La dictadura venezolana de izquierdas no tiene límite en el descaro con el que maneja todas las instituciones, empezando por la justicia (lo que recuerda lo que aquí intenta imitar el sanchismo). Han estado todo este tiempo usando a una pléyade de hackers chinos trabajando para falsificar actas y sistemas informáticos. Ahora pretenden hacer creer que el tribunal supremo va a tomar una decisión "independiente" sobre el resultado de la manipulación. El cuento lo tienen reparado y elaborado, ya lo anticipó ayer Monedero, uno de los "ideólogos" y propagandistas del régimen.
El Gobierno de España sigue en su equidistancia precisamente a la espera de este teatro, por ver si cuela y apoyar así a su socio en tantos negocios oscuros, a la cabeza de los cuales aparece el valedor Zapatero y todos los socios de Sánchez, que no paran de exigirle el reconocimiento del "triunfo" del dictador Maduro.
Lo de la brutal represión, la injerencia cubana, el respaldo del narco y el asalto a los derechos humanos, como si no existieran. Y esa banda que apoya a la dictadura (y es apoyada por ella) es la que tenemos en el poder aquí intentando imponernos otra similar.
La estrategia es pueril, pero les da igual, es la que usan descaradamente; se trata de definir como fascistas y extrema derecha todo lo que no les aplaude con las orejas, para luego erigirse en "luchadores contra el fascismo" y en nombre de esa lucha perpetrar todo tipo de ataques a la democracia disfrazados de defensores de la misma.
La historia de siempre, pero que pueden permitirse repetirla por haber logrado que la mayoría la ignore o bien crea una Historia reinventada. O simplemente tienen un voto cautivo que no quiere perder las subvenciones que perciben gracias a que la banda esté en el poder.
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