Todos los esfuerzos del Gobierno y de sus acólitos van dirigidos a que no aparezca ninguna prueba contraria a su teoría oficial sobre lo que explotó en los trenes. Hasta hay por ahí quienes dicen que fue Al Qaeda quien provocó la masacre. Todo con la intención de que los descerebrados sigan creyéndose que la culpa fue de Aznar. Es simplemente miserable.
Han destruido los trenes, han hecho desaparecer las cintas del 091 relativas al episodio de Leganés, han ocultado los análisis de explosivos realizados el 11-M, han dado el cambiazo de la mochila de Vallecas, han evitado hacer las autopsias a los presuntos suicidas de la C/ Carmen Martín Gaite... Ahora nos enteramos, gracias a Casimiro García Abadillo en El Mundo, que nos han ocultado hasta los cajones llenos de muestras de los trenes, que se conservan en el depósito de los Tedax.
Si alguien tenía alguna duda del deseo de ocultación que ha animado al actual Gobierno en todo lo que respecta a lo que sucedió en los trenes, la información de ayer permite despejar esas dudas.
Si se recogieron centenares o miles de muestras en los trenes y esas muestras quedaron arrumbadas en un sótano, mucho de lo que hemos estado discutiendo carece de sentido si no partimos de la hipótesis de que ha existido un intento deliberado de ocultación.
Por ejemplo, supongamos que fuera cierto que los Tedax no pudieron determinar en la mañana del 11-M los componentes concretos del explosivo utilizado en los trenes: entonces hubiera bastado con enviar en los días siguientes a la Policía Científica alguna de esas miles de muestras.
O supongamos que se les hubiera olvidado enviar esas muestras a la Policía Científica, simplemente porque estaban convencidos de que la aparición de Goma2-ECO fuera de los trenes era suficientemente concluyente. Entonces, al destaparse el escándalo de las declaraciones de Sánchez-Manzano acerca de la nitroglicerina en la Comisión de Investigación del 11-M, habría bastado con mandar analizar alguna de esas miles de muestras.
O supongamos que una serie de conspiranoicos nos ponemos a cuestionar el explosivo que estalló en los trenes. Entonces habría bastado con coger un puñado de esas muestras no lavadas con agua y acetona y hacerlas analizar para taparnos la boca.
O supongamos que un juez, Gómez-Bermúdez, ordena analizar lo que estalló en los trenes. Entonces existe la obligación legal de comunicar la existencia de esos miles de muestras y ponerlos a disposición de los peritos encargados del análisis.
Sin embargo, la existencia de esas muestras se ha ocultado cuidadosamente, dejando en la nebulosa los informes policiales sobre los explosivos de los trenes, dejando sin resolver las contradictorias declaraciones de Sánchez-Manzano, dejando sin material con el que trabajar a los peritos y perdiendo la oportunidad de callar la boca a esos periodistas tan pesados que siguen diciendo que los españoles tenemos derecho a la verdad.
Nada de eso es explicable a menos que la ocultación de esas muestras responda al mismo impulso que la destrucción de los trenes: al deseo de eliminar cualquier prueba directa y sustituirla por las pruebas "colocadas" fuera de los trenes (mochila de Vallecas, furgoneta de Alcalá, etc...).
(L.P)
Yo no entro ni salgo en de quien fue la culpa, ya sabes que Aznar no es santo de mi devoción, ni nadie de ese partido. Lo único que tengo claro es que el PSOE miente, engaña y manipula.
ResponderEliminarHe posteado sobre lo que nos está pasando, y sin poder usar mi letra caracteristíca. He probado una cosa, pero aún no he podido comprobar si funciona.
El maricón que me robó el nick de Leona Catalana en Youtube no ha vuelto, ¿verdad? Es lo que pasa con los cobardes, te enfrentas a ellos cara a cara y se cagan por las patas abajo.