A falta del voto del miedo, el voto del odio y de la pataleta de mal perdedor. Esta campaña del PP contra C's, orquestada por el marianismo, evidencia hasta qué punto de miseria moral se llega en política cuando se anteponen poltronas e intereses de partido al interés común. Sólo ellos se están quedando en evidencia; ante quienes no sean unos sectarios marianistas, claro.
Más parece que haya interés en forzar elecciones cabreando a C's para que les retiren el apoyo y así culparles a ellos y convocar esas elecciones antes de que C's completen sus estructuras y puedan mejorar más.
En cuanto a lo último que están argumentando recordando que C's (y el Rey, no lo olvidemos) estuvieron a punto de llevar a la Moncloa al PSOE, parecen olvidar que a quien llevaron a la Moncloa fue a Rajoy. Por eso está ahí.
Resulta patético y grotesco ver personajes a quienes se les supone un cierto nivel intelectual, siguiendo estas pueriles y sectarias directrices, que sobrepasan lo demagógico para rozar lo miserable.