Hemos llegado a un punto de degeneración difícilmente soportable. Resulta que como ninguna de nuestras Instituciones defiende a los ciudadanos -excepto tal vez la actual Jefatura del Estado-, han tenido que ser unos supuestos delincuentes -Manos Limpias- quienes lo hayan intentado en el caso Nóos, aunque puede que por motivos ajenos a esa defensa.
Pero lo cierto es que ante la irregularidad de estar pagando dinero, para fomentar con su presencia determinadas regiones y eventos, a quienes ya cobraban por pertenecer a la familia de quien debería haberse dedicado a ello sin sobresueldo alguno, han sido esos supuestos y casi seguros delincuentes quienes han sentado en el banquillo a la hija del anterior Rey, entre otras cosas, por no cumplir con sus obligaciones fiscales como tenemos que hacer los demás.
Y ahora, al evidenciarse de pronto lo que por lo visto todo el mundo sabía, puede evitar sentarse ante la justicia y que salga a la luz el apoyo paterno a ese negocio, porque han ido a prisión los únicos que se han atrevido a sentarla en el banquillo. La fiscalía en absoluto estará dispuesta a recuperar la misión de defender el interés de todos y la igualdad ante la ley, pues la Agencia Tributaria tampoco quiere que la Infanta sea tratada como cualquier contribuyente; así que la descalificación de la acusación particular por demostrarse que son particularmente unos sinvergüenzas, logrará que otros sinvergüenzas queden impunes.
Y así de paso se hará quedar mal al Rey que, actuando honradamente, ha permitido, sin intervenir para impedirlo, que su hermana sea juzgada intentando demostrar que la justicia es igual para todos. Y se protegerá al Rey que tuvo que abdicar por, digamos, no ser tan honrado como debiera haber sido, y a su hija que probablemente actuó siguiendo su ejemplo.
Al margen de que lo sabido de Ausbank y Manos Limpias evidencia que estaban dirigidas por sinvergüenzas mafiosos entre los que parece había algún juez que otro, el que se haya podido actuar contra ellos ahora y no antes, a pesar de existir motivos sobrados para ello, me hace sospechar maniobras desde los servicios de Inteligencia y cloacas del Estado.
¿Venganza gallega contra el Jefe del Estado que no ha jugado a lo que quería jugar Rajoy? Puede, pero lo que se evidencia es que la corrupción no se limita tan sólo a los políticos, parece que entre los jueces no todos son trigo limpio. Ni tampoco parece que los medios de comunicación hayan actuado de forma tan diligente e independiente como sería deseable.
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