No sólo son las formas, son hasta los contenidos de los intentos legislativos, los que evocan los tiempos del franquismo en que Polanco se enriqueció y Cebrián controlaba la propaganda.
- Obligatoriedad de asignatura de formación política, en la línea de la F.E.N. de entonces, con amenazas al margen de la ley a los que se nieguen a ser adoctrinados.
- Nuevos intentos de controlar totalmente a los fiscales, con una enmienda al proyecto de Estatuto del Ministerio Fiscal que evite contar con el criterio del Consejo Fiscal.
- Vigilancia al margen de la ley de empresarios privados.
- Condena al ostracismo e intento de expulsión de la vida pública de los disidentes.
- Creación de una conciencia social que identifique al adversario político como enemigo en todos los niveles.
- Autobombo y propaganda de los supuestos logros convertidos en éxitos sin precedentes.
- Ocultación de datos y hechos ante la opinión pública.
- Pactos secretos y alianzas ocultas.
- Invenciones de conspiraciones contra el Poder.
Etc.
Lo extraño, lo diferente a esos años del franquismo, es la absoluta sumisión de los estudiantes y trabajadores, que han perdido todo su protagonismo para convertirse en dóciles corderitos al servicio del Poder, en manos de Zapatero Bahamonde.
Desde luego, algunos de sus ministros proceden de viejas dinastías de adhesiones inquebrantables y afectos al régimen; al franquista, claro. Como el Payaso de Justicia, por poner un ejemplo.
Creo que la explicación a que estudiantes y trabajadores sean ahora tiernos corderitos del franquismo se debe al "panching". Sí, hombre, antes, cuándo Franco, veían una dictadura y se rebelaban contra ella. Ahora... tienen pan y circo a manta. Se les hace creer que son piezas importantes, se les acaricia el lomo tiernamente, se les arenga en boca de "la otra" (que para eso se pinta sola, buf...) En fin, que ni se enteran de que son franquistas. Ellos venga repetir tontamente ROJO ROJO ROJO.
ResponderEliminarMenudo lavado de cerebro, ROJO es lo único que son capaces de decir y no ven que mientras recitan su mantra, ¡el Gobierno se la mete doblada!