Nunca debieron seguir la senda de Societat Civil Catalana al desconvocar la manifestación que habían previsto para hoy tras su reunión en Moncloa. Ceder a las presiones y hacer caso a Rajoy tiene estas cosas: que se benefician los independentistas y se desactivan iniciativas que revindican lo obvio: la españolidad de una parte de España. De haberse mantenido las convocatorias estos no se hubieran crecido, ni Colau se hubiera podido sumar al boicot al Jefe del Estado con media Barcelona vitoreándolo. Con esa gente el ir de buenos es ir de tontos.
Se ha perdido una gran oportunidad de mostrar internacionalmente lo que nuestra diplomacia no muestra: que allí no ha ganado Puigdemont y su cuadrilla sino los constitucionalistas; Cs en concreto. Cosa que el PP no perdona. Y el movimiento civil ha perdido buena parte del empuje que tuvo, así como capacidad de ilusionar. Su credibilidad también ha sido gravemente dañada.
Y ahora, a seguir sentándose con Rajoy en Moncloa para que les diga lo que es oportuno hacer, cuando es evidente que al Presidente le interesa quitarles protagonismo para ver si lo recupera él. Y si de paso logra rebajar la idea de que el Rey fue quien animó a la gente a quitarse complejos y salir a defender su condición de españoles, mejor. Vamos listos. Tremendo.
