domingo, 13 de julio de 2008

Una de cal...

La relativa esperanza de esta mañana se terminó empañando. Tu tío Andrés comunicó que te habían rebajado la ayuda respiratoria y que aguantaste una hora respirando con poca ayuda. Es algo que, sin ser definitivo, parecía esperanzador. A la hora del informe diario, tu madre, en su afán de que alguien le confirmara una cierta esperanza, empezó a requerir una información que los médicos no son capaces de dar dado tu estado. Quería algo, e insistía. Insistió tanto que la médico respondió:

-Yo no puedo decirle lo que usted quiere y me exige que le diga. Si insiste, y lo que pide es mi opinión personal, le diré que creo que no despertará del coma. Es mi opinión. Pero me puedo equivocar y ojalá me equivoque...

La tremenda realidad y la posibilidad de que ocurra cualquier cosa, cayó como una losa sobre tu pobre e impaciente madre. Salió abatida, llorando, desconsolada y desesperada... Costó que se repusiera. Ni siquiera el verte le ayudó. La tensión ya hace estragos en su ánimo. Era previsible, pero no por ello menos duro.

A las cuatro se volvió a Sevilla, en el AVE. Mañana vuelve con tu hermano menor. Me llamó desde el tren. Preguntaba si alguien sabía algo más y se le ocultaba algo. Le aseguré que no. Me dijo que era un día negro. Volví a repetirle que no más que otros, que lo que ocurre es que si presiona se encontrará con esas respuestas. Y que además no añaden nada nuevo a las posibilidades que ya conocemos desde que ocurrió la tragedia.

Hay que convencerla de que su insistencia en obtener toda la información no va a añadir más de la que tenemos. Porque no hay. La lesión existe, pero no hay un mapa exacto del cerebro que permita pronosticar exactamente lo que esa lesión produce. Me inquieta que tu madre se desborde, que la impaciencia la rompa. Pero no vamos a permitir que ocurra, no te preocupes. Decía que vendría directamente al Hospital. Le he dicho que no, que de ninguna forma, que primero vaya a casa de la abuela y que se duche. Que eso de venir a verte sudada de un viaje no va contigo. Y aceptó, y en su tono se intuía una sonrisa.

Por la tarde te he visto de nuevo. El movimiento de tu pecho parece transmitir tu deseo de volver a respirar con ansia, con plenitud. Luego, cuando tu padre y tu novio estaban contigo, has bostezado. Dicen que ha sido un gran bostezo. Y ello ha sido luego motivo de bromas. Le he dicho a tu padre que "¡a saber qué rollo te estaría contando!" para aburrirte de ese modo. Se reía.

Tus compañeros y amigas tampoco se han saltado el día festivo y hoy también había una amplia representación. Todos con intención de hablarte cuando puedan verte. Tu jefa hasta venía con el guión preparado sobre lo que quería contarte. Es encantadora.

Hemos comentado las incidencias y novedades. Hemos compartido deseos y esperanzas. Y hemos salido más relajados. Y todo ello se lo he transmitido a tu madre en mi llamada. Ahora está algo más tranquila, aunque dice que con pocas esperanzas. Sé que es el efecto del cansancio, ya verás como mañana está de otra forma.

3 comentarios:

  1. Antonio: Se percibe que Bea quiere seguir luchando por estar entre ustedes y yo creo que lo va a lograr. Imagino que todo éste tiempo lo has de sentir interminable, pero algún aprendizaje les está dejando Bea con esta situación y espero de corazón pronto encontrarme con muy buenas noticias. Recibe un abrazo.

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  2. ¿Por qué cuando la vida
    nos parece un grifo abierto
    nos llega la sequía
    y la convierte en desierto?

    Ya sabes amigo Antonio lo que siempre se dice... pero los tópicos en estas ocasiones, sirven de muy poco y lo digo por aquello de que ( la esperanza, es lo último que se pierde...)

    Depués de leer en tu diario de Bea la jornada del domingo, sólo me queda decirte lo mismo de siempre ¡ánimo y fuerza!y sobretodo, para aquellos que como yo creemos en Dios, pedirle ese ansiado y casi utópico milagro.

    Mi abrazo y dale a Bea un beso de mi parte... Ángela

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  3. Vaya, algo falló anoche. Ya noté algo raro al dejar mi comentario, pero como no aparecen al instante, no tuve la certeza.
    Lo repito:

    La verdad... los vegetales no bostezan... Y no es broma. Aunque un bostezo te sobrevenga a veces sin poder evitarlo, siempre tiene un motivo, no bostezas si estás profundamente dormido.

    No hay que desesperar, mucha gente ha salido de un coma tan pimpante, como si nada. Cierto que en este caso hay daño en el tronco cerebral, pero como dices, no se sabe lo que abarca y es muy posible que con rehabilitación desaparezcan todas las secuelas.

    Los médicos nunca pueden -ni deben- dar falsas esperanzas, así que la respuesta, aunque dura, ha sido correcta.
    Yo sí creo que despertará. Lo creo firmemente. Y lo creo porque la estáis estimulando. Nunca la dejáis sola. Oiros es muy importante, es el hilo que la une a vosotros y cuando esté preparada, tirará de él para regresar.

    Ya verás, un día estarás sentado a su lado y te dejará tieso preguntándote de repente: "¿Qué hora es?"
    Y entoces pasará lo que te dije...
    ;D

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