El Estado nacional socialista.

En el nazismo, al igual que ahora, se detenía a los opositores sin orden judicial.

Luego ya se crearon los órganos con maquillaje jurídico para proceder a dichas detenciones y deportaciones, pero se iniciaron sin ningún disimulo. Exactamente igual que con Zapatero y sus policías zapateristas. Estos policías se creen dueños del bien y del mal además de de las personas. En Canarias ya se han producido detenciones de cargos municipales -del PP, claro- sin orden judicial. No entro en su culpabilidad o no; éso en un Estado de Derecho, lo deciden los jueces. Y las detenciones, también.

En el resto de España, se está utilizando a la policía como policía de Partido, como a las SS, y con objetivos electorales. No es normal que a los cargos socialistas sospechosos de delitos urbanísticos -que ya son legión- no se les detenga y a los del PP sí. Y todo con el objetivo de generar una corriente de opinión en la sociedad que confunda PP con corrupción urbanística. Es como si el ladrón acusara a los demás de serlo.

El deterioro democrático bajo el régimen nacional socialista de Zapatero no tiene parangón en Europa, más que remontándonos a los tiempos de Hitler o a los inmediatamente anteriores a la guerra civil. La manipulación y utilización del Estado puesto al servicio de un determinado partido es todo lo opuesto no sólo a la Constitución, sino a la esencia misma de la democracia. La democracia no es sólo ejercer el derecho al voto; es que las Instituciones garanticen que no pase lo que desgraciadamente está pasando en España: la apropiación del Estado por parte de un partido político, que además decide repartir trozos del Estado con sus cómplices.

La Constitución se hizo tan ambigua que puede que hasta no se conculque incluso dejando que se actúe contra ella misma, pero su espíritu sí está conculcado. Y, desde luego, la democracia también.