sábado, 11 de octubre de 2008

De la Vega, experta en economía.

La Vicepresidenta sigue con su ataque al PP.
En vez de dar argumentos para apoyar el Decretazo, lo que hace es atacar al PP, para variar. Ahora va y, sin citarlo directamente, dice que "sólo ha habido, una vez más, una voz discordante" y un "mensaje de desconfianza no sólo hacia el Gobierno, lo que aún podría entenderse, sino contra la solvencia, la eficacia e incluso la responsabilidad del sistema financiero español". Lo de esta increíble cínica ya es para mandarla a hacer puñetas a ver si eso le sale mejor que hablar de economía. Cuanto más insista en la solvencia y responsabilidad del sistema, más se desconfiará de éste. Y mucho más si los argumentos esgrimidos es sobre lo malos que son los del PP, que aunque a alguien le extrañe, no son los que gobiernan y toman decisiones.
Ahora resulta que esta secretaria judicial, convertida en juez por el dedo del anterior gobierno socialista, va a dar lecciones de economía. Y su argumento sobre que el PP es la única voz discrepante en absoluto es válido, pues aunque no hubiera ninguna discrepancia, la mentira de Zapatero ha quedado en evidencia y el dinero no se va a dedicar a lo que dijo. El Presidente dijo clarísimamente que la ayuda iba para créditos a las familias y las PYME. El Decreto no lo dice así y el Ministro de Hacienda lo ha corroborado estando ella misma delante. El Presidente ha mentido de nuevo y a ésta no se le ocurre más que alegar que la oposición hace oposición.
Sus afirmaciones no hacen más que generar más desconfianza por su evidente falsedad. Cuando dice eso de que la postura de la oposición es un "mensaje de desconfianza no sólo hacia el Gobierno, lo que aún podría entenderse, sino contra la solvencia, la eficacia e incluso la responsabilidad del sistema financiero español", ya entran ganas de darle despreciativamente la espalda por insultar la inteligencia. La desconfianza la genera quien miente -como ella y Zapatero- descaradamente al decir una y otra vez que tenemos el mejor sistema financiero del mundo. Al decir que no tiene problemas y sin embargo crear un fondo con nuestro dinero para ayudarlo. Al decir que se van a comprar activos sanísimos, cuando de ser cierto ya estarían más que colocados en el mercado. Al poner la mano en el fuego sobre la solvencia del sistema se reincide en lo mismo de cuando se negaba la crisis.
Nadie está poniendo en duda aún la solvencia del sistema, sino la fiabilidad del Gobierno. Se dice hasta la saciedad que es una crisis de liquidez y no de solvencia, aunque en el sistema hay entidades que de solventes no tienen nada. Son aquellas que se gestionan con criterios políticos y no económicos, y que con la falta de transparencia en el destino del dinero se pretende tapar y sanear sus balances. Se sabe que existe, y el negarlo es lo que crea desconfianza. No ha sido el PP quien ha hecho que la bolsa llegue a mínimos, sino los constantes mensajes nada convincentes del Gobierno los que han levantado la desconfianza y han desatado el miedo. Y además, la crisis financiera mundial.
El querer dar credibilidad a las medidas con el argumento de que el PP está en contra, luego son buenas no cuela en asuntos económicos, donde precisamente el PP ha dado muestras sobradas de su credibilidad y eficacia. Las idioteces pueriles de esta profesional de la falsedad son las que no ayudan. Todo lo contrario. Y pensar que quienes gestionen la crisis sean los mismos que no la vieron venir, no va a generar confianza alguna. No es el PP quien no vio venir la crisis. Ni es el PP quien quiere dar nuestro dinero para ayudar a la banca a pagar su deuda. Ni es el PP el que pide que eso se haga sin luz y taquígrafos. Ni siquiera es el PP el que se sienta con los más ricos para robar a los pobres y repartirse el botín. ¡Huy, he dicho botín!

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