sábado, 5 de enero de 2019

El gazpacho (político) andaluz.


El papel de Cs hoy es recabar votos de esa parte del PSOE españolista y no sanchista. En ese empeño interesa no defenestrar a Susana Díaz para que no desaparezca como rival y alternativa a Sánchez. Y a Susana le interesa ese apoyo soterrado. La política estratégica no es la política de los principios, sino la de alcanzar el poder para luego aplicar esos principios.
El empeño de Vox será hacer posible España. Eso es lo primero, sin ello no habrá donde aplicar principios. Y en ese camino todos deben hacer sacrificios. Y algunos necesitarán decir que no los hacen, al tiempo que los realizan. Es la forma de contrarrestar esa campaña histérica de la izquierda y medios sobre "que viene la extrema derecha" que pretende movilizar el voto del miedo entre sus simpatizantes.
Cs necesita presentarse como el muro de contención contra Vox, el PP como quien puede moderar e incluso absorber a Vox, y Vox como quien antepone España ante cualquier otra cuestión. Son la alternativa al marxismo pues el PSOE de Sánchez ha vuelto a basarse en él a pesar de que ya Felipe González hizo que el partido lo eliminara de su base ideológica.
Pero creo que Cs se está pasando de frenada al sumarse al coro de ese marxismo de la ideología de género y al vocerío histérico que pretende presentar a Vox como lo que no es. Ya no todos se tragan la propaganda y manipulación en la que están empeñados partidos y medios de comunicación que ven peligrar sus intereses.
Estamos ante una colosal partida de ajedrez en la que hay muchas piezas pero en la que no se tiene muy claro quienes son los jugadores. Y en la que, como en toda partida que se precie, lo que parece no es lo que se pretende.
El gazpacho andaluz no es plato adecuado para el frío, pero es un plato que se toma en toda España.