Culpabilidad poco creíble
Pues mire usted, yo no me creo que éste más o menos descerebrado musulmán apodado El Egipcio, haya pasado de recogedor de ajos a ser el organizador del mayor atentado producido en Europa. No me lo creo. Mucho tendrían que contarme y demostrarme para que pueda dar crédito a la fiscal vale ya y me crea que las grabaciones de la policía italiana en donde este tontaina se autoinculpa sean algo más que las elucubraciones de un chalado fanático de los rezos a cabezazos contra el suelo.
No se ha dado el caso aún, más que ahora, de que un supuesto terrorista islamista condene el atentado en donde se dice que ha participado y no reivindique en nombre de Alá la bonanza de su realización. Lo siento, pero me suena a cuento chino, o mejor a cuento moro. No encaja el ver a un supuesto mártir por Alá disculpándose ante sus captores y condenando lo que se supondría que Alá le ordenó que hiciera. Simplemente no encaja. Y ésto no ha hecho más que empezar.
Pero lo destacable para mí ha sido la actitud implacable e impecable del Presidente de la Sala. Me congratula, pero la integridad y profesionalidad del Juez Gómez Bermúdez no me hace recuperar la confianza en la Justicia en España, sólo me hace confiar en un juez. Pero eso, al fin y al cabo, no es más que una lotería y puede cambiar. De hecho, ya se ha intentado que cambiara en tres ocasiones.
Yo, el verdadero despliege de seguridad y protección lo haría alrededor de dicho juez. Por si acaso.
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