Hoy se constituye una comisión que en la práctica equipara al Estado con parte de él.
O lo que es lo mismo: hoy se culmina un disparate histórico-constitucional como muestra de la entrega de Zapatero a unas minorías independentistas. Ya es hora de llamar al pan pan, al vino vino, y a los nacionalistas traidores a España; pues difícilmente van a contribuir a algo de lo que no se sienten parte. Llamemos pues a dichos partidos lo que son: separatismo e independentismo; o lo que es lo mismo: el cáncer de España.
Quienes no se sienten españoles ni parte de España, ¿cómo van a formar parte del Estado al que pretenden debilitar para poder abandonarlo? En buena lógica, trabajarán para debilitarlo y desmembrarlo, para así poder alcanzar su objetivo independentista. Pues es con éstos con los que se alía el socialismo de Zapatero; y con ello traiciona al mismo PSOE troceándolo a su vez en muchos partidos en los que la sigla E de España, sobra. Exactamente lo contrario de que el PSOE decía defender desde su fundación.
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