domingo, 12 de abril de 2020

El bulo sobre WhatsApp.



Pues no, no es cierto que el Gobierno controle los wasaps, es un bulo que han puesto en marcha precisamente quienes se dedican a difundir bulos en las redes. Y quienes usan los chats personales de las mensajerias instantáneas (WhatsApp lo es) para envíos masivos de consignas políticas.

Una cosa es una red social y otra un chat privado, y no hay más que leer las condiciones cuando se acepta hacer uso de ambos para darse cuenta.

Las redes sociales no tienen la misma consideración legal que las Apps de mensajería instantánea. Estas últimas son legalmente equiparadas al correo personal, por lo que están sometidas a la misma protección que garantiza su inviolabilidad. Esas Factchecker no pueden leer los mensajes enviados, son conversaciones privadas y en las propias condiciones de WhatsApp así se dice.

No es WhatsApp quien contrata esas factchecker, es Facebook. Lo que sucede es que esta red es propietaria de ese chat. Como también lo es de Messenger y nadie anda diciendo nada sobre esa aplicación de chat.

Los posts de Facebook y los tuits no tienen esa consideración, son mensajes públicos aunque ese público se pueda acotar. Por ello la red se reserva el derecho de eliminarlos, censurarlos e incluso anular una cuenta. Lo he vivido en primera persona.

Yo escribo de política en las redes, pero no se me ocurre usar un chat personal para inmiscuirme en la privacidad de nadie para enviarle mi opinión. Y no lo hago ni por WhatsApp ni por Telegram, Messenger no lo uso pero tampoco se me ocurriría usarlo para eso. Me parece de mala educación y ciertamente bloqueo a amigos y conocidos que así lo hacen, no sin antes avisarles, claro. El contenido de los chats de WhatsApp está protegido por la Ley de Protección de Datos y hay jurisprudencia al respecto.

Es la segunda vez que un partido se posiciona respecto a las mensajerías instantáneas. Ya en su momento, Podemos eligió Telegram como medio para estar en contacto entre ellos y con su militancia. Ahora Vox vuelve a equivocarse confundiendo a sus seguidores al tragarse el bulo por desconocimiento de como funcionan redes y chats, y por guiarse de gurús informáticos que no son más que recién llegados y aficionados aconseja migrar a Telegram. No hace falta lanzar bulos paranoicos para evidenciar la realidad y la intención censora de este Gobierno. Pero el correo y los chats privados están fuera de su alcance por ley. No así las redes.

Si se pierde la perspectiva se pierde credibilidad con pasada de frenada que se volverá en contra de quienes caigan en este ridículo bulo, fácilmente desmontable.




P.D. Es evidente que Facebook y WhatsApp se suman a la "protección al Gobierno" en el que están casi todos los medios de masas, pero eso no implica que vayan a vigilar, leer o censurar lo que se escribe o comparte.
Esto no sólo está protegido por la ley, sino que, en el caso de WhatsApp está codificado de extremo a extremo y no están almacenados en sus servidores, por lo que ni ellos mismos pueden acceder a esos mensajes. Esto no sucede en Telegram que sólo codifica los mensajes "secretos" y guarda todos en sus servidores.
En definitiva, puestos a suponer que alguien distinto a los participantes de un chat pueda leer los mensajes, es más factible que se pueda hacer en Telegram y no en WhatsApp.
Es evidente que hay una intención de atraer gente a Telegram, aplicación que tiene la décima parte de usuarios que aquella otra.
¿Y quién puede tener la intención de restarle usuarios a una App de mensajería instantánea? Pues indudablemente quien se sienta atacado en sus mensajes. ¿Y quienes se sienten cómodos en la App alternativa?, ¿quienes aconsejaron a sus bases hace ya tiempo usar Telegram en vez de WhatsApp?
A mí me parece muy bien que WhatsApp haya limitado el spam, yo he tenido que bloquear a amigos y conocidos por el bombardeo constante de envíos que petan mi móvil. Yo uso esa mensajería para charlas familiares y amistosas con gente que conozco. Incluso hasta se puede mantener videoconferencias con familia y amigos. No así en Telegram.
Conozco las redes y los sistemas de mensajería desde antes de que fueran lo que son, y hasta he programado alguna para determinados colectivos. No soy precisamente influenciable por campañas, cadenas y bulos, todo lo contrario; suelo adoptar una posición a la defensiva ante ellos. Y hasta ahora no he patinado nunca.
Y tampoco voy de defensor de ninguna, pues de todas he recibido en algún momento perjuicio, censura o bloqueo de algún tipo por mis opiniones.