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martes, 6 de febrero de 2007

Impresentable Vicepresidenta

Exaltado irracional

Sí, Sra. de la Vega, soy uno de los cientos de miles españoles que salimos a la calle a la sombra de nuestra bandera y a quien le encanta oír el himno patrio. Soy uno de los que se sienten orgullosos por salir a la calle a apoyar a las víctimas y a pedir que no se negocie con sus asesinos. Soy uno de los que se sienten tremendamente orgullosos por haber conseguido con nuestro calor y apoyo que María Jesús González, víctima del terrorismo y madre de Irene Villa, víctima por antonomasia, haya reconsiderado su decisión de irse de España.

Hace menos de un mes que María Jesús González decía que se iría a vivir fuera de España para no enterarse de lo que estaba pasando y por el clima de hostilidad hacia las víctimas creado por el Gobierno de Zapatero. Este lunes, en una entrevista concedida a Libertad Digital Televisión, explicó que pasó una "temporada horrorosa" tras el atentado de Barajas y, sobre todo, la reacción de Zapatero. "Después de dos muertes, algo que es irreparable, no como nosotros que estamos aquí pensé que Zapatero iba a recapacitar y no, no ha cambiado, por eso me sentí derrotada".

Gracias al apoyo recibido y a la reacción popular del pasado día 3, ha reconsiderado su decisión y se queda con nosotros. Yo me siento tremendamente reconfortado de que sea así, y aún más orgulloso si cabe, por haber puesto con mi presencia un granito de arena en la avalancha de apoyo a las víctimas que se desató este sábado en Madrid.

De la Vega pasará, quedará para el recuerdo o no -¿alguien recuerda a los vicepresidentes de Gobierno?-, pero el brazo de goma de Mª Jesús, su pierna ortopédica, las dos de su hija más su ojo de cristal y sus dedos desaparecidos, seguirán siendo una evidencia cuando los pelos de escoba de esta impresentable jueza nombrada a dedo, y sus modelitos, hayan pasado a mejor vida.

El ataque desmedido y las consignas de descalificación que parten del PSOE oficial y del gobierno, me hacen sentirme aún más orgulloso. Y me hacen sentir aún más admiración por los socialistas que no se suman a ello arriesgándose a ser expulsados y anatemizados por sus supuestos camaradas. El que la impresentable pelo pincho diga como ha dicho que el Gobierno emplaza al PP a sumarse a un "gran frente democrático frente al terrorismo", al tiempo que aseguraba que el Gobierno seguirá actuando en esta materia guiado por la ley, la unidad y "el recuerdo permanente de las víctimas", suena a insulto a la inteligencia. El Gobierno, ha dicho, seguirá intentando ese gran consenso porque es lo que reclaman los ciudadanos, "y nosotros escuchamos a los ciudadanos". Supongo, claro, que los que salimos a la calle el sábado no somos ciudadanos.

Como dice Mikel Buesa, presidente del Foro de Ermúa: "Acusar a los cientos de miles de manifestantes del pasado sábado 3 de febrero de manifestarnos de mala fe es una falta de respeto a los ciudadanos y un insulto a todos y cada uno de los que estuvimos en la manifestación. Hay que recordar que en la misma estaban presentes las principales asociaciones de víctimas del terrorismo y del movimiento cívico. ¿Qué está sucediendo en el PSOE para que mientras considera que Otegi tiene un discurso de paz, desprecie a las víctimas del terrorismo y al movimiento cívico?"

Además, el empeño de intentar responsabilizar al PP de lo del sábado, es un pobre intento de hacer creer a los descerebrados de sus seguidores que los que allí estuvimos lo hicimos empujados por el PP y no por las víctimas y por el espíritu de Ermúa, del que sólo ellos, el PSOE oficial de este esperpento de mujer y de persona, se apartaron. Yo no soy del PP por mucho que le moleste a esta espantapájaros, ni Rosa Díez y compañía. El Foro de Ermúa no es el PP tampoco.

Pero, aunque lo fuera; porque si el PP convoca una manifestación de apoyo a las víctimas y por la no negociación con sus asesinos, allí estaré. Y si éso es manifestarse contra el Gobierno, significará que el gobierno está por lo contrario, en cuyo caso, lo grave, lo verdaderamente grave, será la postura del Gobierno y no la protesta contra él.