En la entrevista de ayer en el programa El Objetivo, de La Sexta TV, Mas esgrimió dos argumentos principales que nadie le rebatió.
- No nos dejaron otro camino al no dejarnos hacer un referéndum como en Escocia. Por lo tanto sumaremos escaños y no votos.
- Nos tendrían que echar de Europa y en ningún sitio se dice que será así.
Voy a tratar de analizar estas afirmaciones por separado.
No nos dejaron otro camino al no dejarnos hacer un referéndum como en Escocia. Por lo tanto sumaremos escaños y no votos.-
Que Ana Pastor lo dejara escaparse, sin más, tras la comparación con Escocia, es un apoyo claro a la idea de un referéndum en una parte de España para decidir lo que nos afecta a todos los españoles. Eso o una ignorancia mayúscula. Y no fue una vez, sino varias.
Escocia es una nación, siempre lo fue, configurada como Reino de Escocia, y se unió con otras para formar el Reino Unido, donde no hay una Constitución que diga que su soberanía reside en todo el pueblo de la unión resultante. Por tanto, su pueblo es soberano y puede hacer tantos referéndums en su territorio como les venga en gana y sus leyes permitan. Libremente se unieron y libremente podrían irse, además de que las leyes del Reino Unido permiten ese referéndum.
Aquí no hay más nación que España y la soberanía reside en el pueblo Español, no en trozos del mismo. Y hay una Constitución que así lo dice. Y la ley prohíbe ese tipo de referéndums en las Autonomías. O sea, que el asunto de Escocia se parece al de Cataluña tanto como se parece el kilt a la barretina: nada.
Por eso es absolutamente necesario para su objetivo el que Cataluña sea considerada una nación. Y por eso es tan pueril creer que considerarla nación calmará a los nacionalistas. No, tan sólo darán un paso más, en ese caso gigante, hacia su meta: la independencia. Una nación quiere ser Estado, y un Estado quiere ser independiente. No tendría sentido otra cosa.
El derecho a decidir existe, claro, pero es un derecho individual, no colectivo, y se ejerce en las elecciones y en los referéndums legalmente convocados por quienes tienen potestad para convocarlos dependiendo de la materia a consultar. El derecho de los pueblos es a la autodeterminación, o sea, a decidir por sí mismos sin injerencias externas sobre sus asuntos internos. Y también existe el derecho de autodeterminación de los pueblos coloniales, del que hablan algunas resoluciones de la ONU, que es para las naciones ocupadas, para las colonias, no para que una región se independice de un Estado. Eso es secesión, y en ningún sitio existe el derecho a la secesión, todo lo contrario, existe el derecho de los Estados a impedirla. Los españoles tenemos derecho a decidir, claro, pero todos juntos.
Por lo tanto todo lo que se argumente desde posiciones nacionalistas en ese sentido no son más que falacias, pues se basan en una premisa falsa: la existencia de una nación catalana ocupada. Por eso a los nacionalistas se les llama nacionalistas, por que quieren ser nación. Si lo consiguen, tarde o temprano tendrán todo lo demás. Luego, quienes desde España están dispuestos a concedérselo, están abogando por la ruptura de España. Y que no me vengan con cuentos, que también decían que el Estatut no iba a suponer la división, y mira a donde nos ha llevado.
Así como la autonomía es perfectamente negociable, pues se pueden negociar transferencias, financiación y competencias, la independencia no lo es. O hay independencia o no la hay, no hay término medio. Lo que quiere negociar Mas es qué se lleva y con qué parte de la deuda se iría, no otra cosa.
Nos tendrían que echar de Europa y en ningún sitio se dice que será así.
En ninguna parte del tratado Europeo se dice que se puede echar a 7'5 millones de personas, cierto, no se dice; aunque se puede -de hecho, Grecia ha estado a un tris-, pero ese no es el caso. Ni hace falta que lo sea. Tampoco la Constitución española prevé echar a nadie.
No es necesario que te echen si eres tú quien te vas. E irse de España es irse de las Instituciones a las que pertenece. Formas parte de ellas porque formas parte de España, y así como no hace falta que España te eche si te vas, tampoco tendrían que echarte de la UE. Te vas tú, y punto.
Por mucho teatro y puesta en escena con la que se presente este elemento con ínfulas y maneras de emperador, y por mucho que la entrevistadora le deje irse de rositas en los temas importantes, lo que expone no es cierto. Además de que son puerilidades. Así como que la entrevistadora discuta y se enfurruñe por temas secundarios no indica que haya sido una entrevista objetivamente exigente. En absoluto, aunque en algunos momentos, como en los que le preguntaban por la corrupción, a Mas se le quedara la boca espesa.
La corrupción, está demostrado, afecta poco electoralmente. Mucho menos si has generado un sentimiento de agravio que hace que la gente crea que si te acusan de corrupto se está atacando a Cataluña. Así que por muchos puntos que se ponga la entrevistadora en este asunto, no sirven en absoluto para la calificación final.
