Carretera local de un municipio pequeño en la costa, ahora atestado de turistas. Control de carretera. No es la Guardia Civil sino la Policía Municipal de ese pequeño Ayuntamiento quien bloquea la estrecha carretera apartando aleatoriamente vehículos al arcén.
El agente se acerca con cara amable, se lleva la mano a la visera de la gorra a modo de saludo y, mientras nos obliga a bajar la ventanilla anulando el fresquito del aire acondicionado, dice:
-Buenas tardes. Su carnet y los papeles del coche, por favor.
-No me da la gana. Ya estoy harto de este atropello con el único objetivo de equilibrar las arcas vacías de Ayuntamientos mal gestionados.
-¿Como dice?
-Digo que no me da la gana de darle los papeles. Si quieren papeles, al Pryca. Allí hay unos hermosos rollos higiénicos que les servirán a sus concejales, Alcaldes y a sus respectivas madres para limpiarse el culo todo lo que quieran. Pero a mí que no me den por ahí.
-Esto es rebeldía ante la Autoridad.
-Pues dispáreme. O enciérreme donde no encierran a los sinvergüenzas que nos roban por doquier.
-Señor, yo no le he faltado al respeto. Si se niega, tendré que detenerlo.
-Ya sé que usted solo está ganándose su sueldo que, aunque garantizado mucho más que el del resto de trabajadores, también peligra y se lo han devaluado. Pero yo ya estoy harto de que me estén amargando mis vacaciones y haciéndome pasar calor día sí y día también para ver si me sacan algún euro por alguna irregularidad que en absoluto es competencia de su Ayuntamiento.
-Baje del coche.
-No me da la gana.
La cara del agente es un intento de mueca de seriedad a la que el desconcierto convierte en cómica. ¿Y ahora qué hace con este señor ya entrado en años y de afable aspecto?
Evidentemente lo anterior es pura ficción, me refiero a la respuesta, no a los controles recaudatorios. Pero a este paso podría darse el caso y lo extraño es que no se haya dado de forma masiva.
Lo de este verano en estos ayuntamientos turísticos es absolutamente intolerable. No son controles para velar por la seguridad, en absoluto; son asaltos a mano armada a quienes pasan por algunos términos municipales en quiebra económica y que pretenden sacar tajada a base de multas por determinadas faltas administrativas. Un ejemplo: si a usted se le ha pasado la fecha de la ITV, la multa será de más de dos veces lo que cuesta la ITV. Claro que le harán una rebaja del 50% si no pone pegas y la paga. Le dirán que tiene 15 días para arreglar la situación, pero la realidad es que pasadas veinticuatro horas, pueden volver a multarle por lo mismo. Un robo en toda regla.
El problema serio viene luego, porque aquí vivimos ya en un estado policial y confiscatorio pues, sin orden judicial alguna, sin sentencia, la Agencia Tributaria convertida en el Gran Confiscador, puede embargar su cuenta corriente sin aviso previo y cobrarse dicha multa aunque su familia se quede sin comer el resto del mes.
Lo de la tremenda mentira sobre la efectividad de las medidas coercitivas en la seguridad en carretera, da para otro, y para muchos, artículos más. En otro momento.
No importa que sea la Guardia Civil como la Policía Local, una población pequeña, como una gran capital; el afán recaudatorio se ha disparado todavía más con la crisis. Las arcas -todas- están vacías y antes que recortar sus ostentaciones e inutilidades echan mano a nuestros bolsillos.
ResponderEliminarEl infame Gallardón pretendía nada menos que los vecinos hiciesen la limpieza de la vía pública, además de hacer responsable a la comunidad de un edificio por la presunta infracción de un vecino, caso de no identificarle, con lo que ya nos podemos imaginar lo que hubiese pasado... Y por si fuera poco, escarbar en las bolsas de basura para -se supone-, "buscar pruebas"... Le han dicho que no, que rebusque en los contenedores de Hipercor si tiene hambre, pero que esto no es legal.
¡Qué sinvergüenza!, con lo que pagan los madrileños, hasta el aire que respiran, y ese inventándose guarradas para recaudar más.