemitas e independentistas, tendría un apoyo abrumador en la UE. Sus votantes aceptarán lo que sea que haga, ya lo han demostrado. Otros pensarán que Casado tiene principios insalvables que le impedirán llegar a ello. Si tras lo ocurrido en la moción de censura no les hace ver que esos principìos ya no son tales es que ya necesitan lazarillo.

Creo que Casado ha dado el primer paso y que los seguirá dando a pesar de todo tipo de tropezones. Y cuanto mayores los tropezones, más dependerá de llegar a ese pacto que aumentaría su influencia en la política de gobierno desde donde recuperarse de ellos. Habrá que esperar a las elecciones catalanas para que todo se acelere o se frene (depende de los resultados de PP y PSOE) empezando por los acuerdos para el CGPJ y TVE. Pero en ese camino ya se encargará Sánchez de ponerle trampas en las que caerá como un parvulito (García Egea es experto en llevarle a ello) y así lograr que la fuerza del PP se desinfle y su peso en ese pacto se quede sólo en lo instrumental. Y si para ello hay que ayudar a que Vox le reste fuerzas al PP, se hará. En Moncloa hay estrategas, no ideólogos.

martes, 12 de noviembre de 2019

El centro no existe.


Ni Casado ni el PP pueden estar satisfechos ni hablar de "remontada". Han superado su último descalabro, pero no el anterior. Ni mucho menos se acerca a superar la pérdida de tres millones y medio de votos respecto a cuando dilapidó su mayoría absoluta.

La apuesta de Casado por apoyar al PP vasco y contar con Ana Pastor no ha logrado, ni de lejos, llegar al número de diputados que tuvieron cuando perdieron la moción de censura.

Apoyar a Alfonso Alonso cuando descalificaba a Cayetana se ha evidenciado como un error de primera cuando aquel no ha logrado representación alguna para el PP en el País Vasco, mientras Cayetana ha doblado la representación en Cataluña.

El centrismo y la inmersión lingüística de Feijóo mejora respecto al desastre de abril pero se queda a la par con el PSOE, lo que tampoco es para echar cohetes pues no pinta bien de cara a las elecciones gallegas de dentro de un año.

O Casado vuelve a ser Casado sin la barba de Rajoy, o no sale del hoyo aunque el PSOE caiga. O toma la iniciativa o el próximo partido hegemónico de la derecha será Vox.

El centro no existe, es sólo un espejismo coyuntural, un posicionamiento en un momento determinado, no una ideología. O el PP se define claramente o le sucederá lo que a Cs, UCD, CDS y UPyD.

Ahora tiene que fijar su estrategia para que Sánchez no lleve a España a un gobierno con los enemigos de España y de la economía de mercado. Y ello pasa por tomar la iniciativa. Que el problema de España es Sánchez está claro, pero no se va a ir y su partido no está en disposición de sustituírlo. Así que toca jugar con él pero amarrándolo en corto. De lo contrario nos arrastrará al desastre e incluso al enfrentamiento interno.

Y que recuerde que antes el problema eran Rajoy y Sánchez, así que mejor no volver a hacer que el problema sean esas dos personas cuando ya nos habíamos librado de una. Que hable con Abascal -con Cs no sé quien debiera ser el interlocutor- y llegue a algún tipo de acuerdo que permita hacer un ofrecimiento a Sánchez que lo desenmascare de una vez. Y que aproveche su psicosis con el Falcon para ofrecerle seguir en él pero tutelado y con condiciones.