De algo estoy absolutamente seguro: si Mas ha aceptado esta entrevista fuera de sus dominios de TV3, es porque había pactado que no hubiera agresión a su objetivo. Unos amagos, vale, para maquillar el asunto, pero poco más. Su trono, que ni se lo rocen.
Y voy a añadir algo más a modo de aviso: quienes abogan por una España federal necesitan que antes se desgaje en estados independientes que decidan federarse. No van a ser quienes defiendan la unidad de España tal como está definida en nuestra Constitución.
Escocia es una nación, siempre lo fue, configurada como Reino de Escocia, y se unió con otras para formar el Reino Unido, donde no hay una Constitución que diga que su soberanía reside en todo el pueblo de la unión resultante. Por tanto, su pueblo es soberano y puede hacer tantos referéndums en su territorio como les venga en gana y sus leyes permitan. Libremente se unieron y libremente podrían irse, además de que las leyes del Reino Unido permiten ese referéndum.
Aquí no hay más nación que España y la soberanía reside en el pueblo Español, no en trozos del mismo. Y hay una Constitución que así lo dice. Y la ley prohíbe ese tipo de referéndums en las Autonomías. O sea, que el asunto de Escocia se parece al de Cataluña tanto como se parece el kilt a la barretina: nada.
Por eso es absolutamente necesario para su objetivo el que Cataluña sea considerada una nación. Y por eso es tan pueril creer que considerarla nación calmará a los nacionalistas. No, tan sólo darán un paso más, en ese caso gigante, hacia su meta: la independencia. Una nación quiere ser Estado, y un Estado quiere ser independiente. No tendría sentido otra cosa.
El derecho a decidir existe, claro, pero es un derecho individual, no colectivo, y se ejerce en las elecciones y en los referéndums legalmente convocados por quienes tienen potestad para convocarlos dependiendo de la materia a consultar. El derecho de los pueblos es a la autodeterminación, o sea, a decidir por sí mismos sin injerencias externas sobre sus asuntos internos. Y también existe el derecho de autodeterminación de los pueblos coloniales, del que hablan algunas resoluciones de la ONU, que es para las naciones ocupadas, para las colonias, no para que una región se independice de un Estado. Eso es secesión, y en ningún sitio existe el derecho a la secesión, todo lo contrario, existe el derecho de los Estados a impedirla. Los españoles tenemos derecho a decidir, claro, pero todos juntos.
Por lo tanto todo lo que se argumente desde posiciones nacionalistas en ese sentido no son más que falacias, pues se basan en una premisa falsa: la existencia de una nación catalana ocupada. Por eso a los nacionalistas se les llama nacionalistas, por que quieren ser nación. Si lo consiguen, tarde o temprano tendrán todo lo demás. Luego, quienes desde España están dispuestos a concedérselo, están abogando por la ruptura de España. Y que no me vengan con cuentos, que también decían que el Estatut no iba a suponer la división, y mira a donde nos ha llevado.
Así como la autonomía es perfectamente negociable, pues se pueden negociar transferencias, financiación y competencias, la independencia no lo es. O hay independencia o no la hay, no hay término medio. Lo que quiere negociar Mas es qué se lleva y con qué parte de la deuda se iría, no otra cosa.
Nos tendrían que echar de Europa y en ningún sitio se dice que será así.
En ninguna parte del tratado Europeo se dice que se puede echar a 7'5 millones de personas, cierto, no se dice; aunque se puede -de hecho, Grecia ha estado a un tris-, pero ese no es el caso. Ni hace falta que lo sea. Tampoco la Constitución española prevé echar a nadie.
No es necesario que te echen si eres tú quien te vas. E irse de España es irse de las Instituciones a las que pertenece. Formas parte de ellas porque formas parte de España, y así como no hace falta que España te eche si te vas, tampoco tendrían que echarte de la UE. Te vas tú, y punto.
Por mucho teatro y puesta en escena con la que se presente este elemento con ínfulas y maneras de emperador, y por mucho que la entrevistadora le deje irse de rositas en los temas importantes, lo que expone no es cierto. Además de que son puerilidades. Así como que la entrevistadora discuta y se enfurruñe por temas secundarios no indica que haya sido una entrevista objetivamente exigente. En absoluto, aunque en algunos momentos, como en los que le preguntaban por la corrupción, a Mas se le quedara la boca espesa.
La corrupción, está demostrado, afecta poco electoralmente. Mucho menos si has generado un sentimiento de agravio que hace que la gente crea que si te acusan de corrupto se está atacando a Cataluña. Así que por muchos puntos que se ponga la entrevistadora en este asunto, no sirven en absoluto para la calificación final.
De algo estoy absolutamente seguro: si Mas ha aceptado esta entrevista fuera de sus dominios de TV3, es porque había pactado que no hubiera agresión a su objetivo. Unos amagos, vale, para maquillar el asunto, pero poco más. Su trono, que ni se lo rocen.
Y voy a añadir algo más a modo de aviso: quienes abogan por una España federal necesitan que antes se desgaje en estados independientes que decidan federarse. No van a ser quienes defiendan la unidad de España tal como está definida en nuestra Constitución.