viernes, 30 de noviembre de 2007

Por encima de la ley.

Las Instituciones no pueden incumplir la Ley.

Ahora resulta que las Instituciones, cuyo deber es cumplir y hacer cumplir la ley, se pasan la ley por el forro y encima acusan a quienes les exigen que la cumplan de crispar. Aquí no es el vecino del quinto el que crispa cuando toca la trompeta a las tres de la madrugada, no; el que crispa es el del segundo izquierda cuando se queja de que no puede dormir.

El descaro con el que se hacen los ofendidos los cargos electos que incumplen reiteradamente la ley cuando se les acusa de ello es una demostración de hasta dónde llega ya la hipocresía del PSOE, pues de los partidos nacionalistas se podrá decir de todo, pero no engañan a nadie cuando actúan contra las leyes que intentan proteger la unidad española y a sus símbolos. Son consecuentes con lo que predican.

Si una ley no gusta, cuando se forma parte de las Instituciones del Estado no sólo hay que cumplirla, sino además hacerla cumplir. En democracia si una ley no gusta se procura cambiarla democráticamente, pero no es válido incumplirla. Y menos desde la propia estructura del Estado. ¿Con qué autoridad pueden luego exigir el cumplimiento de otras leyes, tan legítimas y vigentes como las que no les gustan, al resto de la ciudadanía? ¿Qué me obligará a mí a cumplir las leyes que no me gusten? A mí no me gusta la ley que me asigna un tramo impositivo determinado; yo quiero que se me aplique otro porcentaje impositivo, ¿puedo incumplir la ley y pagar en función de lo que yo creo que tengo que pagar y no de lo que la ley dice que debo pagar?

El que alguien tenga que poner en marcha a nivel particular la maquinaria de la justicia para obligar que se aplique la ley y las sentencias del Supremo, no es más que otro síntoma más del nivel de deterioro de nuestra democracia y Estado de Derecho. En un Estado de Derecho es la Fiscalía la que tiene que velar por el cumplimiento de la ley, y es esta Institución la que tiene que poner en marcha los mecanismos legales existentes cuando detecta un incumplimiento de la ley. Sea quien sea quien la incumpla.

Y ya el asunto de que desde el propio partido que sustenta al Gobierno se diga que no es lo mismo izar la bandera de España en Madrid que en Bilbao, no es más que una tremenda demostración de que dicho partido insta al Gobierno a que incumpla su deber de hacer cumplir la ley y consagre que los españoles seamos diferentes en función de la residencia. Es decir, que el Gobierno incumpla la Constitución y traicione al país al que se debe. Bilbao está en España por mucho que su ayuntamiento intente camuflarlo en sus publicaciones de promoción turística; y las leyes españolas están vigentes allí también, como no podía ser de otra manera.

El Gobierno tiene el deber de hacer cumplir la ley. Y da igual a que ley se refiera; si es ley, el Gobierno debe cumplirla y hacerla cumplir. O tener la valentía de derogarla. Se trate en ella de la bandera o de lo que sea.

Y da igual a que ley se refiera; si es ley, el Gobierno debe cumplirla y hacerla cumplir. O tener la valentía de derogarla. Se trate en ella de la bandera o de lo que sea.

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