UGT se dedica a apuntarse al circo de la Causa General contra el franquismo.
El que no se les oiga, ni a éste ni a otros sindicatos, abrir la boca sobre la sangría del empleo, ni sobre la amenaza de quiebra de la Seguridad Social, ni siquiera sobre el riesgo que corren las pensiones -por no hablar de que ni mencionan la crisis-, y ahora pretendan con este circo desviar la atención de lo que tenían que hacer y no hacen, ya es sangrante. Pero lo que es intolerable es que venga, precisamente UGT, de víctima, cuando a pesar de la estafa monumental que montó con lo de la PSV, se ha llevado millones a chorros a cuenta del cuento de lo que el franquismo les quitó. Si empezáramos por exigir a estos sinvergüenzas cuentistas -que viven del cuento- que nos devuelvan lo que nos han quitado a todos, otro gallo cantaría. Hasta el dinero que tuvieron que pagar por la sentencia en la que fueron condenados por lo de la PSV lo pagamos entre todos gracias a Zapatero. Es lógico que ahora hagan lo que se les ordene.
Los sindicatos están para defender los intereses de los trabajadores y por tanto deben de ser los propios trabajadores quienes los sostengan. Y al existir libertad de sindicación, se debe poder elegir a cual de ellos pagas o si decides no pagar a ninguno. Pero aquí, no; aquí se hereda lo del Sindicato Vertical franquista y pagamos de forma obligatoria a través de nuestros impuestos. Luego es el Estado quien paga a los sindicatos, con lo que no dependen en absoluto de los trabajadores, ni de su buena gestión a favor de los mismos, para subsistir. Hagan lo que hagan, cobran. Y si hacen lo que el Gobierno -de su cuerda claro- les dice, cobran más. No son más que un arma política en manos de los partidos a los que pertenecen. No son sindicatos de obreros, lo son de políticos. Y para ello manipulan a los trabajadores con sus cuentos.
A lo mejor hay trabajadores que les encanta estar en paro mientras se pueda acusar de algo a quienes ya pasaron a otra vida hace tiempo. O a quienes les importe más lo que pasó hace setenta años que si mañana tienen para dar de comer a su familia, pero los supongo los menos. O serán los que viven precisamente del cuento, no de trabajar en empresa alguna, los liberados que viven de todos. Los parásitos profesionales. Como el descomunal Geta -jeta con "g" de grado supino- profesional que los dirige.
Estos sindicatos son los que han propiciado el que existan trabajadores de primera y de segunda. Se han centrado en los sectores en donde pueden hacer fuerza y en las empresas a las que pueden paralizar y de las que pueden vivir sus "enlaces" subvencionados. Los trabajadores de la Administración, por ejemplo, pueden recurrir a la huelga para reivindicar mejoras. Que se lo digan a un repartidor de pizzas o al mecánico del taller de la esquina. A ver si pueden hacerlo sin encontrarse en la calle de inmediato. En absoluto han gestionado unos convenios colectivos mínimamente presentables a los que puedan acogerse trabajadores de pequeñas empresas que no pueden presionar de ningún modo. El escandaloso caso de lo que nos cuesta a todos tan sólo los liberados y enlaces sindicales de la Administración de la Comunidad de Madrid, ya sería suficiente como para declararse en huelga de sindicatos. O sea, mandarlos a tomar viento y obligar a sus miembros a que trabajen para ganarse el sustento, y que dejen de hacerlo con el sudor de los demás.
Pero es lo que tenemos. Una tremenda sangría económica sindicada. Es algo que no sucede más que aquí. Será por eso por lo que internacionalmente está tan cotizado Zapatero para que vaya de cumbre en cumbre dando lecciones de economía a los demás países. Ahora está en Pekín. Haciendo el chino.
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