martes, 23 de julio de 2019

Sánchez miente.


Por supuesto que es una gran mentira que la moción de censura fuera motivada por una sentencia que condenaba al PP por corrupción, sólo sirvió de excusa al plan urdido por la extrema izquierda desde que logró ayudar a Sánchez a recuperar la jefatura del PSOE. De haber sido la corrupción el motivo, Sánchez hubiera contestado a Rivera cuando le preguntó si dimitiría si hay sentencia condenatoria en el caso ERE contra el PSOE.
Por otra parte, quien pretende gobernar España no puede despreciar en el Parlamento a quien representa a casi tres millones de votantes de un partido que grita "¡Viva España!". La izquierda ha decidido que son la extrema derecha y los descalifica mientras santifica a la extrema izquierda. El sectarismo y los medios del millonario comunista Roures, ya se encargan de que eso cale en la sociedad mediatizada y aborregada.
Cuando ayer, tras la intervención de Abascal, Sánchez se dirigió de forma pueril a Casado y Rivera con ese "¿Ven lo que ha dicho su socio?", debió indicar cual de las cosas que dijo quería desprestigiar como un colegial acusica, pues todos vimos y oímos lo que dijo: verdades como puños. Es lo que tiene llevar las réplicas preparadas de antemano y no replicar a lo que se dice. Sánchez miente y compara a Vox con el partido de Le Pen a pesar de que Abascal le recuerda la evidencia de que en Europa están integrados en el grupo del Partido Conservador del Reino Unido, no en el de Le Pen.
Pero da igual, el sectarismo suple la realidad por las consignas. Hoy vemos a los enemigos de España señalar a Vox como un peligro para ellos, lo que desmonta la falacia de que sea un peligro para España. Es un peligro para Sánchez y su plan urdido con los enemigos de España y del libre mercado.
La izquierda sectaria y sus voceros han anulado a los socialistas demócratas -en el PSOE ya no quedan o se esconden mucho- y se erige en la defensora de la igualdad y la integración, mientras se las niega a quienes no sean de su secta. De la banda, como bien la definió Rivera.
Integrar es lo contrario de excluir, que es lo que hacen esas organizaciones financiadas por todos y que sólo son propagandistas de dicha secta. Y ya lo hacen arengadas por un Ministro del Interior que considera que su condición sexual es una cuestión ideológica de izquierdas. Debe ser por eso que antes de salir del armario era un juez de derechas al que despectivamente llamaba maricón la que hoy es su compañera en el Consejo de Ministros, Dolores Delgado, con la cartera del Ministerio de Justicia, y que pertenece a la banda de la mafia judicial de Garzón.
Pero son de izquierdas, y ya se sabe que hoy en España eso es patente de corso. ¿Queda alguien de izquierdas que no esté abducido e integrado en esa secta antidemocrática que divide a los españoles en buenos y malos, según sean o no de los suyos?