Erdogan saldrá reforzado de esta asonada y tendrá la excusa perfecta para hacer una poda en el mayor ejército de la OTAN después del de EEUU. De hecho ha calificado la intentona como "
un regalo de Dios" que le permitirá limpiar el ejército.
Dicho ejército era hasta ahora un freno al islamismo hacia el que Erdogan va llevando a Turquía y a sus métodos cada vez más dictatoriales. Veremos a ver si ese formidable ejército -diez veces el nuestro- que hasta ahora ha hecho gala de ser laico no se decanta hacia la teocracia.
El golpe no tenía intención de ser cruento, es evidente, y de hecho ha fracasado en cuanto ha brotado la primera sangre. Quien no ha tenido reparo a que la sangre corriera ha sido Erdogan y los imanes que, desde las mezquitas, han echado a la gente a la calle a que se enfrentara con el ejército en un ejemplo más de cómo el islamismo desprecia y usa la vida humana para lograr sus fines.
El silencio con el que occidente ha estado observando el desarrollo de los acontecimientos demuestra que hubiera aceptado un éxito del golpe militar. Erdogan es un aliado incómodo y muy caro. Claro que aceptar un golpe de estado en Egipto no es lo mismo que aceptarlo en el seno de la OTAN, aunque ya se aceptó en su día uno precisamente en Turquía -el del general Evren en 1980-, además de que de ese modo se le ponía muy difícil a Obama pues las leyes de EEUU prohíben expresamente apoyar económicamente a un régimen golpista. Quizá por ello EEUU no habló de "golpe" en ningún momento durante la asonada, supongo que para salvar la ropa y poder llamarlo de otra forma en caso de que triunfara.
El que Putin fuera el primero en decantarse expresando su apoya a Erdogan, con el que ahora parece llevarse bien tras su enfrentamiento reciente por el derribo del avión ruso, y que fuera precisamente en Rusia en donde ha cogido el asunto al Secretario de Estado de EEUU, tiene mucho que ver con el resultado final.
Pero lo que más ha tenido que ver ha sido el Iphone desde el que Erdogan pudo lanzar el mensaje para que la gente saliera a la calle, transmitido por una televisión pública no intervenida por los golpistas -craso error- y que las mezquitas pudieran repetir ese llamamiento. De otro modo el golpe hubiera triunfado, ya tenían controlado el país entero y sus instituciones.
Mi impresión es que dicho golpe no estaba mal visto por occidente bajo la condición de que no hubiera sangre. En cuanto brotó la primera los golpistas desistieron. Otra cosa es que determinadas unidades rebeldes tardaran más en claudicar o intentaran resistir por las armas. Esto último es algo que a quien beneficia es precisamente a Erdogan.
Pero ahora sólo nos queda asistir al ejercicio de hipocresía de occidente diciendo que apoya al régimen democrático turco y a su gobierno electo mientras éste se encamina a una dictadura islámica. Y tanto más hipocresía cuanto más énfasis se haga en ello pues hay silencios atronadores. La contundencia de Margallo a toro pasado y tras conocer la posición de EEUU es una sonrojante prueba de ello.