jueves, 22 de febrero de 2007

Las Juntas de Guipúzcoa o la memez institucional.

A vueltas con la bandera.

Ahora resulta que el poner la bandera nacional, aunque sea acompañando al trapo inventado por el hermano de Sabino Arana para el PNV -y que ahora dicen bandera de los vascos, que ya hace falta ser imbéciles-, se consideraría una provocación y no facilitaría la convivencia en Guipúzcoa, España.

Prefieren que no ondee ninguna bandera antes que ver ondear la Española, que debe de hacerlo por ley. Presentan como compensación el que no ondea la Ikuleches o como coño se llame el trapo nacionalista. Es normal, ¿a quién le importa un trapo inventado por un chalado para un partido? Pero lo grave es que una institución, con minúsculas, del Estado se niega a cumplir la legislación. ¿Con qué autoridad exigirá a los demás que la cumplan?

Me dirán que no es igual una ley de banderas que una ley fiscal, por ejemplo; pues miren, tan ley es una como la otra y no se trata de elegir las leyes que gustan y cumplirlas, y las que no gustan pasárselas por el forro. Panda de cretinos. Como buenos nacionalistas, claro.

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