sábado, 10 de septiembre de 2005

Alumno fiel

Sabiduría o inercia

Parece Pedro Solbes uno de los pocos políticos tecnócratas del PSOE, y probablemente el único, del actual gobierno. Prudente en las formas y poco destacado en la política populachera, tiene un poder evidente al ser el administrador del dinero del Estado. Su papel como freno de los posibles desmanes económicos de sus compañeros de gabienete permite mantener una cierta ortodoxia en la política económica española gracias al continuismo en las recetas de su antecesor. Cierto es que se echan de menos unas reformas y una previsión que haga que la economía pueda responder mejor a los riesgos que ya apuntan y están por venir en los próximos años. De momento no le he oído avisar del riesgo de la burbuja inmobiliaria ni, mucho menos, acometer reformas que palíen su previsible desinfle.

No parece hombre de grandes propuestas ni de brillantes soluciones, pero tampoco mal analista económico. Muestra de ello ha sido su aceptación de la propuesta argumentada de financiación sanitaria que le presentó el equipo económico del PP. Ya tuvo ocasión, desde su situación de Comisario económico de la UE, de comprobar la bonanza de la política económica del anterior gobierno y por ello no ha querido desmontarla. En cuanto ha recibido una clase gratis de los responsables de aquella bonanza económica, se ha apresurado a asimilarla como buen analista que es. Aunque su componente político está salpicando su credibilidad como analista y me temo que, de seguir así, la ahogue por completo.

Claro que en la política no está bien visto aceptar la ayuda del contrario y menos agradecerla, y para ello el zorro del presidente ha estado jugando a un extraño juego que ha terminado con lo que él cree que convencerá al electorado de que es una solución desarrollada por su equipo e ideada por él. Sea como sea, creo que esta vez parece que la sensatez se ha impuesto para beneficio de todos. Suponiendo que el acuerdo sea tal y se rubrique donde debe rubricarse, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Al final es lo que importa. Aunque no sobra saber a quién atribuir el mérito. Pero empiezo a sospechar que esa imagen de autoridad económica que le envuelve acabará por desvanecerse a medida que Zapatero la vaya explotando para conseguir objetivos políticos contrarios a la prudencia económica. Porque no creo que Solbes se plante ante los previsibles disparates de este ignorante que tenemos por Presidente. Ni tampoco que su supuesta autoridad en asuntos económicos sea otra cosa que una pose y un bluf publicitario.

O sea, que me parece que lo que parece no es tal como parece.





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