(Y yo regreso de vacaciones)
El Gobierno, según el diario pro etarra Gara, se negaba a pactar un escenario político final determinado y su respuesta ante este planteamiento –que recogía la continuidad de las detenciones y los juicios, así como flexibilizar las medidas y legislación en política antiterrorista "en fases avanzadas del proceso de paz", dice Gara– fue interpretada por ETA no como un proceso de paz sino como "una declaración de guerra".
Que a la ETA no le interesa que el PSOE deje de gobernar es evidente. Con otro gobierno tendría mucho más difícil conseguir nada, ni siquiera estarían sus protegidos en cargos públicos. Por ello ya ha entrado en campaña en apoyo del Gobierno del PSOE.
Ahora dice que el PSOE no aceptó sus condiciones, lo que aprovechará Pepiño para sacar pecho y decir que ellos no han cedido ante la banda. Y eso, a pesar de las evidencias: Los proetarras están en las instituciones públicas de nuevo, los socialistas se niegan a hacer cumplir las leyes a los nacionalistas (léase la ley de banderas y el rechazo en el congreso a aplicarla) y además, acusan de crispar a quien lo denuncia. Matar al mensajero, se llama. Aquí ya se sabe que el que recibe una patada en los cojones es quien crispa, y no el que la propina, que el pobre no es más que una víctima de su propia crispación...
Y la ETA apoyando... y si tiene que matar para intentar demostrar que el Gobierne es severo con ellos, lo hará. ¡Todo por la campaña!
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