El blanqueamiento.

La idiotez galopante de periodistas, tontipijos y empresarios ha llegado a presentar a Ana Pontón como una novedad, como una especie de esperanza blanca de una izquierda moderada. Se dedican a aceptar sus mentiras de campaña que contradicen el programa electoral de su partido en vez de leerse dicho programa. Y lo hacen en el ABC, El Mundo, etc.

Aparte de que como novedad no tiene nada, pues es de las más antiguas diputadas autonómicas gallegas (toda novedad está en sus arreglos faciales y de vestuario, copiando a Yoli), pertenece al que puede que sea el único partido maoísta de occidente. Marxista, leninista y maoísta, además de independentista. Un partido que va de la mano de Bildu y que cuenta en sus filas con etarras.
Es la preferida del PSOE que lo único que busca es que el PP no gobierne, dando igual el precio. No tienen más programa que ese, todo lo demás que cuentan son cuentos, caramelos para idiotas y necios. Y a ese programa se ha sumado de forma inexplicable Vox.
No se trata ya de apoyar o no al PP, ni a Feijóo, se trata de apoyar o no la Constitución y la unidad de España que esta candidata y su partido quieren cargarse y que el PSOE ya no defiende. Es una cuestión de supervivencia.
Luego ya será el momento de criticar al PP y de exigirle determinadas cosas, pero lo principal, desgraciadamente, hoy sólo se salvaría votando a este partido. Dividir el voto de la derecha constitucionalista es darle más oportunidades a esta panda. Guste o no, es lo que hay.