El Gobierno niega que se haya producido ya el alta hospitalaria del etarra no arrepentido de Juana Chaos, oculta que su vuelta a casa ya estaba decidida desde febrero y echa balones fuera diciendo que la decisión la tiene Instituciones Penitenciarias, como si fuera una decisión ajena al propio Gobierno.
Su abogado lo ha dejado meridianamente claro, además de evidenciar el chantaje: las vías de solución del problema (el terrorismo) dependen de que se cumpla lo decidido. Las excusas esgrimidas en su momento por el Ministro Rubalcaba diciendo que era una decisión personal por motivos humanitarios, suenan a ridículas habida cuenta de que con posterioridad el propio Zapatero asumió la decisión como propia del gobierno y de él mismo.
Rubalcaba y Zapatero hablaron del riesgo de muerte del asesino y que ello forzó su decisión. Bien, pues ya está vivito y coleando y sin ningún riesgo de muerte excepto el que tenemos el resto de los mortales, o el que le pueda sobrevenir por un infarto por culpa de la recuperación de la conciencia y se le haga imposible soportar el peso de sus asesinatos. Posibilidad ésta harto improbable.
Zapatero y la Vicepresidenta han vuelto a mentir estos dos últimos días al transmitir que la decisión no está tomada y expresar que no saben más. Es mentira, la decisión se tomó ya en su momento y la conocen perfectamente pues fue decisión del gobierno. La medida que han decidido aplicarle al asesino no arrepentido es una medida destinada a la reinserción, algo que es evidente que con este elemento, que se considera orgulloso de sus crímenes, no se ha conseguido.
Lo que se está haciendo ahora es buscar la forma más disimulada de llevarla a cabo, así como confirmar que la ETA pagará su parte del trato antes de que esta puesta en libertad del etarra haga demasiada mella en la figura de Zapatero. Si consigue lo que la ETA prometió, el volver a revivir el llamado proceso que ya es evidente que no es de paz pues produjo muertos y que es de rendición pues a la vista estan los avances de los proetarras gracias a Zapatero.
Necesitan urgentemente de ese balón de oxígeno. Un gobierno y su presidente necesitados de la ayuda que les dé un grupo terrorista que asesina y extorsiona a sus propios gobernados, o lo que es lo mismo: una vergonzosa e indigna rendición ante el terror, y un desprecio imperdonable hacia las víctimas de los verdugos con los que han escogido sentarse. Y un partido que sustenta a dicho gobierno que se ha convertido a su vez en un nido de cobardes y traidores. Más casi media España merecedora de lo anterior.
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