Hay que apoyar a Israel.

Ayuso reclama el derecho de Israel a defenderse: "Es insensato pedirle que se deje aniquilar"

Absolutamente de acuerdo. Con Israel se puede estar de acuerdo o no en lo que haga o en cómo lo haga, tal como sucede dentro del propio Israel, pues es un estado democrático.
Lo que no se puede es dejarse llevar por la propaganda intensiva de grupos terroristas apoyados por un país en absoluto democrático y que usa para esa propaganda a civiles que interponen ante las represalias que reciben por sus ataques terroristas. Si tú te pones a disparar desde una ventana y llega la policía a detenerte, no puedes luego culparla de haber aplastado a un niño al tumbar tu puerta, si eres tú quien ha puesto al niño ahí. A quien hay que parar es a Irán, que es el auténtico peligro para la paz en la zona y para la democracia en general.
No se puede pedir un alto el fuego a quien se defiende de grupos terroristas que bombardean sin cesar a sus civiles. Mucho menos sin exigir antes la finalización del apoyo a esos grupos terroristas. Es una insensatez y una traición a la propia democracia el exigir que no se le vendan armas a un estado que se defiende mientras no se hace antes lo mismo con quienes facilitan las armas a sus atacantes, que en absoluto se rigen por vías democráticas, que atacan a civiles para producir terror y que son capaces de inmolar a su propia población, mujeres y niños incluidos.
Israel se defiende teniendo en cuenta reglas de enfrentamiento y leyes de guerra. Los terroristas en absoluto respetan ley alguna, todo lo contrario; usan a los civiles como escudos humanos para luego exhibirlos como víctmas de una supuesta barbarie de quien se defiende. Cierto que en muchas ocasiones con la aceptación de esos civiles a quienes les han absorbido el seso y su capacidad de discernir con relatos de un fanatismo religioso cuyo único objetivo es su sumisión absoluta.
Además de los cohetes y bombas constantes contra Israel también existe un bombardeo constante, y carísimo, de propaganda dirigida a los países occidentales que, en definitiva son quienes acaban pagando buena parte de esa propaganda con sus ayudas, supuestamente humanitaria, pero que van a manos de quienes dirigen a esos fanáticos terroristas, y que se destina en su mayor parte a alimentar ese terrorismo.
Acusar a Israel de genocidio no es más que una demostración de ignorancia, cuando no de mala fe. En Israel buena parte de su población es palestina y de religión musulmana, eso no sucede a la inversa en esos países que sostienen al terrorismo apoyado en el fanatismo religioso. Israel no ataca a una etnia ni a una religión, lo que sí hacen sus enemigos que pretenden eliminarlos. La frase "desde el río hasta el mar" es buena muestra de esa intención.
Quienes desde sociedades democráticas con libertad religiosa pretenden que Israel no se defienda, se ponen del lado de los terroristas, pues es a estos a quienes beneficia esa postura. Es muy lacrimógeno ver a niños sufriendo, claro, pero caer en la trampa de esa propaganda de quienes los utilizan para ello no hace más que aumentar el número de los que sufren, pues quienes los colocan en esa situación seguirán haciéndolo para lograr su objetivo, que no es otro que acabar con Israel.
Desde el sofá de casa es muy fácil caer en el maniqueísmo de equiparar a víctimas y verdugos, e incluso confundiendo quienes son quienes. Nadie acusa a los aliados que bombardearon Dresde de ser genocidas, aunque sí se discuta si fue o no proporcionado ese tremendo bombardeo cuando la capitulación de Alemania estaba cerca; pero estaba cerca viéndolo desde hoy, entonces muy posiblemente ese monstruoso bombardeo ayudó en gran medida a esa capitulación.
Si Israel no recibe un apoyo inequívoco de la comunidad democrática internacional será tanto como favorecer a esos terroristas que le atacan y animarles a que sigan en el empeño, con lo que, en definitiva, se está alimentando el conflicto, no ayudando a que pare. Además de estar señalándoles el camino para acabar con la democracia occidental a la que odian profundamente y consideran infiel.
Hay que apoyar a Israel aunque sólo sea para defender la democracia.