jueves, 30 de julio de 2020

La moción de Vox, el revulsivo.


Leyendo la prensa de hoy, rechazando de forma casi unánime la moción de censura de Vox, y los argumentos que presenta (en el caso de El Español de nivel de parvulitos, exponiendo cómo sería una España presidida por Abascal, cuando en absoluto creo que él se proponga como candidato) cada vez me convenzo más de que es una decisión acertada.

Se le acusa de que es instrumental. Ya, ¿y qué tiene de malo eso? Podemos presentó la suya precisamente para eso, para atraer el foco y recuperarse electoralmente. La de Sánchez era más de lo mismo, aunque la sorpresa fue que prosperó; con la necesaria colaboración de la ausencia e inacción de Rajoy, que todo hay que decirlo. Hasta la de Felipe González fue instrumental. Y desde luego que también lo fue la de AP contra González.

Y hablando de puerilidades, fijémonos en el argumento de que eso beneficia a Sánchez y hará que la izquierda se una. Vamos a ver, ¿alguien cree que izquierda y nacionalistas no se unirán en cualquier caso si se trata de mantener a Sánchez? Lo harán siempre que vean el peligro de que la derecha recupere influencias. Yo creo que esta moción tendrá un efecto contrario al volver a visualizar el apoyo de Bildu e independentistas. Eso no beneficiará a Sánchez, la prueba es que tratan de ocultarlo constantemente.

En cuanto a que es un golpe a Casado, puede; pero es absolutamente lícito el que Vox quiera tomar las riendas de la oposición a la vista de la inactividad de ésta. Pero Casado lo tiene fácil, que la apoye e intente recuperar protagonismo. Pero eso no encaja en la estrategia buenista del PP que no va más allá de las palabras. Por lo que puede que si Casado sabe aprovecharlo, no sólo no sea un golpe contra él, sino todo un espaldarazo.

El que se le acuse de romper las reglas de las estrategias ortodoxas me parece un contrasentido, pues esa ortodoxia de la derecha es la que nos ha llevado a la situación actual de la incoherencia de tener al comunismo populista en el gobierno cuando lo prometido por Sánchez a los electores fue que eso no pasaría con él como presidente.

Y a quienes acusan a Abascal de ambición personal, sólo decirles que hay excelentes audífonos contra la sordera. Si algo ha dejado claro es que no se propugna a sí mismo como candidato. Es más, si Casado se sumara, Abascal no dudaría en apoyar su candidatura. A Abascal le supongo ambición para corregir determinadas cosas que considera nefastas, pero no ese tipo de ambición que antepone su interés personal a cualquier otra cosa

Otra cosa es que, en mi opinión personal, lo inteligente sería encontrar a un candidato socialista de la vieja guardia que pudiera atraer votos de socialistas que no comulgan con Sánchez e Iglesias. Eso hasta tendría posibilidades de prosperar, pero sin necesidad de llegar a ello, haría mucha pupa a la estabilidad del gobierno socialcomunista al remover internamente al PSOE. Y de lo que se trata es de acabar con ese gobierno o de ponerlo en una situación que le obligue a remodelarse y llegar a nuevas alianzas dejando a la extrema izquierda fuera y no necesitando a los independentistas.

En cualquier caso, el anuncio ya ha tenido la virtud de destapar a determinados estómagos agradecidos que, por mucho que disimulen, están viviendo muy bien con esta situación.