¿El Supremo se arrodilla?
¡Viva el franquismo imperante! ¡Viva el adoctrinamiento moral y político! Volvemos a los tiempos de la F.E.N. obligatoria; claro que entonces no pasaba nada si no la aprobabas, pues te la daban por aprobada sin más. Se consideraba una maría, una asignatura sin importancia alguna. Ni el franquismo se atrevió a tanto. Aunque voy a contenerme y a recoger velas, mientras dedico tiempo a analizar poco a poco la sentencia cuando se publique. No creo que los panfletos zapateristas tengan la misma actitud, habida cuenta de la perentoria necesidad que tienen de presentar cualquier tipo de éxito.
En ningún país de Europa dicha asignatura entra en asuntos éticos y morales como se hace aquí. Ni de lejos lo consentirían sus ciudadanos. Pero aquí ya hace tiempo que hemos pasado de ciudadanos a súbditos. No hay más que ver los temas que se tratan en dicha asignatura y los supuestos valores morales que imparte. Para ética ya existe otra materia: la filosofía.
El argumento de intentar hacer ver que sería tan válido objetar cualquier otra asignatura, como matemáticas o lengua, demuestra que los valores éticos y morales no existen, o se consideran igual a verdades objetivas y demostrables. Es decir, la ignorancia de los padres transmitida a los hijos, y éstos adoctrinados por el Estado.
Lo que sí sería una solemne imbecilidad es objetar moralmente que hipócrita se escriba con h o que dos más dos sean cuatro, por ejemplo. Pero no es de extrañar, cuando los seguidores de quienes han impuesto dicha asignatura, históricamente la han aceptado en los totalitarismos en los que se ha impuesto la doctrina única socialista. Los mismos que, aún hoy, llaman democracia a Cuba.
Y lo que es otro inmenso disparate es que el Gobierno se empeñe sistemáticamente en imponer lo que genera división en la sociedad, en vez de afianzar lo que genera unanimidad y unión. Todo lo contrario a lo que procuran todos los gobiernos democráticos del mundo. Y en vez de basarse en la razón, se apoyan en la propaganda para conseguir precisamente perpetuarse en el poder. Es decir, el PSOE se impregna del chavismo, con "s"; andaluz, vamos.
El Supremo alega, por lo visto, que dicha asignatura no imparte moralidad ni ética alguna, y por ello no atenta al derecho de los padres de educar moralmente a sus hijos. Habría que preguntarle al Supremo qué es lo que entiende por moralidad. De momento no está demostrando que la tenga.
Pero de confirmarse dicha argumentación, eso lejos de impedir la objeción, abre dicha objeción a cualquier asignatura en donde se intente transmitir conocimientos que impliquen algún tipo de moralidad, o adoctrinamiento encubierto, sobre temas que no estén contempladas en la Constitución. Y pienso en Biología, Ciencias del Mundo contemporáneo, o Sociales.
Aunque antes de sacar conclusiones definitivas, mejor esperar a leer y a analizar la sentencia cuando se publique. Además, parece ser que la sentencia abordará cuestiones relacionadas con los contenidos de la asignatura para evitar "el adoctrinamiento" de los niños. Así que mejor contener las alegrías progres y las protestas de quienes no aceptamos la asignatura tal y como está planteada en España.
Pero lo que ya es absolutamente reprochable, tanto al Supremo como al Gobierno, es que el vídeo de la Minsistra de Educación en donde se vanagloria de la Sentencia, presentándola como un éxito del Gobierno, parece que se grabó hace dos días. Es decir, antes de que se hubiera producido la sentencia. Eso es lo que deberían cuidar, el ejemplo. De nada sirve cualquier asignatura si el ejemplo que los niños reciben es el de que ser sinvergüenza tiene premio.
Lo que sí parece quedar claro es que el camino de la objeción no es el camino legalmente correcto para hacer valer el derecho de los padres a la educación moral de sus hijos. Aunque, la verdad sea dicha, no parecía haber otra opción ante el atropello de la imposición bajo amenaza de suspender curso, y del intento de descalificación constante de quienes no aceptaban dicha intromisión. Cualquier otro camino hubiera llevado más tiempo, tiempo en el que los hijos de los padres objetores hubieran seguido siendo adoctrinados en lo que ellos no querían que lo fuesen.
Nota: F.E.N. era la asignatura franquista de Formación del Espíritu Nacional. Era de adoctrinamiento político, no se atrevió nunca a entrar en cuestiones morales.
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