Los síntomas: Ocultaciones, mentiras, absoluta falta de coordinación e irresponsabilidad delictiva.
No creo que la gravedad real de la gripe producida por el virus ahora llamado A no sé qué -con la loable intención de no perjudicar el nombre del cerdo- vaya más allá que la de otros brotes de gripe, pero lo que sí es grave es lo que le ha producido al Gobierno. Tras lo que parecía una magnífica gestión de la crisis sanitaria por parte de la Ministra Trinidad Jiménez, ahora su colega de Defensa, Carmen Chacón, se ha encargado de tumbar su eficacia, la imagen exterior y dejar en nada las felicitaciones de la OMS.
Resulta que Sanidad no sabía nada del supuesto brote en unas dependencias militares. El organismo científico encargado de analizar si el asunto se trataba de un brote de dicha gripe y de su carácter pandémico o no -dependiente del Ministerio de Ciencia- tampoco informó a Sanidad de que tenía muestras procedentes de dichas instalaciones militares para analizar. Y para rematar la faena, se permitió la visita de 75 niños a las instalaciones presuntamente afectadas. Debe ser que Chacón, en su convicción totalitaria, cree que las enfermedades en el ejército desaparecen a la orden; a sus órdenes, vamos. Exactamente igual que en su momento desaparecieron los atacantes al Cugar por orden del entonces Ministro Bono.
En cuanto Sanidad ha tenido conocimiento del hecho se han puesto en marcha medidas restrictivas para controlar el posible foco. No se pusieron antes precisamente porque la Ministra se enteró del asunto por los periodistas, como se enteró también el portavoz parlamentario de la oposición en materia sanitaria. Aquí todo se sabe por la prensa independiente; por la otra, por la mayoritaria, lo que se sabe es lo que el Gobierno quiere que se sepa o incluso los bulos para atacar a los oponentes políticos. La censura tipo franquista pervive en estos tardofranquistas de la escuela de Cebrián, llegando hasta el último escándalo de TVE ocultando la realidad separatista para no demonizar a sus compinches nacionalistas.
Para un Ministerio que funcionaba adecuadamente, otros dos se han encargado de tumbarlo. Bueno, dos no, pues la Vicepresidenta De la Vega se ha sumado al asunto. Ella es la encargada de coordinar los distintos Ministerios y tal parece que lo haya hecho para cargarse a algunas Ministras. Claro que ella se queda en evidencia, pero eso lo tiene superado; sabe que ya está por encima del bien y del mal y que se le perdona todo. Va y sale con su descaro habitual a llamar negro a lo blanco. Tras este ejercicio de ocultación y de opacidad por parte de Defensa, no se le ocurre otra cosa que calificar la actuación del Gobierno como transparente. Dice que se han respetado los protocolos y que se ha actuado con transparencia y responsabilidad.
Transparencia es la ocultación de lo que estaba pasando, los protocolos son los que llevan a que los ministros no se enteren de nada, y responsabilidad es meter a niños en unas instalaciones en donde hay riesgo de contagio. Claro, y pulpo es un animal de compañía, ¿no? No me extraña que luego sean capaces de llamar gobierno a esto.
O a lo mejor se trata de que el Gobierno está afectado por una nueva modalidad de esta gripe: la gripe zapaterina.
Este es el gobierno del desgobierno
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