El presidente de la Autonomía Regional Vasca se reafirma en su rebelión ante el Estado y aumenta su órdago.
El evidente desafío y falta de respeto por la legalidad vigente y por la democracia misma, se culmina en las mentes desviadas y paranoicas de estos nacionalistas -que piden lo mismo que la ETA- en lo que este reiterativo y plúmbeo iluminado mesíanico expone: Estos enfermos de nazismo nacionalista excluyente y racista no darán por terminada la Transición hasta no conseguir romper España y declararse independientes. Pero resulta que los españoles decidimos democráticamente nuestras leyes fundamentales, y cerramos la Transición con la aprobación de la Constitución.
Si hubiera un gobierno y un poder judicial coherente e independiente de verdad, ya estarían procesados los protagonistas de esta rebelión e intento de golpe de Estado, y suspendida la Autonomía en aquella región. Por menos de esto se hizo en Irlanda, a la que tanto recurren como ejemplo de lo que les interesa, y no pasó nada. Tan sólo por el hecho de que Zapatero cambió la ley por exigencia de ETA -ley que había apoyado- en cuanto accedió al poder, el tal Ibarreche no está en la cárcel ahora.
Cuando sí que pasan cosas es cuando un Estado permite el incumplimiento de las leyes, y aún más cuando es una parte de dicho Estado quien las incumple. El Lehendakari lo es porque la institución que preside es una Institución del Estado Español, y no de del reino de Utopía. Ya vale de victimismo. Las víctimas reales de tanta paranoia están en otro bando; y enterradas.
Recibo varias amenazas en las que me tachan de no respetar la voluntad popular, tal como dice el iluminado. La voluntad popular se respeta acatando y cumpliendo las leyes que ese pueblo ha aprobado democráticamente, y no imponiendo ilegalemente la voluntad de los tontos del pueblo. ¡Venga, animaros, ponedme en una diana! Las verdades joden, ¿eh?
No digas lo de la diana, que no necesitan que les jaleen, sólo falta que les provoques más.
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